Regulaci¨®n de tr¨¢fico
El Ayuntamiento de Madrid ha decidido ampliar las zonas de regulaci¨®n de estacionamiento y mi domicilio se va a ver incluido a primeros del verano en dicha ampliaci¨®n.
Hasta ah¨ª, nada que objetar; la medida est¨¢ amparada por la reglamentaci¨®n vigente. Ahora bien, me conminan a personarme en fechas exactas, en una ¨²nica oficina habilitada al efecto, munida de originales y fotocopias de documentaci¨®n varia. Telef¨®nicamente, me aclaran que legalmente (sic) no puede hacerse por correo.
Creo que no me equivoco si afirmo que:
El Excelent¨ªsimo Ayuntamiento sabe que existo, me tiene incluida en su padr¨®n y conoce a la perfecci¨®n mi domicilio, fecha y lugar de nacimiento y n¨²mero de mi DNI. ?Qu¨¦ af¨¢n le mueve para exigirme la fotocopia de dicho documento? ?Ojo! Tambi¨¦n deber¨¦ exhibir para compulsa el original, no vaya a ser que yo lleve a?os ejerciendo mi derecho a voto, por ejemplo, sin existir y/o sin ser titular de tan sacrosanta tarjeta de identidad.
El Excelent¨ªsimo Ayuntamiento tiene perfecta constancia de que soy propietaria de un veh¨ªculo, sabe su matr¨ªcula y su potencia fiscal e, inexorablemente, cuenta con mi ¨®bolo anual en concepto de impuesto sobre veh¨ªculos de tracci¨®n mec¨¢nica. ?O es que acaso sue?o cuando compruebo el cargo de su importe en mi cuenta bancaria?
No s¨¦ el n¨²mero de personas y veh¨ªculos afectados por la pr¨®xima ampliaci¨®n, pero aventuro que no bajar¨¢ de 200.000 personas. A raz¨®n de un m¨ªnimo de 2,5 horas en concepto de desplazamiento, espera y despacho del tr¨¢mite en la ¨²nica dependencia municipal para ello habilitada, supone quinientas mil horas empleadas -unas 280 personas trabajando un a?o completo- y que, a m¨®dicos 10 euros por hora, significa un coste social de la friolera de 5 millones de euros, m¨¢s de 830 millones de las extinguidas pesetas (no entro en detalle del coste de las 400.000 fotocopias y el da?o ecol¨®gico del papel y t¨®ner consumido).
Sin m¨¢s que un esfuerzo de imaginaci¨®n y contraste del censo de veh¨ªculos en impuesto de marras con el padr¨®n de residentes en la zona afectada, m¨¢s del 70% de los posibles damnificados podr¨ªan realizar su tr¨¢mite por correo, enviando al Ayuntamiento su solicitud y, eso s¨ª, los imprescindibles datos de la cuenta bancaria donde satisfacer la voracidad recaudatoria municipal. Y ni siquiera habr¨ªa hecho falta Internet, administraci¨®n electr¨®nica ni inauditos esfuerzos tecnol¨®gicos.
Alg¨²n probo funcionario alegar¨¢: "La ordenanza dice...". C¨¢mbiese la torpe redacci¨®n de la ordenanza, que en algo ¨²til puede ocuparse el pleno, o, sin m¨¢s, apl¨ªquese inteligentemente la legalidad de rango superior a la susodicha ordenanza, que s¨ª dispone de mecanismos para evitar desatinos como este desperdicio de quinientas mil horas de trabajo -o de ocio, que no s¨®lo de pan vive el hombre- expropiadas a la ciudadan¨ªa en un alarde de gesti¨®n incompetente.
Eso s¨ª, el excelent¨ªsimo se?or alcalde-presidente no ceja en su empe?o de asegurarnos que a moderno, lo que se dice moderno de verdad, nadie le aventaja. Me atrevo a asegurar que, adem¨¢s, no falta en la estructura del Ayuntamiento un equipo de cualificados profesionales bajo denominaci¨®n de la ¨ªndole de "Simplificaci¨®n y racionalizaci¨®n de la gesti¨®n", "Ventanillas ¨²nicas del ciudadano", "Para la sociedad de la informaci¨®n" o an¨¢logas y fashion lindezas.
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