La victoria de Zapatero fortalece al Gobierno tripartito de Maragall

El Gobierno catal¨¢n ha pasado su primer examen de rev¨¢lida desde que tom¨® posesi¨®n, en diciembre pasado. La victoria de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha fortalecido al Ejecutivo de Pasqual Maragall, que recibe un espaldarazo a sus proyectos estrella: reforma del Estatut, incremento de las inversiones del Estado en Catalu?a y mejora de la financiaci¨®n auton¨®mica, aspectos program¨¢ticos que Zapatero se comprotei¨® a impulsar. Por ello, Maragall consider¨® casi providencial para Catalu?a la victoria del PSOE y, ya en el terreno de los hechos, se congratul¨® de que 31 de los 47 parlamentarios catalanes que se sentar¨¢n en el Congreso de los Diputados pertenezcan al bloque de las izquierdas catalanistas: 21 son l PSC, 8 de Esquerra (ERC) y 2 de Iniciativa (ICV-EUiA).

Converg¨¨ncia i Uni¨® ofrece de entrada su abstenci¨®n en la investidura del candidato del PSOE

Dirigentes del PP opinan que la dureza del Gobierno central ha perjudicado a su imagen de moderaci¨®n en Catalu?a

Las tres formaciones de izquierdas logran el 61,8% de los votos, frente al 45,4% de las legislativas de 2000

El nuevo mapa electoral catal¨¢n ha supuesto un vuelco respecto al del a?o 2000 y se ha profundizado en la tendencia iniciada en las auton¨®micas de 2003. Las formaciones de izquierda sobre las que descansa el Gobierno catal¨¢n suman el 61,8% de los votos -ten¨ªan el 45,4% en 2000- , frente al 36,7% de CiU y el PP. El portavoz del PSC, Miquel Iceta, asegur¨® ayer que el tripartito "ha quedado blindado" por los resultados del 14-M.

Aventura victoriosa

Pero de momento, en lectura estrictamente catalana, los resultados han tranquilizado los ¨¢nimos en Catalu?a, donde el Gobierno de Pasqual Maragall aguardaba en gesti¨®n a medio gas los resultados. Los socios del tripartito comparecieron ayer en conferencia de prensa para expresar su satisfacci¨®n. Flanqueado por el conseller en cap, Josep Bargall¨® (ERC), y el titular de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV-EUiA), el presidente de la Generalitat asegur¨® sentirse confortado por la victoria de Zapatero y satisfecho porque "la aventura del tripartito ha salido victoriosa de las elecciones y ha facilitado la victoria del PSOE".

Los integrantes del tripartito son conscientes de que las sonrisas de ayer, primer d¨ªa de la derrota del PP, pueden dar paso a jornadas m¨¢s duras. La fortaleza del tripartito vivir¨¢ en las pr¨®ximas semanas pruebas de fuego y una de ellas ser¨¢ la redacci¨®n y posterior tramitaci¨®n del nuevo Estatut. Maragall ya advirti¨® ayer de que en el nuevo Estatut "no se puede pedir el cielo".

Y no se descarta que aparezcan fricciones a la hora de fijar esos contenidos. Joan Puigcerc¨®s, hombre fuerte de Esquerra Republicana, tendi¨® ayer la mano a CiU precisamente para esos grandes asuntos que deber¨¢ abordar el Gobierno catal¨¢n, lo que puede interpretarse como la voluntad de los nacionalistas de buscar consenso en cuestiones como la del Estatut, un gesto amigable despu¨¦s de la batalla entre dos formaciones que se est¨¢n disputando a cara de perro la hegemon¨ªa del voto nacionalista.

En ese combate, la peor parte la lleva Converg¨¨ncia i Uni¨®

, que, consciente de que no puede mantener su aislamiento del poder en Catalu?a y en Madrid, ofreci¨® ayer a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de entrada, su abstenci¨®n en la investidura, lo que,, a juicio de Josep Antoni Duran, aporta "prestigio y valor a?adido".

A la federaci¨®n nacionalista le aguarda una traves¨ªa del desierto que, si no median sorpresas, durar¨¢ cuatro a?os por lo menos en Catalu?a. En Madrid, los convergentes deber¨¢n competir con los republicanos para encontrar un lugar al sol en la nueva mayor¨ªa, algo que suscita temores en ERC, algunos de cuyos dirigentes temen que Zapatero d¨¦ oxigeno a la federaci¨®n de Jordi Pujol.

Adem¨¢s de CiU, que ha perdido 140.000 votos y ha descendido un 8% respecto a sus resultados de 2000, el otro gran derrotado de la jornada del domingo es el PP de Josep Piqu¨¦. Hoy, en el comit¨¦ ejecutivo del partido, se exigir¨¢n responsabilidades por el desastre electoral, que ha demediado la representaci¨®n de los populares catalanes en el Congreso. Diversos dirigentes catalanes del PP atribuyen los malos resultados a la radicalizaci¨®n de la campa?a por el Gobierno central.