Novelas de una sola l¨ªnea
En un peque?o y l¨²cido texto sobre Borges, Augusto Monterroso se?ala que cualquiera puede, impunemente, imitar a Conrad, a Greene, a Durrell pero no a Joyce, no a Borges. "Es demasiado f¨¢cil", dice, "y demasiado obvio". Lo mismo puede decirse de Monterroso mismo cuyo destino ha sido el de ser recordado, no por vastos vol¨²menes de inmortal prosa sino por narraciones de apenas una l¨ªnea perfecta y concisa. De ¨¦stos, el m¨¢s c¨¦lebre es sin duda El dinosaurio: "Cuando despert¨®, el dinosaurio todav¨ªa estaba all¨ª". Es cierto que muchos otros escritores, a lo largo de los siglos de nuestras literaturas, han imaginado obras de id¨¦ntica brevedad, pero el caso es que pocas veces han sabido rescatarlas del f¨¢rrago de abarrotadas p¨¢ginas. El arte de Monterroso est¨¢ en saber que esas siete palabras bastan.
Releyendo a Monterroso -sus Obras completas (y otros cuentos) que recuerdan las Obras completas de Max Beerbohm que ¨¦ste public¨® a los veinticuatro a?os-, el recuerdo de similares miniaturas inesperadamente engarzadas en los m¨¢s diversos libros me inspir¨® la siguiente breve antolog¨ªa de homenaje.
Antolog¨ªa
"Cuando los soldados del Emperador Amarillo vieron el inmenso ej¨¦rcito del Emperador Yan-ti en la llanura de Banquan huyeron despavoridos y fueron reemplazados por una vanguardia de osos, lobos, leopardos y tigres, y un estandarte compuesto de buitres, faisanes, ¨¢guilas y milanos".
Los escritos de Lie Yu Kou (circa 310)
"Si yo fuera a escribir todo lo que pienso de la grulla ?qu¨¦ aburrimiento ser¨ªa!".
Sei Shonagon
Libro de la almohada (siglo X)
"Richard, Conde de Dorset, se enamor¨® de la c¨¦lebre cortesana Mrs. Venetia Stanley, casada con Sir Kenelm Digby. Una vez por a?o la invitaba a ella y a su marido, y en tal ocasi¨®n la contemplaba con mucha pasi¨®n y deseo, permiti¨¦ndose tan s¨®lo besarle la mano, siempre en presencia de su se?or marido".
John Aubrey
Vidas breves (1693)
"He pensado que alg¨²n d¨ªa me llevar¨ªas a un lugar habitado por una ara?a del tama?o de un hombre y que pasar¨ªamos toda la vida mir¨¢ndola, aterrados".
Fi¨®dor Dostoievski
Los pose¨ªdos (1871-1872)
"Dos personas esperan en la calle un acontecimiento y la aparici¨®n de los principales actores. El acontecimiento ya est¨¢ ocurriendo y ellos son los actores".
Nathaniel Hawthorne
Notebooks (1868)
"La anciana Madame de Tremouillac, despu¨¦s de despertarse temprano una ma?ana y ver a un esqueleto sentado en el sill¨®n leyendo su diario, tuvo que guardar cama durante seis semanas con un ataque de fiebre cerebral; al recuperarse, se reconcili¨® con la Iglesia y rompi¨® toda relaci¨®n con ese notorio esc¨¦ptico, Monsieur de Voltaire".
Oscar Wilde
El fantasma de Canterville (1891)
"Tambi¨¦n est¨¢ aquella mujer que, al cerrar con llave la puerta de su dormitorio en una casa desconocida, oy¨® una d¨¦bil voz entre las cortinas de la cama dici¨¦ndole: 'Ahora estamos encerrados por toda la noche".
M. R. James
A School Story (1904)
"Usted se acuerda de aquella vieja historia acerca del cura ingl¨¦s que le dio la extremaunci¨®n al ladr¨®n de Sicilia, y c¨®mo, en su lecho de muerte, el gran bandido le dijo: 'No le puedo dar dinero, pero puedo ofrecerle un consejo para toda la vida: su pulgar en la hoja y empuje hacia arriba".
G. K. Chesterton
El hombre que fue Jueves (1908)
"Podr¨ªa hacerse el mismo reproche al santo Juan de Dios, quien se levant¨® de su lecho de muerte y lleg¨® justo a tiempo para descolgar a un hombre que se hab¨ªa ahorcado en su jard¨ªn, de quien tuvo noticias de alguna manera asombrosa en medio de su propia agon¨ªa".
Rainer Maria Rilke
Los cuadernos de Malte Laurids Brigge (1910)
"Una jaula fue en busca de un p¨¢jaro".
Franz Kafka
Reflexiones sobre el pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino (1919)
"Se parec¨ªa a ese loco que corr¨ªa por las calles con l¨¢grimas en los ojos, buscando su cabeza en todas las esquinas".
Ladislav Klima
Todo (1909-1927)
"Salgo a la calle y hay calle. Me echo a pensar y hay siempre pensamiento. Esto es desesperante".
C¨¦sar Vallejo
Contra el secreto profesional (1928)
"Las ¨²ltimas palabras de la madre de Goethe, a una sirvienta que le hab¨ªa tra¨ªdo una invitaci¨®n a almorzar: 'D¨ªgales que la Se?ora Goethe no puede venir porque est¨¢ muy ocupada muri¨¦ndose".
Andr¨¦ Germain
Goethe y Bettina (1938)
"Se sabe de un viajero de comercio a quien le empez¨® a doler la mu?eca izquierda, justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, salt¨® sangre: la herida mostraba huellas de unos dientes muy finos".
Julio Cort¨¢zar
Historias de cronopios y de famas (1962)
"Mon¨®logo de Cal¨ªgula: 'Si yo, el primero de todos, soy lo que soy (una bazofia), ?qu¨¦ puedo esperar del resto de los romanos?".
Marco Deveni
Falsificaciones (1966)
"Subir una escalera es un esfuerzo, bajarla un peligro. Qui¨¦n no se acuerda del grito de desaf¨ªo lanzado por C¨¦cile Sorel al cabo del peligroso ejercicio que le impon¨ªan en escena sus volantes y sus coturnos de estr¨¢s: '?Baj¨¦ bien?".
Michel Tournier
De llaves y de cerraduras (1979)
"Recuerda: una vez acabado el grito y encendidas las luces, seg¨²n las reglas del juego siempre debo mentir. ?Ahora me crees?".
Margaret Atwood
Asesinato en la oscuridad (1983)
"Hay mir¨ªadas de seres en el universo que son felices -y no te conocen... ?Por qu¨¦, pues, soy yo el ¨²nico hombre para quien t¨² eres toda la felicidad del mundo?".
Rogelio Echavarr¨ªa
El transe¨²nte (1999)
"Seg¨²n mi amigo L., Cristo vivi¨® siete d¨ªas antes de Cristo porque naci¨® el 24 de diciembre y el primer a?o cristiano no comenz¨® hasta el 1? de enero siguiente a su nacimiento. Mi amigo, que es ateo, no cree en ning¨²n milagro de Jes¨²s, excepto en ¨¦ste de haber vivido antes de s¨ª mismo".
Eduardo Berti
La vida imposible (2002)
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