'Labour of love', de UB 40
Si la banda sonora de The harder they come (aqu¨ª, Caiga quien caiga) dio a conocer los encantos del reggae fuera de Jamaica, el grupo brit¨¢nico UB 40 continu¨® la evangelizaci¨®n con Labour of love, un disco tan popular en el Reino Unido que la reedici¨®n en CD ni se molesta en rese?ar su contenido en el exterior: dentro est¨¢n ¨¦xitos tales como Red red wine y Cherry oh baby. EL PA?S lo ofrece a sus lectores a partir de ma?ana, jueves, por 5,95 euros.
No hay mucho de convencional en un grupo que elige como nombre el del impreso con el que los desempleados brit¨¢nicos se apuntan al paro. De hecho, UB 40 crece y se hace fuerte en el Reino Unido de Margaret Thatcher, cuya filosof¨ªa ultraliberal le lleva a declarar inv¨¢lidos o despreciables los lazos de comunidad y familia.
Y UB 40 se plantea como proyecto comunitario y familiar. En el n¨²cleo hay dos pares de hermanos. Est¨¢n los cantantes y guitarristas Robin y Alistair Ali Campbell, hijos del cantante escoc¨¦s de folk Ian Campbell. Tambi¨¦n, el bajista Earl Falconer y el ingeniero de sonido Ray Pablo Falconer, luego productor. Se van incorporando el baterista James Brown, el teclista Michael Virtue, el percusionista Norman Hassan y el cantante Astro (que hace toasting, esas caracter¨ªsticas improvisaciones rimadas). El lugar de origen es Birmingham, de donde salen por el patrocinio de Chrissie Hynde, que les ofrece ser teloneros en una gira de The Pretenders.
Como ocurre con los Specials o The Beat, UB 40 es una agrupaci¨®n multirracial de afiladas posturas ideol¨®gicas: los Campbell y sus amigos dejan a su primera discogr¨¢fica, Graduate, cuando acepta censurar Burden of shame, su canci¨®n contra el apartheid, para la edici¨®n en Sur¨¢frica. Y montan su sello, DEP International, al igual que un estudio, Abattoir. Dentro de lo que cabe, se quieren autosuficientes.
Otras actividades pol¨ªticas son sus conciertos a beneficio de los detenidos durante los disturbios del verano de 1981, o If it happens again, una denuncia del Partido Conservador en a?o electoral. Tambi¨¦n acuden en ayuda del Ayuntamiento de Londres cuando Thatcher pretende -y consigue- atomizar la capital para echar a los laboristas del poder municipal. Se significan tanto que hay recintos que se niegan a acoger sus conciertos.
Ya tienen cinco LP en su haber cuando, en 1983, ya con el saxofonista Brian Travers, deciden darse un capricho y olvidarse de los mensajes. En gira, se lanzan a tocar sus canciones de reggae favoritas. Se graban y se adecentan m¨ªnimamente: se suma un coro femenino en Many rivers to cross y una trompeta en She caught the train. Y a?aden teclados en cuatro temas, m¨¢s que nada por contar con los servicios de un hist¨®rico jamaicano, Jackie Mittoo.
Cuando Red, red wine se convierte en su primer n¨²mero uno, UB 40 descubre que el autor de la canci¨®n es Neil Diamond, alguien muy alejado de su mundo. Pero ellos se basan en la adaptaci¨®n jamaicana de Tony Tribe. Llevan 15 a?os escuchando las cl¨¢sicas de Kingston que en el Reino Unido distribuyen Trojan o Island. Saben que hay un inmenso tesoro musical m¨¢s all¨¢ de los temas de Bob Marley & The Wailers.
Con el impacto de Labour of love, comprueban que sus instintos no iban mal encaminados: las originales son creaciones irresistibles que no llegaron al gran p¨²blico por tratarse de m¨²sica destinada a la minor¨ªa caribe?a o por estar registrada deprisa y corriendo, en estudios pobres. UB 40 las adapta al gusto masivo con un sonido sinuoso, un esp¨ªritu juguet¨®n y un obvio respeto por los maestros. El fen¨®meno se reproduce fuera de Gran Breta?a. Cinco a?os despu¨¦s, una emisora de Arizona vuelve a pinchar Red, red wine y la canci¨®n se coloca en lo alto de las listas estadounidenses. UB 40 se rinde a la evidencia y en 1989 llega la continuaci¨®n: Labour of love II.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.