Qu¨¦ Parlamento
En sus declaraciones del domingo pasado al diario EL PA?S el que ser¨¢ investido presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se ha comprometido a hacer una pol¨ªtica muy centrada en el Parlamento, en constante di¨¢logo con el resto de las fuerzas pol¨ªticas y ha reiterado su voluntad de que las pol¨ªticas de su Gobierno est¨¦n marcadas por la moderaci¨®n y el consenso. Ha explicado tambi¨¦n que su compromiso para conseguir los votos de la investidura ser¨¢ despertar la confianza en su forma de gobernar, basada en el protagonismo del Parlamento.
Para la presidencia del Congreso de los Diputados, Zapatero ha avanzado como candidato a Manuel Mar¨ªn quien en un comunicado inicial ha dicho ser consciente de que la pr¨®xima legislatura ser¨¢ muy exigente para todos: Gobierno y partidos pol¨ªticos. Enseguida ha a?adido que la reforma del reglamento de la C¨¢mara, invariable desde 1982, es una urgente necesidad para hacer del Parlamento el centro de la vida pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs. Una necesidad que ha fracasado por quinta legislatura consecutiva. El ¨²ltimo intento se plasm¨® en una propuesta presentada conjuntamente por los Grupos Socialista, Vasco del PNV, Federal de Izquierda Unida y Mixto, que public¨® el Bolet¨ªn Oficial de las Cortes Generales el 31 de mayo de 2002.
De ah¨ª que, como se?ala Enrique Guerrero en su excelente estudio sobre El Parlamento espa?ol en la VII Legislatura: una deriva negativa, siga pendiente la creaci¨®n de la Oficina Presupuestaria del Congreso, la posibilidad de constituir Comisiones de Investigaci¨®n a salvo del veto de la mayor¨ªa y el reparto de las iniciativas de control para evitar el contrasentido de que recaigan mayoritariamente en el grupo que sostiene al Gobierno y se conviertan en vergonzosos turnos de halago al Ejecutivo de los que son buen ejemplo los consumidos en esta ¨²ltima legislatura por algunos diputados estrella del PP tipo Rafael Hernando o Vicente Mart¨ªnez Pujalte.
Nuestro autor subraya c¨®mo a partir de la obtenci¨®n de la mayor¨ªa absoluta en las elecciones de 2000 el presidente Aznar procedi¨® a la configuraci¨®n y ocupaci¨®n partidaria de grandes conglomerados empresariales surgidos de las privatizaciones de las mayores empresas p¨²blicas, impuls¨® la generaci¨®n de potentes grupos de comunicaci¨®n puestos al servicio del Gobierno, se engolf¨® en el abuso de los medios de propiedad p¨²blica, promovi¨® la persecuci¨®n de los medios privados considerados desafectos o carentes del exigible entusiasmo, encabez¨® el maltrato a la oposici¨®n y apost¨® por el deterioro generalizado de las instituciones.
Adem¨¢s, en el ¨¢mbito del Parlamento se sinti¨® con manos libres en el ejercicio de la funci¨®n legislativa, maniat¨® las posibilidades de control, eludi¨® las comparecencias arriesgadas ante la C¨¢mara, cercen¨® el debate pol¨ªtico y opt¨® por la opacidad informativa con apag¨®n estad¨ªstico incluido, sin atender a las reformas prometidas en sus programas electorales.
El repaso somero a los datos de esta VII Legislatura, que acaba de concluir, suministra pruebas abrumadoras. En las seis legislaturas anteriores el porcentaje de Proyectos de Ley aprobados en relaci¨®n con los remitidos fue de 69%, 89%, 86%, 80%, 86% y 89%. En ¨¦sta el Gobierno remiti¨® 175 y se aprobaron 173, es decir el 98,8%. De los otros dos uno fue rechazado y el otro caduc¨® al disolverse las C¨¢maras.
Pero interesan algunos detalles adicionales muy significativos porque de los ¨²ltimos 20 Proyectos aprobados 18 fueron declarados urgentes con la consiguiente limitaci¨®n para su debate y los otros dos fueron los Presupuestos Generales del Estado y la Ley de Acompa?amiento, que tienen plazos perentorios pues a tenor de la Constituci¨®n han de publicarse antes del primero de octubre y entrar en vigor el primero de enero.
Quedan por rese?ar otros esc¨¢ndalos adicionales como el uso de la conocida como Ley de Acompa?amiento bajo cuyo indebido amparo se aprueban o derogan m¨¢s normas, en la de 2003 un total de 113, que en la actividad legislativa ordinaria. O la desatenci¨®n a las proposiciones de Ley o el recurso a enmiendas en el Senado de la Ley de Arbitraje para modificar nada menos que el C¨®digo Penal. Por todo ello el compromiso de rehabilitar el Parlamento debe ser una prioridad inmediata. Continuar¨¢.
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