Historia de dos enfermeras del Gregorio Mara?¨®n
Carmen qued¨® impresionada por el olor que se adue?¨® del hospital a medida que iban llegando los heridos. "Ol¨ªa a carne quemada, a sangre, a pelo, a una mezcla de todo eso. Es un olor muy caracter¨ªstico que se me qued¨® varios d¨ªas".
Carmen y Maribel son dos enfermeras del hospital Gregorio Mara?¨®n, donde siguen ingresados la mayor¨ªa de los heridos por los atentados del pasado jueves. Trabajan en la sexta planta, en la Unidad 6300 de Digestivo, una especialidad que no trata las heridas propias de una explosi¨®n. Pero el pasado jueves las especialidades no contaban. "Somos profesionales", explican, "y nos ofrecimos, al igual que nuestros compa?eros a ayudar donde nos necesitasen. Estamos muy orgullosas".
Para Carmen, el d¨ªa empez¨® como siempre hasta que escuch¨® la noticia. "Era antes de las 8.00 cuando dijeron en la radio que hab¨ªa estallado una bomba en un tren de cercan¨ªas. No se sab¨ªa todav¨ªa si hab¨ªa muertos y heridos. Sal¨ª de la unidad y me encontr¨¦ con Maribel". No dudaron en ofrecerse a ayudar.
Al minuto les avisaron de que los heridos estaban llegando. Eran las 8.30. Sus compa?eros les advirtieron de que ten¨ªan que estar preparadas para todo y bajaron a Urgencias. "No sab¨ªa lo que nos ¨ªbamos a encontrar. Estaba temblando", reconoce Carmen
. Se encontraron con escenas horribles y el caos: "Hab¨ªa compa?eros de todas las unidades y categor¨ªas. Muchas camillas y gente corriendo".
Las enfermeras hac¨ªan lo que pod¨ªan: curas, inyectar suero, tomar la tensi¨®n, "cosas sencillas". Carmen describe la escena: "Hab¨ªa personas con la cara llena de cristales, sin dedos, los quemados gritaban de dolor y no paraba de llegar gente y personal". Maribel recuerda la mirada perdida y el estado de choque de los heridos. Muchos no o¨ªan bien por efecto de las explosiones: "Nadie te ped¨ªa ayuda, les ten¨ªas que preguntar si necesitaban algo y es cuando te hablaban".
Las enfermeras tambi¨¦n destacan la solidaridad entre el personal: "Llegaron compa?eros que ese d¨ªa estaban librando. La colaboraci¨®n fue impresionante. No hab¨ªa categor¨ªas, incluso se ve¨ªa a m¨¦dicos empujando camillas". Incluso los pacientes que estaban en Urgencias por otras causas pidieron no ser atendidos en favor de los que iban llegando sin cesar.
Dos horas y media despu¨¦s, Carmen y Maribel volvieron a la sexta planta, donde ayer todav¨ªa hab¨ªa cuatro personas ingresadas por los efectos de las bombas. "Nunca esperas encontrarte con estas cosas cuando vas a trabajar", concluye Carmen. "Aunque tambi¨¦n se ven situaciones cr¨ªticas, nunca son tan bestias como lo fueron ese d¨ªa".
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