Un paseo de color carmes¨ª

La localidad de Alcal¨¢ la Real (22.000 habitantes), en la Sierra Sur de Ja¨¦n, destaca por el gran n¨²mero de rutas que llevan hasta 14 aldeas circundantes. Existen otros caminos que se adentran en el paisaje, caracterizado por olivos de monta?a, casta?os, encinas y matorrales, como el paseo que esconde un bosque de zumaques, un arbusto rojizo t¨ªpico de regiones del norte con clima fr¨ªo y h¨²medo, convertido en una de las rutas m¨¢s visitadas.

Juan Antonio Hueltes, que con frecuencia pasea por esta vereda, destaca que estos arbustos de hasta tres metros de altura y con m¨¢s de un centenar de a?os, son un ejemplo ¨²nico en Andaluc¨ªa y gran parte de Espa?a. "Por desgracia, su h¨¢bitat natural se ha reducido a la penumbra de las cunetas h¨²medas de las carreteras", lamenta. Junto a la asociaci¨®n cultural Zumaque est¨¢ luchando para que el se declare especie en peligro de extinci¨®n. La ruta parte del casco antiguo de Alcal¨¢ la Real, donde se encuentran los barrios de la Virgen de la Cabeza y de la Cruz, entre callejuelas empinadas de piedra. Desde la calle Virgen de la Cabeza, parte un camino c¨®modo de piedra y tierra que se adentra en una vereda conocida como el camino de Cort¨¦s. Aqu¨ª se deja a la espalda una panor¨¢mica urbana con la fortaleza de La Mota alerta y vigilante.

El camino bordea, a lo largo de cinco kil¨®metros, una gran pared de piedra por senderos y veredas que el tiempo y, sobre todo, el paso de los caminantes, han se?alizado con claridad. La primera mitad de la ruta transcurre entre claros de olivares de monta?a y campos de matorrales salpicados por encinas. Cuando el camino se abre a la derecha y empieza a circundar el tajo de piedra, el paisaje, t¨ªpico de la Sierra Sur, se transforma, por arte de magia, en un bosque fr¨ªo y h¨²medo. "La Naturaleza se burla de nosotros al trasladarnos a un bosque del Norte de Espa?a", bromea Juan Antonio, mientras se adentra entre los zumaques.

A pesar de que la primavera y el oto?o se presentan como las estaciones m¨¢s propicias para contemplar el color carmes¨ª y grana del fruto de los zumaques, la intensidad de su color es tan fuerte que persiste durante todo el a?o. El sendero se vuelve m¨¢s estrecho y un pel¨ªn resbaladizo por la humedad y la hierba. Los arbustos y el follaje de las hiedras que trepan por las piedras y los zumaques dificultan el paso al caminante. "Esta planta roja se utiliz¨® desde ¨¦poca romana para te?ir las pieles. Ning¨²n colorante sint¨¦tico ha conseguido dar la intensidad y el color que proporciona el zumaque", cuenta Juan Antonio. Precisamente, la utilizaci¨®n de las cualidades del arbusto para dar color y astringir las pieles ha provocado su desaparici¨®n del paisaje.

Despu¨¦s de cruzar la penumbra del bosque, el sendero continua hasta un claro donde se ha recuperado, en el terreno de un antiguo vertedero, un mirador sobre la comarca. Esta zona se conoce como los Tajos de Charilla, una de las 14 aldeas de Alcal¨¢ la Real que se deja ver entre los montes Rompezapatos y La Martina. La panor¨¢mica se complementa con parte de las sierras de los municipios de Valdepe?as de Ja¨¦n, Frailes y Campillo de Arenas.