La minor¨ªa muda

La manifestaci¨®n racista de Santa Fe fue un fracaso. Ning¨²n vecino acudi¨® al llamamiento contra los gitanos que un panfleto an¨®nimo convoc¨® para el pasado 27 de febrero. S¨®lo peque?os corrillos de gente de esta minor¨ªa -casi el 20% de la poblaci¨®n del municipio granadino- charlaban animadamente en la plaza de Espa?a esperando esc¨¦pticos la aparici¨®n de pancartas que nunca llegaron.

"Una vez m¨¢s se ha demostrado que la reacci¨®n contundente de las autoridades desactiva r¨¢pidamente estos brotes racistas", explica Humberto Garc¨ªa, director para Andaluc¨ªa de la Fundaci¨®n Secretariado General Gitano (FSGG), la asociaci¨®n gitana m¨¢s representativa en Espa?a junto con la Uni¨®n Roman¨ª. La actuaci¨®n del Ayuntamiento, que conden¨® la octavilla y denunci¨® al fiscal su reparto, impidi¨® que el autor organizara la protesta. Pero el episodio no se sald¨® sin responsabilidades pol¨ªticas. El PP invit¨® a dimitir a una de sus concejalas que justific¨® en parte el conenido del pasqu¨ªn.

Los principales representantes de la comunidad gitana en Andaluc¨ªa discrepan sobre la repercusi¨®n que este suceso pueda tener en el voto de sus miembros en los pr¨®ximos comicios. "Deber¨ªa condicionarlo", asegura Manuel Garc¨ªa Rond¨®n, responsable de la Uni¨®n Roman¨ª en Andaluc¨ªa. "Pero el problema es que muchos alcaldes del PP tienen una actitud paternalista hacia los gitanos. Les dan ayudas sin nada a cambio y eso genera cierto clientelismo. Ya se sabe, al que no tiene nada, mejor que no lo meneen". En la FSGG, lo ven de otra manera. "El PP de Santa Fe ha tenido una reacci¨®n clara al hacer dimitir a su concejala", afirma Humberto Garc¨ªa, que cree que la conducta de la edil no traer¨¢ consecuencias.

Etnia principal

Los gitanos son la minor¨ªa m¨¢s importante de Andaluc¨ªa pero s¨®lo un miembro de esta comunidad competir¨¢ en las pr¨®ximas elecciones. Las razones, seg¨²n el secretario para la Comunidad Gitana de la Junta de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Manuel Leal, hay que buscarlas tanto en el funcionamiento interno de los partidos como en un cierto recelo de los cal¨¦s hacia la participaci¨®n pol¨ªtica activa. "Su idiosincrasia familiar y de clan no acaba de encajar con la estructura pol¨ªtica", explica Leal, que sin embargo asegura que "en los ¨²ltimos a?os se ha producido cierto acercamiento a los partidos".

"Es verdad que no nos gusta encasillarnos con unos u otros", confirma Manuel Reyes, abogado cordob¨¦s y ¨²nico candidato gitano al Parlamento de Andaluc¨ªa, con remotas posibilidades de conseguir esca?o. Reyes, n¨²mero 11 por C¨®rdoba en las listas del Foro Andaluz, asegura que le fue f¨¢cil postularse. "En los partidos tradicionales los gitanos se encuentran con el obst¨¢culo del aparato, que es qui¨¦n designa a los candidatos, pero el Foro cree en las bases. Bast¨® con unas primarias para entrar en las listas", asegura. "Pero en cualquier otra formaci¨®n hubiera sido imposible".

Reyes, junto con su l¨ªder, Manuel Pimentel, se reuni¨® con FSGG en C¨®rdoba. "Nos hablaron de racismo, del rechazo de la sociedad hacia el pueblo gitano, sobre todo hacia los m¨¢s desfavorecidos. Un rechazo que se manifiesta en h¨¢bitos de conducta", cuenta el candidato. "Nuestra formaci¨®n afrontar¨¢ la cuesti¨®n con un plan social global en el que entrar¨¢n las iniciativas de las asociaciones gitanas". El candidato cree que los fondos p¨²blicos con que se financian actualmente estos colectivos "crean cierto servilismo y clientelismo respecto al poder pol¨ªtico".

No existen estad¨ªsticas sobre el n¨²mero de gitanos que viven en Andaluc¨ªa, pero la Junta estima que est¨¢n entre los 200.000 y los 350.000. Los sondeos que utiliza la consejer¨ªa de Asuntos Sociales (recopilados por el antrop¨®logo Juan Gamella en 1996) hablan de una cifra aproximada de 203.000 con especial presencia en las provincias de Granada (donde uno de cada 18 habitantes pertenece a esa minor¨ªa) y Sevilla (46.000 en toda la provincia). La mitad de los gitanos espa?oles son andaluces, seg¨²n datos de la Uni¨®n Roman¨ª.

Oposici¨®n a lo payo

Convertirse en ciudadanos como todos los dem¨¢s. Ese es el objetivo b¨¢sico de esta comunidad. Algo que se podr¨ªa alcanzar con una mejor comprensi¨®n mutua entre gitanos y no gitanos. "Tenemos mayores dificultades que los dem¨¢s para acceder a la educaci¨®n, la sanidad o la vivienda debido a a la falta de formaci¨®n de parte del colectivo y a la distancia cultural de los poderes p¨²blicos", explica Humberto Garc¨ªa. Para el director andaluz de FSGG, ese d¨¦ficit provoca que algunos gitanos no asuman sus deberes, algo que s¨®lo se solucionar¨¢ cuando conozcan mejor sus derechos. "Si el Estado reconociera nuestra cultura la identidad gitana dejar¨ªa de basarse en la oposici¨®n a lo payo", asegura el portavoz gitano.

FSGG ha enviado a todos los partidos unas propuestas concretas para los pr¨®ximos cuatro a?os. Erradicar las chabolas (donde vive un 10% de los gitanos), m¨¢s ayudas econ¨®micas para acceder a la vivienda, programas de seguimiento escolar que eviten el absentismo y el abandono de los estudios y el reconocimiento institucional del colectivo como minor¨ªa ¨¦tnica, son las principales demandas. Pero no ser¨¢n posibles sin una apuesta contra el racismo. "El rechazo social provoca pr¨¢cticas discriminatorias en la selecci¨®n para trabajos o al alquilar un piso", dice el documento.

Pero, salvo milagros, tras el 14 de marzo no habr¨¢ gitanos con voz para defender estos m¨ªnimos ni en Sevilla ni en Madrid. La minor¨ªa m¨¢s numerosa de Espa?a seguir¨¢ muda. Tendr¨¢ que conformarse con gritar desde la puerta.