Ni caso
En la pel¨ªcula de Ettore Scola La familia hay una escena que viene al pelo para describir lo que les est¨¢ pasando a Izquierda Unida y Partido Andalucista en esta campa?a. Para gastar una broma al m¨¢s peque?o de la saga familiar, todos hacen como que no le ven y entablan una larga conversaci¨®n, indiferentes a su presencia. Mientras, el ni?o corretea delante de ellos, primero divertido por lo que cree un despiste, despu¨¦s cada vez m¨¢s ofuscado. Pero los mayores hablan y hablan sin darse cuenta de que est¨¢ all¨ª. Ensaya todo tipo de aspavientos: gesticula, grita, les tira del pico de la chaqueta, les zarandea, hasta que, desesperado, estalla en un ataque de llanto inconsolable.
Manuel Chaves y Te¨®fila Mart¨ªnez son como los personajes adultos de Scola. Se desaf¨ªan, lanzan propuestas que el otro descalifica tras el primer avance informativo, se insultan (pol¨ªticamente, por supuesto), intercambian reproches, pero siempre entre ellos, sin hacer el menor caso a las otras dos fuerzas pol¨ªticas, cuyas iniciativas se quedan en el aire, invisibles, desangeladas.
Durante la precampa?a, IU y PA han intentado de todo para romper la inercia bipartisdista que los vuelve imperceptibles. A decir verdad, m¨¢s la coalici¨®n de izquierdas que los andalucistas, a quienes su disparidad manifiesta de criterio sobre la pol¨ªtica de pactos los ha convertido, muy a su pesar, en protagonistas, pero s¨®lo de su propia crisis interna.
Basta ver los gr¨¢ficos de la evoluci¨®n del voto en Andaluc¨ªa desde el inicio de la autonom¨ªa para comprobar c¨®mo las l¨ªneas de PSOE y PP se hacen paralelas desde las alturas, a una distancia abismal de las otras dos l¨ªneas, que se acercan entre s¨ª tanto como se alejan de sus principales competidores, ya pr¨¢cticamente a pie de p¨¢gina. El recuerdo de resultados y los variados sondeos que se cruzan estos ¨²ltimos d¨ªas presagian a IU y PA un futuro casi marginal que les ha sacado del debate, en esta campa?a m¨¢s que nunca porque salen de perdedores.
El candidato izquierdista, Diego Valderas, exhuma de la prodigiosa chistera de su formaci¨®n pol¨ªtica -especialmente dotada para inventar banderas- una variada gama de ¨®rdagos que no merecen respuesta. Su hom¨®logo en el PA, Antonio Ortega, enarbola la patria andaluza como argumento estelar. Chaves y Mart¨ªnez no los oyen, van a lo suyo, a continuar a trav¨¦s de la mercadotecnia mitinera sus encendidos duelos que han animado sobremanera las sesiones de control al Gobierno en el Parlamento andaluz.
El manual para arrinconar a los partidos minoritarios al que obedecen PSOE y PP es especialmente ostensible en los debates televisivos emitidos por Canal Sur. IU y PA no han servido ni como sparring: tras o¨ªr sus intervenciones por imperativo de los turnos, los oradores socialista y popular han retomado el hilo del di¨¢logo con cruel indiferencia hacia los figurantes. Ya lo dec¨ªa Oscar Wilde: "Si nunca se habla de una cosa es como si no hubiera sucedido". As¨ª que ni caso.
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