"Gente con talento lo dej¨®"

La esquiadora Mar¨ªa Jos¨¦ Rienda pertenece a esa estirpe de deportistas que, en solitario, con medios precarios y contra la l¨®gica, destacan en su especialidad. El domingo pasado alcanz¨® la tercera plaza en la clasificaci¨®n general del gigante en la Copa del Mundo de esqu¨ª, algo nunca visto desde los tiempos de Blanca Fern¨¢ndez Ochoa. A sus 28 a?os, esta granadina criada en Sierra Nevada asegura que a¨²n le queda mucho por hacer pese a que otras esquiadoras de su edad van ya cuesta abajo en la clasificaci¨®n. Lamenta, eso s¨ª, la soledad y la falta de medios con la que compiti¨® hasta hace dos cursos y sostiene que en el esqu¨ª espa?ol "se ha desperdiciado mucho talento".

Rienda no es una novata. Llevaba tres a?os entre las diez primeras en la Copa, como le gusta resaltar, y fue la sexta en los Juegos Ol¨ªmpicos de Salt Lake City 2002. Pero siempre hab¨ªa algo que le imped¨ªa dar el salto hasta las medallas. "Antes era demasiado agresiva sobre las tablas. Basaba todo en el f¨ªsico, en las piernas, y en atacar las puertas", dice. Adem¨¢s, ten¨ªa un problema de concentraci¨®n. Hac¨ªa una primera manga fant¨¢stica que desaprovechaba en la segunda.

Hace dos a?os, con Mauro Pini como entrenador, todo cambi¨®. Un psic¨®logo la ayud¨® a mejorar la concentraci¨®n y Pini le explic¨® que con unas peque?as variaciones en la posici¨®n -subiendo el centro de gravedad- su esqu¨ª se har¨ªa m¨¢s fluido y natural. "He mejorado, pero a¨²n hay fallos que pulir. Todav¨ªa puedo mejorar mucho".

Rienda ha logrado esta temporada tres podios: el segundo puesto en la estaci¨®n sueca de Aare y dos terceros. Le falta una victoria, su gran espina. "En 2005 espero lograr un triunfo, pero no quiero obsesionarme", afirma siguiendo los consejos de su psic¨®logo. Tambi¨¦n, que la sueca Anja Pearson, campeona en la especialidad y siempre tres pasos por delante del resto de las esquiadoras, no es inalcanzable: "Es muy r¨¢pida, pero sobre todo es muy regular. No ha fallado nunca, en ninguna manga".

En un deporte en el que todo se ventila en un minuto, la regularidad es lo principal. "Es muy ingrato. Puedes trabajar muy bien y entrenarte diez horas diarias durante dos semanas y un m¨ªnimo fallo te relega al final de la clasificaci¨®n. Y as¨ª se juzga tu carrera".

Rienda confiesa que durante a?os pas¨® malos momentos y que m¨¢s de una vez pens¨® en abandonar. Eran los tiempos duros de un deporte, el esqu¨ª, que nunca ha tenido tiempos buenos: "Desde hace dos a?os tenemos m¨¢s apoyo, pero hemos pasado temporadas muy solas, sin medios, y mucha gente con talento ha abandonado. Siempre pienso que, si hubiera tenido esa ayuda, habr¨ªa explotado antes".

La prueba del desierto que ha cruzado Rienda es que cuando entr¨® en el equipo nacional hab¨ªa 15 esquiadoras. Ahora apenas hay dos: Carolina Ruiz y ella. "Va a costar mucho recomponer la estructura del equipo. Hay chicas j¨®venes que son buenas, pero tienen 16 a?os. Yo he sobrevivido, pero no hay nadie entre ellas y nosotras", relata con un punto de amargura en la voz. Se?ala que mucha gente no ha soportado, debido a la falta de alicientes, un deporte que exige pasar diez meses al a?o fuera de casa Por eso su medalla le sabe especialmente bien. "Es una recompensa a mi tes¨®n y a tanto esfuerzo", resume.