Y Acebes no sali¨® a saludar
Los militantes del PP intentaron sin ¨¦xito que el ministro del Interior y el vicepresidente del Gobierno saliesen a saludar
Mariano Rajoy intervino ante la prensa a las once menos cuarto de la noche. Mientras expresaba su intenci¨®n de colaborar en la estabilidad del pr¨®ximo Gobierno, abajo los militantes j¨®venes del PP antaban: "?Zapatero...bancarrota, Zapatero...banca rota! ?Vuelven los chorizos!". Mientras recordaba que en Espa?a se han creado cuatro millones y medio de empleo en ocho a?os, los militantes del PP que no segu¨ªan su intervenci¨®n por la radio, coreaban: "?No pasa nada... cuatro a?os no son nada!".
Hasta ese momento s¨®lo se registraron amagos insignificantes de violencia. Jos¨¦ Manuel, un empresario de 35 a?os, que rehus¨® facilitar su apellido, hab¨ªa seguido los resultados por la radio y por un peque?o ordenador de mano conectado a la p¨¢gina del Ministerio del Interior. "Yo no vengo porque vayamos a ganar. Vengo porque temo que lleguen miles de personas llam¨¢ndonos asesinos. Ser¨ªa ruin, ser¨ªa una verg¨¹enza".
El secretario de Organizaci¨®n socialista, Jos¨¦ Blanco, sali¨® a las diez y cinco de la noche diciendo que el PSOE hab¨ªa ganado las elecciones. Y un amigo del empresario pegado al ordenador dijo: "Pues que vayan d¨¢ndoles clases urgentes de econom¨ªa a Zapatero".
Alguien pas¨® por G¨¦nova en su autom¨®vil y grit¨®: "?Asesinos!". Y un militante del PP se dirigi¨® a ¨¦l con af¨¢n de agredirle: "Es que me ha llamado asesino y me he ido a por ¨¦l. ?Con dos cojones!". M¨¢s tarde otro joven grit¨®: "Peperos, fascistas!". Pero la polic¨ªa se lo llev¨® en el acto. Y los j¨®venes segu¨ªan coreando: "?Ha dicho la verdad... el Partido Popular!".
"Yo hubiese ocultado..."
Para Jos¨¦ Manuel, el citado empresario de 35 a?os, el PSOE y los supuestos medios afines al PSOE hab¨ªan alentado el voto de castigo al PP en los ¨²ltimos d¨ªas. ?Y el hecho de que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar dijera que los atentados los hab¨ªa cometido ETA? "Pues dijo lo que sab¨ªa en ese momento", se?alaba el empresario. A su lado, una mujer de unos 40 a?os dec¨ªa: "Hemos perdido la elecci¨®n en los ¨²ltimos tres d¨ªas. Yo hubiese ocultado la informaci¨®n. Y el PSOE habr¨ªa hecho lo mismo. Pero claro, es que r¨¢pido el PSOE, en cuanto el Gobierno dijo que hab¨ªa sido Al Qaeda, organiz¨® una manifestaci¨®n".
El vendedor de banderas este a?o era un peruano que llevaba ocho meses en Espa?a. Tra¨ªa 20 y no hab¨ªa vendido ninguna. "Mucha gente a¨²n sigue pensando que si llevas una banderas de tu pa¨ªs eres un facha. Las cosas han cambiado mucho", se?alaba una militante del PP.
Las cosas, en efecto, estaban cambiando mucho. A las diez y media todos en G¨¦nova sab¨ªan que Espa?a hab¨ªa votado a un presidente socialista. Y en la calle se coreaba: "?Telecinco... manipulaci¨®n! ?Pierde Espa?a... gana Polanco!".
Un militante de unos 60 a?os le dec¨ªa a su amigo:
-De resentimiento y tristeza nada. A m¨ª cuando me digan ma?ana que hay que ver c¨®mo la gente se ha dejado manipular yo dir¨¦: ten¨¦is lo que hab¨¦is querido".
Nadie intentaba disimular la tristeza.
-Y yo les dir¨¦: yo ya cobro. Pero a ver qu¨¦ cobr¨¢is la generaci¨®n que ven¨ªs ahora.
La gente gritaba: "?Gracias Aznar, gracias Aznar!". Bajo una gran pancarta con foto de Rajoy y lema de la campa?a del PP que rezaba "Juntos vamos a m¨¢s" los j¨®venes conservadores reclamaban la presencia del ministro del Interior, ?ngel Acebes, y el vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato.
A las once en punto salieron Mariano Rajoy y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Solos. Y a las once y un minuto cerraron la ventana. Los j¨®venes gritaban: "?Acebes... juzgado... por ser un hombre honrado!". Pero el ministro no saludaba. Y los conservadores segu¨ªan: "?Por qu¨¦ hab¨¦is ganado?...?Por el atentado!". Y m¨¢s: "Zapatero acu¨¦rdate de que te dejamos super¨¢vit!". Y m¨¢s: "Grupo Prisa... manipulaci¨®n!".
En ese momento, las emisoras de radio conectaban con la sede del PSOE donde se coreaba: "Esta noche s¨ª salimos en la Primera!".
Al final, no llegaron centenas ni miles de provocadores, ni siquiera decenas de ellos, llamando asesino a nadie. El tr¨¢fico segu¨ªa rodando por la calle de G¨¦nova. Como el d¨ªa el anterior, como hoy y como ma?ana. Simplemente, otro partido acababa de llegar al Gobierno.
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