Los conservadores vencen en Grecia y ponen fin a una d¨¦cada de hegemon¨ªa socialista
El sistema electoral otorga a Nueva Democracia una amplia mayor¨ªa en el Parlamento
Grecia se sum¨® anoche a la amplia lista de pa¨ªses europeos con Gobiernos de centro-derecha. Los conservadores de Nueva Democracia, liderados por Costas Karamanlis, acabaron en las elecciones legislativas celebradas ayer con casi 20 a?os de hegemon¨ªa socialista. Todos los sondeos a pie de urna otorgaban a Nueva Democracia el 45% de los votos frente al 40% que habr¨ªan obtenido los socialistas (Pasok), dirigido por el ex ministro de Exteriores Yorgos Papandreu. Traducida a esca?os, esa diferencia puede significar, gracias al complejo sistema electoral griego, una mayor¨ªa de m¨¢s de 40 esca?os (162 contra 120) para la derecha en el Parlamento unicameral de Atenas, integrado por 300 diputados.
La victoria de Karamanlis, que hizo una campa?a sin errores, present¨¢ndose como un hombre seguro y preparado para gobernar, hay que atribuirla a su acierto para conectar con los deseos de cambio de la sociedad griega cansada de tantos a?os de Gobiernos socialistas.
Poco m¨¢s de dos horas despu¨¦s de conocerse las proyecciones de voto y sin esperar al lent¨ªsimo recuento de los sufragios, Papandreu, sonriente pero con cara de circunstancias, apareci¨® ante las c¨¢maras para reconocer el triunfo de Nueva Democracia y felicitar a Karamanlis. El l¨ªder socialista insisti¨® en la necesidad de que todas las fuerzas pol¨ªticas se mantengan unidas ante retos como la reunificaci¨®n de Chipre y los Juegos Ol¨ªmpicos y se comprometi¨® a seguir en la l¨ªnea que le ped¨ªan sus seguidores cuando le gritaban "Yorgos, contin¨²a; c¨¢mbialo todo".
El vencedor de la noche apareci¨® ante sus seguidores m¨¢s tarde para afirmar que "no hay ni vencedores ni vencidos" y llamar a la colaboraci¨®n de todos en la "nueva p¨¢gina que se abre de la historia de Grecia".
Karamanlis, de 47 a?os, sobrino del pol¨ªtico del mismo apellido que dirigi¨® la transici¨®n a la democracia de Grecia tras la dictadura de los coroneles (1967- 1974), ha devuelto a Nueva Democracia un poder que perdi¨® en 1993 tras llegar al Gobierno tres a?os antes gracias al famoso "pacto a la griega", cuando los comunistas apoyaron a los conservadores para formar Gobierno.
Su campa?a ha estado basada en la necesidad de una "nueva ¨¦tica pol¨ªtica", que pusiera fin al "clientelismo, el amiguismo y arrogancia" de los pol¨ªticos socialistas acomodados en el poder. Sus palabras conectaron con las ganas de transparencia y meritocracia de las nuevas clases medias griegas, ahora m¨¢s individualistas y pragm¨¢ticas, hartas de paternalismo, de corruptelas y de que su pa¨ªs siga a la cola de Europa.
El triunfo de Karamanlis significa tambi¨¦n un cambio generacional en la pol¨ªtica griega, al convertirse en el primer jefe de Gobierno griego nacido tras la II Guerra Mundial y la posterior guerra civil (1946-1949), que enfrent¨® a conservadores y comunistas.
El nuevo primer ministro griego -que recibi¨® en campa?a el apoyo de los principales l¨ªderes de Partido Popular Europeo, como Aznar, Berlusconi y Raffarin- ha sabido tambi¨¦n reorientar la pol¨ªtica de su partido, abandonando los viejos perfiles thatcheristas y ampliando su base popular por el centro.
Nada m¨¢s conocerse los datos de los sondeos realizados a la salida de los colegios electorales, sus seguidores se echaron a la calle al grito de "Toda Grecia es azul", el color de Nueva Democracia, organizando un esc¨¢ndalo de bocinas propio de un derby futbol¨ªstico. Su euforia contrastaba con las caras de funeral que se ve¨ªan en la sede central del Pasok, en Atenas.
El gran perdedor del duelo entre dinast¨ªas pol¨ªticas librado anoche es Yorgos Papandreu, hijo y nieto de primeros ministros, que no pudo, pese a su sprint en el ¨²ltimo mes -fue elegido l¨ªder del Pasok y candidato del partido el pasado 8 de febrero tras la renuncia a presentarse del hasta ahora primer ministro, Costas Simitis- movilizar a toda la izquierda, tanto la tradicional como la que ped¨ªa renovaci¨®n. Su mensaje de cambio, su oferta de comenzar "un nueva era" y una "guerra a la corrupci¨®n" ten¨ªa un enorme punto flaco, como era el hecho de llevar en el Gobierno desde 1993 como ministro, sucesivamente, de Educaci¨®n, Asuntos Europeos y Exteriores.
Papandreu, que era, sin el menor g¨¦nero de dudas, el mejor candidato del Pasok para intentar retener el poder, part¨ªa con el lastre del pasado, muy bien manejado por la derecha, que al final se ha revelado como una carga imposible de soportar. Pese a su buena imagen, moderna, cosmopolita y dialogante, sus ofertas de reforma de la burocracia o de los servicios p¨²blicos eran rebatidas una y otra vez por los portavoces de Nueva Democracia, que le acusaban de complicidad con los errores de la ¨²ltima d¨¦cada.
Los socialistas griegos, que alcanzaron el poder por vez primera en 1981 de la mano de Andreas Papandreu, han estado en el poder desde entonces excepto el par¨¦ntesis de 1990-1993. Ahora se abre una nueva era, donde est¨¢ por ver si el primog¨¦nito del gran patriarca del socialismo griego, que carece de una base de poder propia dentro del Pasok, puede controlar un partido desanimado y dividido entre la vieja guardia y los renovadores.
La izquierda, sin voto ¨²til
La derrota de Papandreu se explica tambi¨¦n porque no ha existido el voto ¨²til en la izquierda, sino m¨¢s bien de castigo. Los comunistas (KKE) obtienen el 5,5% de los votos, lo que les asegura, como hasta ahora, 11 diputados. Tambi¨¦n parece que sigue en el Parlamento la Coalici¨®n de Izquierdas (Sinaspism¨®s), grupo similar a Izquierda Unida en Espa?a, a la que se daba por descartada y que al final, consegu¨ªa justo el 3% de votos necesarios, lo que le valdr¨¢ seis diputados.
Entre los partidos peque?os no salt¨® la sorpresa y la Coalici¨®n Popular Ortodoxa (LAOS), un grupo de extrema derecha que bas¨® su campa?a en el odio al inmigrante, no logr¨® entrar en de la C¨¢mara al obtener s¨®lo un 2% de los votos.
Mayor¨ªas por la m¨ªnima
El sistema electoral griego de proporcionalidad reforzada permite que el vencedor, aunque lo sea por un estrecho margen, obtenga una holgada mayor¨ªa en el Parlamento, de 300 esca?os. As¨ª en los comicios de hace cuatro a?os, el Pasok, con tan s¨®lo una ventaja de 71.000 votos -el 1% de los sufragios- sobre Nueva Democracia (ND), logr¨® m¨¢s de 30 esca?os de diferencia sobre sus rivales, 154 diputados frente a 122 de los conservadores. La derecha no se quej¨® porque el sistema data de 1990 y fue creado por el Gobierno que presidi¨® el entonces l¨ªder de ND, Costas Mitsotakis.
Esa f¨®rmula garantiza en la pr¨¢ctica un sistema bipartidista -hace cuatro a?os los dos grandes partidos aglutinaron el 87% del voto popular-, pero tambi¨¦n prima a los peque?os, a los que s¨®lo se exige un 3% de los sufragios para entrar en la C¨¢mara. La ley establece tambi¨¦n el voto obligatorio bajo pena de c¨¢rcel. Las regiones de ?tica, Sal¨®nica y Grecia central acaparan casi la mitad de los esca?os.
Otra particularidad es que se permite a los jefes de los partidos presentarse por dos circunscripciones a la vez. Yorgos Papandreu, el l¨ªder socialista, se presenta por Sal¨®nica y por Larissa. Costas Karamanlis tambi¨¦n se presenta en la capital de Macedonia y por las islas del Dodecaneso.
Otro dato que tener en cuenta es la cifra m¨¢gica de 121 esca?os. Con ese n¨²mero se puede bloquear la elecci¨®n del presidente -un cargo honor¨ªfico-, que est¨¢ prevista para el a?o que viene, forzar la disoluci¨®n del Parlamento elegido ayer y convocar elecciones. Es el recurso y la esperanza de los perdedores.
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