10 fot¨®grafos y videocreadores trascienden el Santiago eterno
El CGAC acoge la exposici¨®n 'Compostela'

El Centro Gallego de Arte Contempor¨¢neo (CGAC) muestra desde ayer una imagen de Santiago de Compostela muy distante de las postales de la catedral y de las m¨¢gicas fosforescencias de la piedra nocturna ba?ada por la lluvia y los faroles. La mirada actual sobre la ciudad que se prepara para recibir a millones de peregrinos en este a?o santo prefiere escarbar en recovecos -f¨ªsicos o mentales- m¨¢s ins¨®litos, ya sean las alineaciones de chal¨¦s adosados de los suburbios o las intervenciones arquitect¨®nicas contempor¨¢neas. En suma, otra estampa del Santiago eterno delineada por 10 fot¨®grafos y videoartistas, espa?oles, europeos y estadounidenses, cuyos trabajos se podr¨¢n contemplar hasta el pr¨®ximo 30 de mayo.
M¨¢s que una exposici¨®n colectiva sobre la ciudad, Compostela, 10 proyectos pretende ser un conjunto de iniciativas que "se entrecruzan para tomar el pulso al presente". A los artistas elegidos, Miguel Fern¨¢ndez-Cid, director del CGAC, les pidi¨® simplemente que sus obras "se vinculasen con la ciudad en un sentido amplio y, de forma expl¨ªcita o impl¨ªcita, con su historia". El resultado es, como se pod¨ªa esperar, variopinto. Algunos ni siquiera se atienen al territorio geogr¨¢fico, como la estadounidense Lorna Simpson (1960), quien, con el pretexto de la idea de peregrinaci¨®n, presenta un v¨ªdeo rodado en parte en una casa hist¨®rica de Nueva Inglaterra erigida por los primeros colonos ingleses. O el sueco Lars Arrheinus (1966), autor de una animaci¨®n por ordenador titulada The street, que se reclama tributaria de las pel¨ªculas de Jacques Tati y que es una mirada de conjunto sobre la automatizaci¨®n de la vida en las ciudades modernas.
De la decena de artistas convocados, s¨®lo Humberto Rivas (1937), curiosamente el de mayor edad, focaliza su trabajo en el casco hist¨®rico y mantiene ese aire de melancol¨ªa que siempre ha acompa?ado la imagen t¨ªpica de Compostela. Por lo dem¨¢s, el Santiago m¨¢s t¨®pico resulta irreconocible en trabajos como los del italiano Gabrielle Basilico (1944), quien ha llevado a la ciudad gallega su pasi¨®n por retratar el desconcertante paisaje artificial de los nuevos suburbios residenciales.
Uno de los trabajos m¨¢s llamativos es el del suizo Beat Streuli (1957), quien se agazap¨® en uno de los lugares m¨¢s transitados para captar las actitudes de la gente tanto en fotograf¨ªa como en v¨ªdeo. El alem¨¢n Roland Fisher (1958) y el suizo Gunther F?rg (1952) se inclinaron por el sello que han dejado en Santiago arquitectos contempor¨¢neos como John Hejduk o ?lvaro Siza, autor del edificio del CGAC. Otro suizo, Peter W¨¹thrich (1962), aporta un v¨ªdeo que recoge una performance realizada en la biblioteca Am¨¦rica de la Universidad y una serie de fotograf¨ªas titulada ?ngeles en Compostela, cuyas protagonistas son mujeres que portan libros a modo de alas. La catalana Montserrat Soto vuelca en el proyecto su inter¨¦s por combinar el paisaje natural con elementos industriales.
Entre los convocados por el CGAC tambi¨¦n hay un artista local, Rub¨¦n Ramos Balsa (1978), el m¨¢s joven de todos y el ¨²nico al que se le impuso la tarea de asomarse a la ciudad sin una "mirada limpia", seg¨²n su propia expresi¨®n. Ramos Balsa retrat¨® lugares muy poco conocidos mediante fotograf¨ªas tomadas con una exposici¨®n de hasta 72 horas.
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