El Papa narra su obispado en Polonia en la segunda parte de su autobiograf¨ªa

Como en Don y misterio, cuya composici¨®n final correspondi¨® al periodista Gianfranco Svidercoschi, Juan Pablo II ha contado para la segunda parte de la autobiograf¨ªa con la ayuda de redactores y editores. En cambio, Tr¨ªptico romano, una obra po¨¦tica en tres actos publicada dos a?os atr¨¢s, s¨ª fue escrita personalmente por Wojtyla. En uno de los pasajes, el Papa hablaba de la Capilla Sixtina e imaginaba un futuro c¨®nclave de cardenales, reunido para elegir a su sucesor.

Juan Pablo II ha explicado en numerosas ocasiones las circunstancias que rodearon su nombramiento como obispo auxiliar de Cracovia. Era julio de 1958 y el sacerdote Karol Wojtyla, de 38 a?os, se encontraba de vacaciones en un lago con un grupo de j¨®venes. Estaba remando en una canoa cuando alguien le grit¨® desde la orilla que hab¨ªa una llamada telef¨®nica para ¨¦l. Llamaba el cardenal Stefan Wyszynski, el gran patriarca del catolicismo polaco, que le informaba de que en adelante ser¨ªa obispo. El sacerdote Wojtyla, tras la comunicaci¨®n, corri¨® a un convento de monjas cercano y pas¨® la noche postrado en la capilla.

En 1964, Pablo VI le nombr¨® arzobispo. En aquel momento, el Gobierno comunista de Varsovia le consideraba un interlocutor m¨¢s flexible y razonable que el viejo cardenal Wyszynski, y, en efecto, durante a?os la relaci¨®n entre Estado e Iglesia fue manejada con prudencia por Wojtyla.

La tensi¨®n entre ambos poderes creci¨® con la aparici¨®n de movimientos anticomunistas de inspiraci¨®n cat¨®lica como el sindicato Solidaridad. En 1978, cuando Karol Wojtyla fue elegido sucesor de Juan Pablo I, las relaciones del nuevo Pont¨ªfice con el gobierno polaco eran g¨¦lidas.