?Bingo, as¨ª enga?an a los ciegos!
El pasado d¨ªa 3, entre gallos y medianoche, deprisa y corriendo y a lo furtivo, como se suelen hacer las cosas de las que uno no se siente muy satisfecho moralmente, el ministro en funciones Eduardo Zaplana y la direcci¨®n de la ONCE suscribieron un acuerdo aparentemente bueno para ambas partes; pero la realidad es que el mencionado acuerdo s¨®lo es bueno -y ya veremos con el tiempo si lo es del todo- para el ministro Zaplana.
Es verdad que la direcci¨®n de la ONCE estaba presionando al candidato se?or Rajoy (no falta en la ONCE quien habla de chantaje) mediante el env¨ªo de miles de cartas para que o bien les dieran una suculenta tajada de la nueva loter¨ªa europea, o bien les dieran una subvenci¨®n por las presumibles p¨¦rdidas que la nueva loter¨ªa europea ocasionar¨ªa sobre el cup¨®n. Si el Gobierno en funciones no acced¨ªa, la amenaza era muy clara: movilizaciones de miles y miles de ciegos y discapacitados en la actual campa?a electoral.
Zaplana -pragm¨¢tico donde los haya- (no olvidemos que fue capaz de cargarse el decretazo que ocasion¨® la huelga general de hace ya casi dos a?os) ha hecho una jugada maestra: les ha dicho a la direcci¨®n de la ONCE que no se preocupen de la nueva loter¨ªa europea, que ya se estudiar¨¢n f¨®rmulas para compensarles. Pero les ha puesto en la boca un caramelo envenenado. ?Y d¨®nde est¨¢ el veneno? Es muy simple: en mayo de 1999, el ministro de Hacienda promulg¨® un decreto para poner en marcha una loter¨ªa instant¨¢nea -para entendernos, un rasca-rasca-, pero la direcci¨®n de la ONCE, a favor una vez m¨¢s de que ven¨ªan las elecciones del a?o 2000, presion¨® en aquel caso al se?or Almunia, del PSOE, y al propio se?or Aznar para que el "rasca-rasca" quedara en v¨ªa muerta. Los argumentos empleados para ello por la direcci¨®n de la ONCE eran b¨¢sicamente dos: el primero, que tal loter¨ªa podr¨ªa hundir al cup¨®n; y el segundo, que ese rasca-rasca provoca muchas ludopat¨ªas. Y aquello se fren¨® en seco.
Un a?o y medio m¨¢s tarde, cuando estall¨® el esc¨¢ndalo Gescartera, se descubri¨® que uno de los aspectos de la negociaci¨®n que la direcci¨®n de la ONCE ten¨ªa con el Gobierno Aznar -quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa se llegue a demostrar la conexi¨®n entre lo que la Fundaci¨®n ONCE perdi¨® en Gescartera y esas negociaciones- consist¨ªa precisamente en apropiarse por parte de la ONCE de la comercializaci¨®n del rasca-rasca. A todo esto, Gobiernos auton¨®micos como el catal¨¢n, el vasco y el andaluz recurrieron ante los tribunales la iniciativa del Gobierno de poner en marcha el rasca-rasca. Y aqu¨ª es donde viene la jugada maestra del ministro de Trabajo en funciones, del ministerio de Hacienda tambi¨¦n en funciones: al prometerle a la ONCE que los vendedores del cup¨®n podr¨¢n vender la nueva loter¨ªa instant¨¢nea, el ministro Zaplana y la Loter¨ªa del Estado hacen una carambola a tres bandas: se evitan las manifestaciones de ciegos y otros discapacitados en plena campa?a electoral y ponen en marcha sin oposici¨®n la nueva loter¨ªa europea; adem¨¢s, pondr¨¢n tambi¨¦n en marcha la loter¨ªa instant¨¢nea cuestionada por las comunidades aut¨®nomas usando como parachoques frente a ¨¦stas a los vendedores de la ONCE; y, finalmente, la Administraci¨®n central aumenta considerablemente las ganancias que con el juego obtiene, es decir, ?m¨¢s madera para mantener el d¨¦ficit cero!
El ¨²nico problema -pero el m¨¢s grande- es que las loter¨ªas instant¨¢neas crecen fulgurantemente y arrasan como la mala hierba todo lo que encuentran a su paso (en este caso, especialmente, al cup¨®n) y luego decaen con la misma rapidez. Pero este problema, al fin y al cabo, ni al Gobierno ni a la direcci¨®n de la ONCE parece importarles demasiado: el Gobierno evita huelgas y manifestaciones en campa?a electoral y la direcci¨®n de la ONCE "saca pecho" diciendo en el plano interno que son fabulosos.
Miguel Dur¨¢n fue director general de la ONCE y presidente de Tele 5.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.