La masacre distorsiona las previsiones
La participaci¨®n pierde el car¨¢cter de cambio que le otorgaban las tendencias en los sondeos electorales
![Miquel Alberola](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa29aa3db-bdfa-43fb-82cd-ed3342eb1dbd.jpg?auth=5abbbc17544c795fb929dc58b4a96da576443647cc5afcf26c1f57fbc542efb3&width=100&height=100&smart=true)
El aumento de la participaci¨®n en la cita electoral de hoy apuntado por diversos sondeos, y entre ellos el del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), deb¨ªa comportar una variaci¨®n de esca?os que, en funci¨®n de su intensidad, pod¨ªa trastocar el actual mapa electoral del Congreso de los Diputados. Sin embargo, la masacre terrorista perpetrada el jueves en Madrid distorsiona todas las proyecciones realizadas hasta ahora.
Algunos expertos consideran que podr¨ªa dar lugar a una situaci¨®n similar a la de las elecciones generales de 1982, en las que se produjo una extraordinaria movilizaci¨®n del electorado como consecuencia del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y la descomposici¨®n de UCD. En aquellos comicios, la participaci¨®n alcanz¨® el 79,9%, inclinando el dep¨®sito sociol¨®gico del centro hacia el PSOE, que era el partido que mayor consistencia ofrec¨ªa en el mercado electoral. Ahora, en el supuesto de que hubiese sido ETA la responsable de los atentados, el PP, que se encuentra en mejor posici¨®n que el resto de partidos que concurren a los comicios (aunque no ten¨ªa garantizada la mayor¨ªa absoluta), pod¨ªa resultar el m¨¢s beneficiado por esa situaci¨®n excepcional, cuya principal consecuencia podr¨ªa ser un vuelco en el voto de centro a costa del retraimiento del PSOE, que ver¨ªa recortadas sus expectativas.
Hasta el mi¨¦rcoles, la participaci¨®n ten¨ªa una lectura distinta como clave principal de estos comicios. Tomando como referencia las pasadas elecciones generales de 2000, con un censo de 33.969.640 electores en Espa?a, se contabilizaron 22.814.467 votos, mientras que 11.155.173 electores no hicieron uso de su derecho. Es decir, la participaci¨®n fue del 68,7% y la abstenci¨®n del 31,3%. En ese contexto, el PP obtuvo 10.321.178 votos que tradujo en 183 esca?os (45,24%), que significaban una c¨®moda mayor¨ªa absoluta frente a los 7.918.752 votos del PSOE, que se sustanciaron en 125 diputados (34,71%). El PP moviliz¨® al m¨¢ximo al electorado del espectro ideol¨®gico de centro derecha, mientras que en la alta abstenci¨®n hab¨ªan quedado m¨¢s de mill¨®n y medio de votos que pertenec¨ªan al ¨¢mbito del centro izquierda. En ese panorama, cualquier aumento de la participaci¨®n pod¨ªa beneficiar a los partidos de la izquierda, y sobre todo al PSOE.
Con esos datos, se desplegaban hasta tres escenarios posibles en funci¨®n de otras tantas variables: la abstenci¨®n media de las elecciones generales (26,3%), una abstenci¨®n inferior como indicaba el sondeo del CIS (24,9%) y otra obtenida de la media de las elecciones con alta participaci¨®n con cambio de mayor¨ªas.
En el primero de los casos, ahora con un censo de 34.563.545 electores, se produc¨ªa un baile de esca?os en varias circunscripciones, entre ellas Alicante y Valencia, en las que el PP pod¨ªa llegar a perder hasta siete diputados (176) y el PSOE (124) uno. En esa proyecci¨®n, Izquierda Unida (IU) incrementaba su grupo en dos diputados (en 200 ten¨ªa 8), Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) manten¨ªa sus 15 y el PNV perd¨ªa uno, quedando en seis. El grupo de los otros partidos minoritarios, por el contrario, resultar¨ªa el m¨¢s beneficiado en el reparto, pasando de 12 a 19.
En el caso de Alicante, el PP perd¨ªa un esca?o a favor de Esquerra Unida (EU) o del PSOE, en el supuesto de que funcionase el factor del voto ¨²til, mientras que en el de Valencia era al PSOE a quien se le escapaba el esca?o en favor de Uni¨®n Valenciana (UV), que al no concurrir en las elecciones lo transfer¨ªa a su vez al PP. ?ste era el mejor de los escenarios para el PP en Espa?a, con una participaci¨®n entre el 68 y el 73%, que pod¨ªa traducir en una mayor¨ªa absoluta ajustada. Y tambi¨¦n lo ser¨ªa en la Comunidad Valenciana, donde en clave interna el candidato Eduardo Zaplana pod¨ªa aspirar a igualar, o incluso superar por haber taponado a UV, el 52,75% de los votos obtenidos en 2000 por Francisco Camps, que logr¨® 677.860 votos en la circunscripci¨®n de Valencia.
En el segundo escenario, con una participaci¨®n del 75,1% (6,4 puntos superior a la de 2000), el PP pod¨ªa perder hasta 13 diputados. El PSOE, en cambio, ganar¨ªa tres, (tendr¨ªa 128), e IU incrementar¨ªa en cuatro sus esca?os, quedando su grupo en 12 diputados. CiU tambi¨¦n mantendr¨ªa sus 15, mientras que el PNV se quedar¨ªa con seis, uno menos. Aqu¨ª, el grupo de los otros partidos se mantendr¨ªa como en el primer supuesto con 19 esca?os. En estas circunstancias el PP perder¨ªa la mayor¨ªa absoluta y necesitar¨ªa los votos de Coalici¨®n Canaria y CiU para formar gobierno. Aqu¨ª el PP habr¨ªa perdido en Valencia el esca?o que obten¨ªa a costa de UV, puesto que los segundos restos en 2000, fueron para el PSOE.
En el tercero de los escenarios esbozados, con una participaci¨®n del 78,1% (9,4 puntos superior a la de 2000), el PP perder¨ªa no menos de 15 esca?os, por lo que su grupo tendr¨ªa de 168 diputados a la baja. Al PP le resultar¨ªa muy complicado formar gobierno y su vulnerabilidad parlamentaria ser¨ªa extremada aunque lograra apoyos suficientes mediante pactos. Por el contrario, el PSOE se situar¨ªa en un suelo de 131 diputados (seis m¨¢s que en 2000), IU quedar¨ªa en 11 (tres m¨¢s de los que tuvo), CiU se mantendr¨ªa en 15 y el PNV perder¨ªa uno respecto a 2000 y quedar¨ªa en 6.
Pero los atentados del jueves han pulverizado estas posibilidades. Adem¨¢s, la duda por la autor¨ªa de la masacre puede producir nuevas distorsiones de complicada evaluaci¨®n (como lo cambiar¨ªa todo si se demuestra que es Al Qaeda y el electorado pasa factura al PP por la participaci¨®n en la guerra de Irak), aunque los expertos apuntan que en cualquiera de los casos estas situaciones siempre suelen favorecer al partido m¨¢s fuerte.
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