ETA, a la desesperada

Al interceptar en Cuenca una furgoneta cargada con m¨¢s de 500 kilos de explosivos que ETA planeaba utilizar en un atentado en Madrid, la Guardia Civil rindi¨® ayer un doble servicio a los ciudadanos. El primero y m¨¢s evidente fue impedir una espantosa carnicer¨ªa; el segundo, frustrar este nuevo intento de la banda terrorista por perturbar la campa?a electoral e imponer de forma totalitaria su propia agenda.

El atentado que planeaba ETA podr¨ªa haber sido de una particular brutalidad. La explosi¨®n de la furgoneta bomba habr¨ªa podido matar a muchas personas y causar enormes da?os materiales. En claro declive pol¨ªtico, rechazada por la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n vasca, ETA pretend¨ªa conseguir una reaparici¨®n espectacular y sangrienta. Un atentado para compensar la evidencia de que su capacidad operativa est¨¢ muy mermada, tras una larga y exitosa serie de acciones policiales y judiciales.

Hace unos d¨ªas, todos los partidos catalanes, con excepci¨®n del PP, se congregaron en la barcelonesa plaza de Sant Jaume para escenificar su rechazo a ETA y a la tregua que ha anunciado tan s¨®lo en el territorio catal¨¢n. Si los dirigentes y militantes de esta banda no fueran unos completos autistas pol¨ªticos ensordecer¨ªan ante el mensaje que se les env¨ªa desde Euskadi, Catalu?a y el resto de las comunidades del Estado espa?ol: hace ya muchos a?os que deber¨ªan haber renunciado para siempre a cualquier tipo de acci¨®n violenta. El fracaso de ETA es tan enorme como su brutalidad. Pero de la jornada de ayer cabe lamentar que todo lo que tuvo de meritoria, profesional y oportuna la actuaci¨®n de la Guardia Civil, lo tuvo de torpe, demag¨®gico y oportunista el ministro Acebes al informar de esta operaci¨®n policial y a?adirle un estrambote contra Carod Rovira.

Acebes, que hablaba en rueda de prensa institucional desde la sede del ministerio, tendr¨ªa que haberse limitado a subrayar la unidad de los dem¨®cratas en el rechazo a ETA. Esto es lo que exige el Pacto Antiterrorista, uno de cuyos objetivos es impedir el uso partidista de las acciones de los pistoleros. Pero Acebes, sabiendo que estamos en plena campa?a electoral, no pudo resistir la tentaci¨®n de hacer unos comentarios que quiso sarc¨¢sticos y fueron grotescos sobre Carod Rovira, el dirigente de ERC que cometi¨® un error y una deslealtad monumentales al reunirse con ETA. La intenci¨®n electoralista de esos comentarios fue obscena, pero, por si quedaba alguna duda, otros dirigentes del PP -Michavila, Zaplana, Arenas- se hicieron eco de los mismos en sus m¨ªtines, extendiendo su ataque, adem¨¢s, a los socialistas. Es un ejemplo lamentable de sectarismo. El rechazo a ETA debe ser sin paliativos y sin apostillas miserables que s¨®lo pretenden llevar el agua al propio molino electoral.