Deuda p¨²blica
La noticia econ¨®mica m¨¢s importante de la semana pasada ha sido, sin duda, la confirmaci¨®n de la propuesta de Pedro Solbes como futuro vicepresidente del Gobierno para asuntos econ¨®micos. Es una noticia positiva por varios motivos: el primero, que se ha producido con celeridad; el segundo, que el responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica, al igual que ha sucedido en los gobiernos del Partido Popular, va a tener un rango superior al del resto de ministros econ¨®micos, lo que asegura la coherencia y unidad de acci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica; el tercero, que Pedro Solbes re¨²ne caracter¨ªsticas personales y profesionales m¨¢s que suficientes como para ser un buen director de la econom¨ªa espa?ola. Todo ello ha transmitido tranquilidad y confianza a los agentes econ¨®micos, super¨¢ndose as¨ª uno de los elementos de incertidumbre tras la conmoci¨®n del 11-M y la sorpresa de los resultados electorales. Con el equipo econ¨®mico que se perfila para la nueva legislatura parecen asegurados los tres pilares en los que debiera basarse la pol¨ªtica econ¨®mica de los pr¨®ximos a?os: estabilidad macroecon¨®mica, reformas estructurales y reforzamiento de las pol¨ªticas m¨¢s directamente ligadas con el potencial de crecimiento (educaci¨®n, I+D, infraestructuras). ?Suerte!
La llegada de Pedro Solbes ha transmitido tranquilidad y confianza a los agentes econ¨®micos
En cuanto a los datos m¨¢s interesantes de los ¨²ltimos d¨ªas, la Intervenci¨®n General del Estado ha publicado las cuentas del conjunto de las administraciones p¨²blicas de 2003 y el Banco de Espa?a, la deuda p¨²blica desagregada por niveles de administraci¨®n al finalizar el pasado a?o. Las cuentas de nuestro sector p¨²blico se han cerrado provisionalmente con un saldo positivo (super¨¢vit) de 2.574 millones de euros, equivalentes al 0,35 del PIB. Se mejora, por tanto, la previsi¨®n de d¨¦ficit cero de los Presupuestos Generales del Estado para 2003. Sin embargo, como ya he comentado en otras ocasiones en esta columna, ello no significa que nuestros gobiernos (central, auton¨®micos y locales) hayan hecho un esfuerzo adicional al presupuestado desde el lado del gasto para mejorar las previsiones. Simplemente, siguiendo la t¨®nica observada desde 1998, se han encontrado con mayores recursos de los previstos, debido a que el crecimiento nominal de la econom¨ªa ha sido superior como consecuencia de la mayor inflaci¨®n, lo que les ha permitido generar el super¨¢vit se?alado a¨²n gastando tambi¨¦n m¨¢s de lo presupuestado. Si nuestros gobernantes se hubieran atenido estrictamente al techo de gastos presupuestados, hoy podr¨ªamos encontrarnos con un super¨¢vit mucho mayor. Pero, en fin, aunque todo es y debe ser mejorable, la herencia para los pr¨®ximos gobernantes no es mala, sino mucho mejor que la que los ahora cesantes se encontraron en 1996.
El super¨¢vit se?alado y otros factores diversos (por ejemplo, la disminuci¨®n del valor de la deuda nominada en divisas distintas del euro al apreciarse ¨¦ste) han permitido que la deuda p¨²blica disminuya en valores absolutos por primera vez desde hace much¨ªsimos a?os, situ¨¢ndose en un valor equivalente al 50,8% del PIB, unos 13 puntos del PIB por debajo de la media de la UE (gr¨¢fico izquierdo). Desde 1996-1997 tanto las administraciones territoriales en su conjunto como, sobre todo, el Estado est¨¢n contribuyendo a la disminuci¨®n del peso de la deuda en relaci¨®n al PIB (gr¨¢fico central), aunque, como se ve en el gr¨¢fico derecho, hay grandes diferencias por comunidades aut¨®nomas. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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