Se abre la era de Rudy

Rudy Fern¨¢ndez. Ese es el nombre de la nueva era del baloncesto espa?ol. Por si hubiera dudas, qu¨¦ mejor ocasi¨®n que en las semifinales de la Copa y ante un Barcelona campe¨®n de todo, para que este chaval de 18 a?os cortara la cinta de inauguraci¨®n de los tiempos que se avecinan. Podr¨¢ albergarse alguna duda o diferencia de opini¨®n, como siempre que se asiste al nacimiento de un fen¨®meno. Sin embargo, aunque las comparaciones sean odiosas, el impacto que est¨¢ produciendo Rudy empieza a asemejarse al que hace tres a?os caus¨® un tal Gasol. De casi la nada, de jugar un testimonial minuto en la Liga ACB la pasada temporada, Rudy se ha erigido en apenas cinco meses en el jugador m¨¢s maravilloso que se pueda contemplar en el baloncesto espa?ol. Hace menos de un mes a¨²n se albergaban dudas sobre la idoneidad de que fuera seleccionado para disputar los Juegos. Ya muchos lo ten¨ªan claro, pero desde ayer la mera cuesti¨®n de si acude o no a Atenas el pr¨®ximo verano es ya irrisoria.

El impacto del joven de la Penya empieza a asemejarse al que hace tres a?os caus¨® Gasol

Rudy abander¨® la categ¨®rica victoria del Joventut. Un triunfo, ante todo un Barcelona que, por m¨¢s bajas que sufra, como las de Grimau y Fucka, e inconvenientes, como la lesi¨®n en un dedo que merm¨® a Navarro, siempre es un rival temible y feroz. Pero ante el vibrante juego que despleg¨® el Joventut, no pudo hacer otra cosa que salvar la honra, algo que tampoco muchos equipos consiguen tras recibir un varapalo como el que le inflig¨ªa el equipo badalon¨¦s, al que en ocasiones super¨® por 20 puntos de ventaja.

El Barcelona se encontr¨® ante un equipo mil veces m¨¢s fresco, decidido y r¨¢pido. El juego del Joventut se desencaden¨® como un cicl¨®n en la misma medida que el Barcelona compareci¨® como un equipo invisible. De haberse dedicado a aplaudir, poco hubieran cambiado las cosas. Marco se comi¨® a Sada, Digbeu a Drejer, Alzamora a Bodiroga, que empez¨® y jug¨® en muchas fases como cuatro. El Joventut tom¨® r¨¢pida ventaja y su ascendencia sobre el partido hizo perder los papeles hasta al entrenador azulgrana, Pesic, que fue castigado con una t¨¦cnica.

En el primer cuarto Rudy Fern¨¢ndez s¨®lo anot¨® dos puntos. Pero esa es una de las grandes virtudes del mejor jugador de la nueva ola. No es imprescindible que anote para adquirir ascendencia sobre el desarrollo de los acontecimientos. Pese a su f¨ªsico liviano, roba balones, reparte asistencias, captura rebotes, provoca que su defensor sume una falta tras otra. Es el tipo de baloncesto que le encanta a cualquier entrenador y, si cabe, todav¨ªa m¨¢s a A¨ªto, que da preponderancia al equilibrio y al r¨¦dito que tributa al equipo.

Pesic se invent¨® un quinteto inicial at¨ªpico, con Bodiroga acompa?ando a Femerling bajo los aros, y reserv¨® lo que pudo al renqueante Navarro, dando ya protagonismo de veras al flamante fichaje dan¨¦s Drejer. Bati¨® r¨¦cords de ineficacia su equipo en un primer cuarto como jam¨¢s se hab¨ªa visto: anot¨® s¨®lo ocho puntos, ning¨²n jugador sum¨® m¨¢s de una canasta, no forz¨® una sola falta personal que le diera derecho a tiros libres, no intent¨® siquiera un triple, captur¨® la mitad de rebotes que su rival.

El desastre azulgrana fue de antolog¨ªa ante un Joventut que defendi¨® a las mil maravillas -iniciaba cada jugada con un marcaje hombre a hombre para acabar en una semizona- y que se encontr¨® c¨®modo en ataque. Alzamora realiz¨® una labor extraordinaria bajo los aros, Marco empez¨® muy entonado en el tiro, al igual que Dumas y Digbeu. Hasta por 21 puntos domin¨® el Joventut (34-13). Todo un repaso que el Barcelona no pudo contrarrestar de ninguna de las maneras, ni dando entrada a Due?as, ni recurriendo a la desesperada a Navarro. Y cuando el Joventut baj¨® el pist¨®n, all¨ª estuvo Rudy para zanjar la cuesti¨®n y disuadir al Barcelona de todo intento de remontada. Fall¨® hasta cinco triples el fen¨®meno de la Penya. El dato, sin embargo, en el contexto de ayer no hace sino reforzar la forma en que asume la responsabilidad y su descaro. Porque cuando el Barcelona apret¨® las clavijas y se acerc¨® en el tercer cuarto (52-41), all¨ª estuvo ¨¦l para sacar las casta?as del fuego con una magn¨ªfica canasta. Y tres cuartos de lo mismo sucedi¨® en el ¨²ltimo periodo. Cuando arreci¨® la impresionante racha de triples de Navarro -seis dianas sobre siete lanzamientos- y el Bar?a volv¨ªa a amenazar (69-60), de nuevo Rudy volvi¨® a responder para estirar ya definitivamente la ventaja para su equipo y cerrar una estad¨ªstica con 16 puntos, seis rebotes, tres asistencias, dos recuperaciones, ocho faltas sacadas al rival y, por si no bastara, un tap¨®n. N¨²meros, en definitiva, que alumbran la nueva era, la suya, la de Rudy.