Los hilos de la madeja
La polic¨ªa intenta llegar a la red que se oculta tras la masacre a trav¨¦s de una mochila, unos detonadores, una furgoneta robada, un tel¨¦fono m¨®vil y una casete con versos cor¨¢nicos
La investigaci¨®n policial sobre la matanza del 11-M se basa en varios hilos que podr¨ªan conducir hasta el ovillo terrorista. El grupo que perpetr¨® semejante carnicer¨ªa ha dejado un rastro que los agentes de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n est¨¢ siguiendo para poder desentra?ar qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de esta acci¨®n criminal. Una tarjeta telef¨®nica, un lote de explosivos, unos detonadores, una furgoneta, una casete con versos cor¨¢nicos y una cinta de v¨ªdeo son los elementos a trav¨¦s de los cuales avanzan las pesquisas. Todo eso, junto con una cierta dosis de suerte.
- Una mochila con explosivos. El mismo d¨ªa de los atentados, la polic¨ªa descubri¨® una mochila con 12,2 kilos de dinamita goma 2 fabricada por la Uni¨®n de Explosivos Espa?ola. Este mort¨ªfero equipaje hab¨ªa sido recogido entre los cientos de objetos dispersos hallados en la estaci¨®n de cercan¨ªas del Pozo del T¨ªo Raimundo. El lote fue trasladado a la comisar¨ªa del distrito de Vallecas, en la calle de Pe?a Trevinca, para proceder a su estudio y determinar as¨ª a qui¨¦n pertenec¨ªa cada uno de ellos. Poco antes de las ocho de la tarde, s¨®no una alarma entre el mont¨®n de objetos. Un polic¨ªa localiz¨® de d¨®nde proced¨ªa ese estridente sonido y, al hacerlo, comprob¨® que lo causaba un tel¨¦fono m¨®vil guardado en una mochila. Pero, conectado al aparato, hab¨ªa un lote de cartuchos de explosivos. De haber estallado, habr¨ªa causado una matanza en la comisar¨ªa. En vez de que los artificieron hicieran saltar por los aires el artefacto, la polic¨ªa decidi¨® desactivarlo.
- Un m¨®vil barato. El tel¨¦fono m¨®vil, un barato Triumph, ha sido una pista clave en las pesquisas. Al fallar el mecanismo de este aparato -preparado para actuar como detonador de la bomba al activarse la alarma- este m¨®vil y la tarjeta prepago Movistar con la que iba equipado ha servido como una pista en la investigaci¨®n. La numeraci¨®n ha permitido saber que fue comercializado por una empresa mayorista de Alcorc¨®n, que a su vez lo vendi¨® a un comerciante del barrio de Vallecas, quien a su vez lo revendi¨® en octubre pasado a unos indios propietarios de una tienda de decomisos. El Triumph, que se comercializa al m¨®dilo precio de 50 euros, fue finalmente adquirido supuestamente por un marroqu¨ª a quien la polic¨ªa liga con la matanza.
- Una furgoneta robada. Sobre las 10.00 del mismo d¨ªa 11-M, el presidente de la comunidad de vecinos de un inmueble de la calle del Infantado, en Alcal¨¢ de Henares, supo que una furgoneta Renault Kangoo, aparcada enfrente del inmueble, le hab¨ªa resultado sospechosa al portero. ?Por qu¨¦? Porque unas tres horas antes hab¨ªa visto bajar de este veh¨ªculo a tres individuos embozados, uno de los cuales portaba una mochila al hombro. As¨ª que, sin ser Sherlock Holmes, este vecino empez¨® a hacerse preguntas: ?un coche aparcado junto a la estaci¨®n de ferrocarril? ?Tres hombres con apariencia de querer ocultar su rostro? ?Una mochila? ?No tendr¨ªa todo esto alguna relaci¨®n con la horrorosa matanza ocurrida en Madrid? Lo mejor: avisar a la polic¨ªa.
- Una matr¨ªcula sin doblar. La polic¨ªa comprob¨® que el veh¨ªculo sospechoso figuraba como robado desde el 28 de febrero. Alguien lo hab¨ªa sustra¨ªdo a la luz del d¨ªa en una calle pr¨®xima a la glorieta de Cuatro Caminos, en Madrid. Pero hab¨ªa un detalle extra?o: si esta furgoneta ten¨ªa relaci¨®n con los terroristas - ?con ETA?- por qu¨¦ ¨¦stos no hab¨ªan doblado la matr¨ªcula. Es un m¨¦todo habitual: colocar en el veh¨ªculo robado una matr¨ªcula correspondiente a otro de la misma marca y color, pero que no est¨¢ robado. De esta forma, los terroristas evitan el riesgo de que un polic¨ªa sospeche de ese veh¨ªculo, pida datos a partir de la matr¨ªcula y... finalmente acaben detenidos todos sus ocupantes. ?Por qu¨¦ esta Renault Kangoo no ten¨ªa doblada la matr¨ªcula si hab¨ªa sido sustra¨ªda por ETA?
- Siete detonadores y un trozo de explosivo. La polic¨ªa abri¨® la furgoneta y -?sorpresa!- hall¨® en su interior siete detonadores el¨¦ctricos Riodets y un trozo de un cartucho de dinamita goma 2. Sin p¨¦rdida de tiempo, el veh¨ªculo fue llevado a los laboratorios de la Comisar¨ªa General de Seguridad Ciudadana. Estos artilugios de cobre -imprescindibles para hacer estalllar un explosivo- llevan impreso un n¨²mero de serie y otros datos que constituyen una especie de huella dactilar. A trav¨¦s de esos datos, es probable que los investigadores conozcan ya qui¨¦n adquiri¨® esos detonadores, en qu¨¦ fecha y con qu¨¦ finalidad (naturalmente, legal). No en vano, este tipo de material se halla sometido a un estricto control. Sin embargo, los encargados de las pesquisas mantienen un absoluto secreto sobre este hilo de la madeja
- Una casete de iniciaci¨®n al Cor¨¢n. Pero la Renault Kangoo guardaba una sorpresa m¨¢s: una grabaci¨®n con versos del Cor¨¢n. Es una especie de lecci¨®n inici¨¢tica para ne¨®fitos. "Como el angelus o el padrenuestro para un cristiano", explica un polic¨ªa. Algo demasiado elemental para un islamista radical. Pero no tanto para alguien reci¨¦n convertido a una nueva religi¨®n. ?Era una pista falsa? ?Una treta de ETA para desviar la atenci¨®n? Una hip¨®tesis demasiado rocambolesca para ser verdad. As¨ª surge la pista del terrorismo isl¨¢mico y, de paso, un nuevo cabo de la madeja. La polic¨ªa descubri¨® en la furgoneta supuestamente utilizada por los terroristas decenas de huellas dactilares, tanto en el c¨¢p¨® del veh¨ªculo como en una de las llantas. Pueden ser de cualquiera ajeno a los hechos. Pero es probable que los investigadores tambi¨¦n hayan encontrado alguna huella en un espejo o en el salpicadero del autom¨®vil, en cuyo caso est¨¢ claro que ese indicio tiene mucho mayor valor. Sin embargo, la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n guarda silencio.
- Una cinta de v¨ªdeo. A media tarde del pasado s¨¢bado, un comunicante an¨®nimo -voz joven, hablando en espa?ol con acento ¨¢rabe- telefone¨® a la centralita de Telemadrid para informar de la existencia de una cinta de video depositada en una papelera pr¨®xima a la mezquita y al tanatorio de la M-30. La grabaci¨®n fue recogida por la polic¨ªa en el lugar indicado por el comunicante desconocido. Un supuesto portavoz militar de Al Qaeda en Europa, un tal Abu Dujan al Afgani, reivindica la matanza del 11-M y afirma que esta es la respuesta a la colaboraci¨®n espa?ola "con los criminales Bush y sus aliados" en la guerra de Irak. El supuesto portavoz militar de Al Qaeda en Europa es un perfecto desconocido para los servicios de inteligencia, seg¨²n el ministro del Interior, ?ngel Acebes. ?Tiene fundamento esta reivindicaci¨®n? Los investigadores no ocultan sus reservas, pero tampoco se atraven a afirmar que el v¨ªdeo sea una patra?a de un perturbado. De momento, cautela.
- Cinco detenidos. Y, por ¨²ltimo, tres individuos de nacionalidad marroqu¨ª y dos indios fueron detenidos el pasado s¨¢bado por su supuesta relaci¨®n con la red de apoyo a la organizaci¨®n que perpetr¨® la matanza del 11-M. La pista del terrorismo ¨¢rabe cobra fuerza. Decae la hip¨®tesis de ETA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.