La ra¨ªz del problema
La descentralizaci¨®n pol¨ªtica del Estado tiene que tener su reflejo en los partidos pol¨ªticos. Un partido pol¨ªtico en un Estado pol¨ªticamente descentralizado no puede estar constituido internamente como si el Estado no lo estuviera. Y no puede estarlo, porque el partido tiene que hacer pol¨ªtica estatal pero tambi¨¦n auton¨®mica. Y entre ambas hay una relaci¨®n y no puede ni debe existir contradicci¨®n, pero no puede ni debe existir coincidencia. El partido que no entienda esto, est¨¢ condenado a estrellarse.
Es lo que le viene ocurriendo a los partidos de la derecha espa?ola en Andaluc¨ªa desde que se inici¨® el desarrollo de la Constituci¨®n y la construcci¨®n del Estado auton¨®mico. Primero le ocurri¨® a la UCD, que pretendi¨® decidir desde Madrid, sin contar con los centristas andaluces, por qu¨¦ v¨ªa ten¨ªa que constituirse Andaluc¨ªa como comunidad aut¨®noma y despu¨¦s le viene ocurriendo al PP, desde que sustituy¨® a UCD en la representaci¨®n pol¨ªtica de la derecha andaluza. La pol¨ªtica de la derecha andaluza se sigue haciendo desde Madrid y el PP regional conf¨ªa ¨²nicamente en el ¨¦xito estatal para poder conseguir el ¨¦xito en Andaluc¨ªa. De esta manera no configura una oferta aut¨®nomamente para la sociedad andaluza, sino que se limita a trasladar a nuestra comunidad las recetas cocinadas por la direcci¨®n estatal.
As¨ª no se va a ninguna parte. El PP deber¨ªa aprender de su rival. Deber¨ªa recordar que en 1980 no fue la direcci¨®n estatal del PSOE la que impuls¨® la autonom¨ªa andaluza por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, sino que fue el socialismo andaluz, inequ¨ªvocamente liderado en aquel momento por el presidente de la preautonom¨ªa andaluza, Rafael Escuredo, el que apost¨® por esa v¨ªa, arriesg¨¢ndose a tener un desencuentro con la direcci¨®n estatal, ocupada nada menos que por Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra. No fue el PSOE estatal el que defini¨® la posici¨®n del PSOE andaluz, sino a la inversa, fue la decisi¨®n de los socialistas andaluces la que arrastr¨® al PSOE estatal a un territorio en el que inicialmente no quer¨ªa entrar.
El PSOE andaluz anticip¨® el proceso de descentralizaci¨®n pol¨ªtica antes que ning¨²n otro partido espa?ol. Por eso se ha aclimatado tan bi¨¦n a la nueva estructura del Estado y ha enraizado tan bi¨¦n en el sistema pol¨ªtico andaluz. No hay nada casual en la hegemon¨ªa socialista en Andaluc¨ªa.
Al PP le ha ocurrido todo lo contrario. Y le sigue ocurriendo. No se ha llegado al extremo al que se lleg¨® en la UCD, pero se le aproxima bastante. Y hasta que no rompa con esa dependencia y empiece a hacer pol¨ªtica andaluza aut¨®nomamente, no podr¨¢ obtener la confianza de los ciudadanos.
La direcci¨®n regional del PP tiene que estar dispuesta a correr riesgos y a tener desencuentros con su direcci¨®n estatal, si hace falta o a forzarla a corregir su posici¨®n, incluso cuando su partido ocupa el Gobierno de la naci¨®n. Mejor dicho, m¨¢s todav¨ªa cuando su partido ocupa el Gobierno de la naci¨®n. Si no lo hace, pierde toda su credibilidad como partido andaluz y est¨¢ condenada a no ser nunca Gobierno en Andaluc¨ªa.
Pongo un ejemplo, aunque podr¨ªa poner muchos m¨¢s: el no reconocimiento por el Gobierno de la naci¨®n del censo de la poblaci¨®n andaluza que ¨¦l mismo hab¨ªa aprobado a efectos de financiaci¨®n de la comunidad aut¨®noma. Un partido andaluz no puede aceptar ese no reconocimiento en ning¨²n caso. Un partido andaluz tiene que estar con su comunidad aut¨®noma en un asunto como ese. No puede subordinarse al Gobierno de la naci¨®n y a su direcci¨®n estatal e intentar justificar lo injustificable. Si lo hace, pierde la comunicaci¨®n con los ciudadanos andaluces. Si la deuda contra¨ªda por el Estado con la comunidad aut¨®noma por el no reconocimiento del censo no se ha pagado ha sido en buena medida por culpa del PP de Andaluc¨ªa. Hubiera sido imposible para el Gobierno no pagarla, si el PP de Andaluc¨ªa se lo hubiera exigido. Ese coste es inasumible para cualquier Gobierno estatal.
El PP andaluz tiene que emanciparse, tiene que convertirse en un partido mayor de edad y dejar de ser un perrito faldero. Entre otras cosas porque las faldas del partido estatal no le van a dar nunca lo suficiente como para llegar al Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa. No le dio lo suficiente ni en el momento de m¨¢ximo deterioro del PSOE, con la fuga de Rold¨¢n en 1994, ni en los momentos en que el PP ha sido Gobierno de la naci¨®n, incluso por mayor¨ªa absoluta. Lo deja en la m¨¢s absoluta miseria, cuando el PP estatal retrocede.
Esto es lo que est¨¢ detr¨¢s del resultado electoral andaluz del 14-M. Mientras el PP en Andaluc¨ªa no act¨²e como un partido andaluz, estar¨¢ condenado a este tipo de resultados. Se mover¨¢ al alza o a la baja seg¨²n vaya el partido estatal, pero no llegar¨¢ nunca a ser partido de Gobierno en Andaluc¨ªa.
JAVIER P?REZ ROYO
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