Lalar¨¢-larita
Aniquilar la oposici¨®n. ?se fue uno de los frentes abiertos por el PP para cercenar los fundamentos de la democracia en la pasada legislatura. Sus resabios autoritarios no le dejaron comprender que la oposici¨®n no es un grupo subversivo, sino una instituci¨®n tan esencial como la del Gobierno. De hecho, a muchos nos gustar¨ªa que a la ley D'Hont se le a?adiera otro mecanismo corrector para impedir la existencia de mayor¨ªas absolutas en el Congreso y en los parlamentos auton¨®micos. Independientemente del partido al que cada uno haya votado, es un derecho de todos los ciudadanos contar en cada legislatura con un partido solvente que controle el trabajo del Ejecutivo. Por eso protest¨¢bamos antes cuando el Gobierno atacaba a la oposici¨®n en vez de rendir las cuentas que ¨¦sta le ped¨ªa. Por eso exigimos ahora, seamos o no votantes del PP, la m¨¢xima eficacia a la hora de recomponer el partido.
Y no parece que sus dirigentes vayan por el buen camino. En Madrid nadie parece dispuesto a reconocer errores. Como suele ser habitual, se ha impuesto la tesis que beneficia a los actuales dirigentes del partido: puesto que nuestra gesti¨®n ha sido impecable y nuestras decisiones las correctas, la p¨¦rdida de las elecciones s¨®lo se puede explicar por el efecto negativo de la matanza y por la conspiraci¨®n de los medios hostiles al Gobierno. Ah, y seg¨²n Pilar del Castillo por un mont¨®n de gente que fue a votar. La cosa no tendr¨ªa mayor importancia si esta ciega actitud no encubriera las consabidas luchas intestinas y sobre todo rectales. Eso significa que hasta que no ajusten cuentas entre ellos el PP no estar¨¢ capacitado para controlar al Gobierno socialista, como es su obligaci¨®n. Y eso no s¨®lo es un problema del PP; es un problema de todos.
En Andaluc¨ªa la situaci¨®n es mucho peor. Aqu¨ª no ha habido una simple derrota electoral. Aqu¨ª ha habido una cat¨¢strofe. S¨®lo los muy forofos pueden alegrarse de que el PSOE haya obtenido mayor¨ªa absoluta. Yo creo que hasta Gaspar Zarr¨ªas reconocer¨ªa en conversaci¨®n privada que para una democracia no es saludable que el mismo partido permanezca en el poder veintitantos a?os seguidos. Y menos a¨²n con mayor¨ªa absoluta. Pero, ?qu¨¦ van a hacer los socialistas? Ellos se presentan, la gente los vota, y ganan. Decimos lo mismo: la necesidad de que el PP andaluz sea alg¨²n d¨ªa una verdadera alternativa de gobierno es algo que va m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica. Es una cuesti¨®n de salud p¨²blica, en la que el PSOE deber¨ªa echar una mano cediendo aunque fuera a Manuel Chaves para que se presentara como candidato por el PP en las pr¨®ximas elecciones.
No veo otra soluci¨®n a medio plazo. Salvo un par de disidentes, los populares de Andaluc¨ªa tambi¨¦n se han encastillado en la teor¨ªa de la bomba y la conspiraci¨®n. Si no fuera pat¨¦tico, dar¨ªa risa el espect¨¢culo de Javier Arenas en Sevilla aferr¨¢ndose con una mano al sill¨®n y sujetando con la otra a la son¨¢mbula Te¨®fila Mart¨ªnez, o el del Tr¨ªo Lalal¨¢ en Almer¨ªa (Nosequ¨¦ Matar¨ª, Rafael Hernando y Luis Rogelio Rodr¨ªguez-Comendador) silbando disimuladamente, negando cualquier relaci¨®n entre su torpeza como dirigentes y el resultado electoral.
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