"Ning¨²n hospital del mundo ha atendido tantas hemorragias pulmonares"
A partir de las 7.56 del 11-M, y en los 85 minutos siguientes, las urgencias del hospital Gregorio Mara?¨®n recibieron una avalancha de 230 pacientes. "Esa cifra es la que recibimos habitualmente en 12 horas. El jueves llegaron todos de golpe y, claro est¨¢, con heridas much¨ªsimos m¨¢s graves" explica Jos¨¦ Antonio Serra Rexach, director de Atenci¨®n Sanitaria del Gregorio Mara?¨®n. El hospital hizo frente a la situaci¨®n, adem¨¢s, en "la peor ma?ana en seis meses, con m¨¢s de 130 pacientes en urgencias esperando a ser ingresados en planta".
Pregunta. ?Qu¨¦ hicieron cuando les avisaron del atentado?
Respuesta. Se liber¨® todo el espacio posible en urgencias, se suspendieron las 80 intervenciones programadas y se agilizaron todas las altas. Muchos pacientes se ofrecieron para irse del hospital y dejar recursos libres. Los trabajadores que terminaban el turno de noche se quedaron y se sumaron a los que empezaban el de ma?ana. Fue curioso, pero a las 13.30 las urgencias ten¨ªan espacio disponible y a las 15.30 ten¨ªamos camas libres. Fue un esfuerzo enorme.
P. ?Qu¨¦ ayud¨® m¨¢s a asumir la avalancha de pacientes?
R. El cribaje de los pacientes desde su llegada al hospital. Los m¨¢s graves fueron directos a quir¨®fano. Los graves recibieron atenci¨®n intensiva. Y los menos graves, aunque llegaran con heridas muy aparatosas de metralla u otras, aunque bien atendidos, recib¨ªan una prioridad menor. Esto fue la forma de evitar el colapso. Adem¨¢s, el buen cribaje ya se hizo desde los servicios de emergencia. Por ejemplo, no nos lleg¨® ning¨²n gran quemado porque fueron llevados a los hospitales especializados.
P. ?Qu¨¦ tipo de heridas atendieron m¨¢s?
R. Amputados, hemorragias pulmonares masivas, fracturas abiertas, heridos de metralla y enfermos neuroquir¨²rgicos.
P. ?Qu¨¦ causa las hemorragias pulmonares?
R. La onda expansiva. Atendimos a unas 50 personas. La caja tor¨¢cica se contrae cuando la onda llega al cuerpo y luego se expande. Los pulmones empiezan a sangrar y es fundamental mantener la respiraci¨®n, porque la sangre proviene de miles de peque?os vasos que ir¨¢n dejando de sangrar poco a poco. Pero si no se mantiene, la sangre inunda el pulm¨®n y ahoga al herido. Ning¨²n hospital hab¨ªa atendido a tantos pacientes por este motivo. El mayor registro hasta ahora era de Israel, y no superaba la quincena de afectados.
P. ?Atendieron muchas fracturas abiertas?
R. Una cifra similar. Abiertas y conminutas, que es cuando el hueso queda deshecho, como si le hubieran dado un enorme martillazo. En este caso lo fundamental era asegurar que las hemorragias cerradas por los servicios de emergencia no sangraran de nuevo. Luego, estabilizar a los que pod¨ªan esperar e intervenir al instante a los casos m¨¢s graves.
P. ?C¨®mo eval¨²a la asistencia?
R. La literatura dice que muere cerca de un 10% los heridos ingresados tras un atentado u explosi¨®n. Nosotros recibimos 230 heridos en la primera hora y media y otros 70 en las siguientes. De momento han fallecido cuatro.
P. ?Funcion¨® el banco de sangre?
R. De forma impecable. A la media hora, el Centro Regional de Transfusiones nos sirvi¨® m¨¢s de 200 unidades. Esto y la avalancha de donantes hizo posible que en ning¨²n momento faltara sangre. Pero ahora hay que estar alerta. En Nueva York, tras el atentado en las Torres Gemelas, la mayor carest¨ªa se produjo dos meses m¨¢s tarde, cuando se acabaron las donaciones recibidas en los d¨ªas siguientes al atentado y apenas hab¨ªa nuevos donantes. Quienes hab¨ªan donado, los m¨¢s concienzados, a¨²n no pod¨ªan volver a donar. Por esto es fundamental que en las siguientes semanas vayan donando sangre de forma escalonada quienes no lo han hecho.
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