"No fue capaz de desligarse de Aznar en seis meses"
Mariano Rajoy tiene las cualidades necesarias para afrontar como cabeza de la oposici¨®n esta nueva etapa que se abre en Espa?a tras la matanza del 11-M en Madrid. La recuperaci¨®n del di¨¢logo entre el Gobierno socialista y oposici¨®n que Espa?a necesita como el agua para afrontar el nuevo reto planteado por el terrorismo y la exacerbaci¨®n del problema territorial en Euskadi y Catalu?a, agravado en la etapa de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tiene en Rajoy el mejor candidato de las filas del PP.
No cabe la menor duda de que mantendr¨¢ un di¨¢logo fluido con el ganador de estas elecciones, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Ayer por la noche ya se dirigieron el primer gui?o. Zapatero, tras calificarle de "digno competidor" dijo que le tend¨ªa la mano y Rajoy mostr¨® su predisposici¨®n a retomar el di¨¢logo.
Zapatero y Rajoy -cordiales rivales desde hace ocho a?os- tendr¨¢n que retomar ahora su ¨²ltima conversaci¨®n, la del 30 de julio, interrumpida por la campa?a electoral. En aquel encuentro que mantuvieron en el restaurante Jockey de Madrid el pasado 30 de julio coincidieron en su oposici¨®n al plan Ibarretxe pero discreparon sobre la conveniencia de abordar nuevas reformas de estatutos de autonom¨ªa, como el catal¨¢n, que se plantear¨¢ inminentemente en los pr¨®ximos meses. Se emplazaron para seguir hablando tras las elecciones.
Zapatero y Rajoy tendr¨¢n que abordar ahora como primera tarea la recuperaci¨®n de un gran consenso sobre los principales problemas de este pa¨ªs y que no ha sido posible en la etapa de Aznar: la cuesti¨®n territorial, la pol¨ªtica exterior y el nuevo reto del terrorismo. Para ello, Rajoy es el mejor dotado del PP. Su axioma de "no buscarse enemigos sin necesidad" y su talante reacio a la confrontaci¨®n, son ahora y en este pa¨ªs, productos de primera necesidad. Para ello tendr¨¢ que sacudirse cuanto antes la tutela pol¨ªtica de Aznar en el PP.
Lo empez¨® a hacer, de modo insuficiente, en esta campa?a. Rajoy se gan¨® numerosas cr¨ªticas de sus propias filas que ve¨ªan que su campa?a era excesivamente moderada, poco propicia para movilizar el voto m¨¢s radical del Partido Popular y el propio Aznar asumi¨® ese papel por la incapacidad del candidato para ejercerlo.
Pero Rajoy ha mostrado, en esta campa?a, tambi¨¦n su principal debilidad: la de rehuir los retos dif¨ªciles que no sean estrictamente necesarios. As¨ª, con su rechazo a los debates que reiteradamente le plante¨® Zapatero, ha acrecentado esa fama de indolencia y de poca capacidad de riesgo que le atribuyen sus cr¨ªticos, incluidos los que tiene en sus propias filas.
En estos seis meses de secretario general ha reafirmado su conocido talante, con sus luces y sus sombras. La m¨¢s importante de estas, y que le ha costado las elecciones, es la asunci¨®n de las cargas de quien le design¨®: la pol¨ªtica de confrontaci¨®n territorial, la guerra de Irak, sus consecuencias y la manipulaci¨®n en torno a ella. Rajoy ha sido v¨ªctima de su excesiva vinculaci¨®n con Aznar, un pol¨ªtico que no gozaba de simpat¨ªas y que en su etapa final ha acrecentado su rechazo de la ciudadan¨ªa. En estos seis meses de candidato, Rajoy, que se hab¨ªa implicado a fondo en la pol¨ªtica de Aznar como vicepresidente primero, lo ¨²nico que ha ofrecido de diferencia es un talante m¨¢s moderado.
Pero su conocido pragmatismo ser¨¢ capaz de imponerse al legado que deja Aznar en el PP. Rajoy fue capaz de dialogar, cuando las circunstancias lo requirieron, con los socialistas y los nacionalistas. La lecci¨®n de estas elecciones, de rechazo de la ciudadan¨ªa a los abusos de la mayor¨ªa absoluta, no caer¨¢n en saco roto en un pol¨ªtico como Rajoy que ahora tendr¨¢ que afrontar un serio debate interno sobre los errores del PP en esta legislatura.
Rajoy es el pol¨ªtico del PP que contaba con menos rechazo entre los candidatos a suceder a Aznar. Es posible que cambie esta situaci¨®n en el PP, tras su derrota. Pero no cabe duda que por su talante es el que mejor puede jugar el papel de l¨ªder de la oposici¨®n en esta etapa de la historia de Espa?a tan necesaria de di¨¢logo.
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