Sin complejos
Me pregunto hasta cu¨¢ndo va a tener que seguir pagando Carod Rovira su insensatez -o su perversidad, si as¨ª lo prefieren-. Si ha cometido un delito, por qu¨¦ no lo detienen. Si, por el contrario, su actuaci¨®n s¨®lo es susceptible de recibir una censura pol¨ªtica, resulta insoportable para cualquiera sin complejos el c¨²mulo de calumnias e inculpaciones aviesas de que est¨¢ siendo objeto. Carod Rovira considera que hablar con ETA es bueno para conseguir que deje las armas. No es el ¨²nico que piensa as¨ª, y hasta ah¨ª el asunto no pasa de ser una simple cuesti¨®n de estrategia, con la que se puede estar de acuerdo o no. Pero Carod no s¨®lo considera conveniente hablar con ETA, sino que va y lo hace. Y a partir de ese momento, entramos en un terreno resbaladizo. ?Constituye un delito hablar con una organizaci¨®n criminal si quien lo hace carece de una representatividad institucional adecuada? ?Es un delito en cualquier caso, o s¨®lo si se negocia en la entrevista alg¨²n tipo de transacci¨®n pol¨ªtica? ?Qui¨¦n habla con esa organizaci¨®n criminal tiene la obligaci¨®n de transmitir al Gobierno el contenido de la conversaci¨®n, a riesgo de caer en alguna figura de encubrimiento criminal si no lo hace?
Mis preguntas responden a las de un ciudadano de a pie, absolutamente ignorante en materia jur¨ªdica. Y mis preguntas apuntan todas al ¨¢mbito del delito. ?Cometi¨® Carod un delito? Si lo hizo, es la Justicia la que debe hacerse cargo del caso. Sin embargo, la dimensi¨®n penal de este asunto ha sido soslayada, seguramente por improcedente, haciendo que fuera la sombra del delito la que corriera a sus anchas con el fin de poder extraerle un jugo pol¨ªtico sin l¨ªmite. Todo ello a costa de la persona de Carod, convertido en un mu?eco de pim pam pum sobre el que se pueden hacer caer toda clase de males. Si Carod no cometi¨® delito alguno, y nadie se lo ha imputado, su entrevista con ETA ha de ser valorada en t¨¦rminos pol¨ªticos, y en un pa¨ªs en el que la autoridad prefiere chulearse en el foro antes que dimitir, Carod ya pag¨® las consecuencias de su actuaci¨®n incorrecta, en mi opini¨®n tambi¨¦n moralmente incorrecta. Por eso me parece un esc¨¢ndalo que, tras haberlo convertido en un comod¨ªn pol¨ªtico, no se le otorgue ni el beneficio de la duda, ni la presunci¨®n de inocencia, y se le aplique un varapalo retrospectivo que invalida sus palabras actuales catalog¨¢ndolas de hip¨®critas. Con todo lo que se ha dicho y hecho en el pasado en este pa¨ªs, parece que la sinceridad s¨®lo se acredita si uno se afilia a un determinado partido, al que hoy nos gobierna.
Va de s¨ª que no comparto las ideas pol¨ªticas de Carod, y que tambi¨¦n me parece reprobable su desdichada entrevista. No me interesa el Carod pol¨ªtico, s¨ª la persona Carod. Libre de delito, es como si hubiera sido expulsado del ¨¢mbito de la ley y expuesto a la condici¨®n de delincuente sin defensa: se puede decir todo de ¨¦l, se le puede atribuir cualquier fechor¨ªa -aunque ¨¦l la niegue-, se le puede hasta considerar corresponsable de una actuaci¨®n criminal bas¨¢ndose en una sucesi¨®n de infundadas e irrebatibles suposiciones. Carod ya no es una persona, sino una pieza desarmada y manipulable por unos intereses pol¨ªticos. Ni su desaparici¨®n plena de la vida pol¨ªtica lo librar¨ªa de esa condici¨®n, s¨®lo lo dejar¨ªa a¨²n m¨¢s inerme, pues como testimonio de la maldad posible de su partido, y de los aliados con su partido, jam¨¢s dejar¨ªa ya de ser un mero mecanismo. Y da que pensar que quienes practican este encarnizamiento sean aquellos a quienes a todas horas se les llena la boca con el Estado de derecho. Un Estado de derecho es aquel que garantiza los derechos y las libertades del individuo, no aquel que lo expulsa de la ley para someterlo a reprobaci¨®n. ?Qu¨¦ defensa del Estado de derecho est¨¢n haciendo nuestros ministros, representantes de uno de sus poderes, cuando acusan sin recurrir a ley alguna a una persona de los mayores delitos?
Hace unos d¨ªas, Jaime Mayor ped¨ªa a los ciudadanos de izquierda sin complejos que apoyaran a la derecha constitucionalista, es decir, a lo que en su opini¨®n es el constitucionalismo a secas. No sabr¨ªa decirme de izquierdas, pues me molestan las etiquetas, y m¨¢s si conllevan exigencias de tipo comunitarista. Por la misma raz¨®n, tampoco me incluir¨ªa en la derecha. Pero no tengo complejos, y porque no los tengo, no apoyar¨¦ a la derecha del se?or Mayor. No lo har¨¦, entre otros motivos, porque comportamientos como los que he se?alado en este art¨ªculo me parecen dudosamente acordes con la Constituci¨®n. Ante lo que se me presenta como una maquinaria de poder sin escr¨²pulos, s¨®lo puedo manifestar mi val¨ªa personal rechaz¨¢ndola. Sin complejos.
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