"Prefiero la c¨¢rcel a la guerra"
Un soldado estadounidense -hijo del cantante Mej¨ªa Godoy- relata por qu¨¦ se ha convertido en desertor
El sargento Camilo Mej¨ªa es el primer militar de Estados Unidos en desafiar p¨²blicamente al Gobierno por la guerra de Irak, una guerra que considera "mercenaria, decidida por un presidente t¨ªtere de las grandes corporaciones que se est¨¢n beneficiando de la reconstrucci¨®n". Para ¨¦l es una cuesti¨®n de principios, de moralidad, que ha llevado hasta las ¨²ltimas consecuencias abandonando su escuadr¨®n en Irak; sus jefes, sin embargo, le creen un cobarde. En mayo ser¨¢ juzgado en una corte marcial por deserci¨®n. Mej¨ªa ha hablado con EL PA?S desde la base de Fort Stewart en Georgia, donde est¨¢ recluido.
"Prefiero ir a la c¨¢rcel que ser parte de esta guerra", afirma. El c¨®digo de justicia militar de Estados Unidos castiga la deserci¨®n en tiempos de guerra incluso con pena de muerte, pero en su caso la sentencia no exceder¨¢ de un a?o de confinamiento y un despido por mala conducta, de ser declarado culpable. El delito del que le acusan es "deserci¨®n con la intenci¨®n de evadir una misi¨®n peligrosa". Mej¨ªa no se considera desertor, sino objetor de conciencia. Hace dos semanas se entreg¨® al Ej¨¦rcito con la ayuda de una ONG antiguerra, despu¨¦s de estar cinco meses fugitivo escondi¨¦ndose en casas de amigos en EE UU, sin utilizar tel¨¦fonos ni Internet, por temor a que le arrestaran.
Mej¨ªa, nicarag¨¹ense de 28 a?os, es hijo del m¨²sico Carlos Mej¨ªa Godoy y lleva 10 a?os en EE UU. Lleg¨® desde Costa Rica con su madre, una activista sandinista, y un hermano, y se establecieron en Miami. Decidi¨® alistarse en el Ej¨¦rcito porque "estaba desarraigado [en dos a?os hab¨ªa vivido en tres pa¨ªses], necesitaba sentirme parte de algo, y el Ej¨¦rcito me ofrec¨ªa exactamente eso". Firm¨® un contrato con la guardia nacional por ocho a?os que se cumpl¨ªan justo cuando el Pent¨¢gono empezaba a desplazar tropas a Irak en marzo de 2003. Su batall¨®n fue destinado al tri¨¢ngulo sun¨ª.
All¨ª ha vivido varias emboscadas, ha disparado a muerte y ha estado a punto de morir. "La violencia s¨®lo conduce a m¨¢s violencia; no est¨¢bamos logrando nada, mor¨ªan muchos civiles". Como cuando vio a un "hombre decapitado por nuestras balas, o mi amigo le dispar¨® a un ni?o, o vi a un joven iraqu¨ª que arrastraban sobre su propia sangre". El grupo de soldados que mandaba mat¨® a 13 civiles, 11 de los cuales se vieron atrapados en fuego cruzado; los otros dos intentaron atacarles, uno era un ni?o de 10 a?os con un fusil AK-47.
Empez¨® a preguntarse por el sentido de la guerra. Adem¨¢s, estaba decepcionado por las t¨¢cticas de algunos mandos militares a los que, seg¨²n ¨¦l, "la ambici¨®n de ganarse medallas les lleva a poner a las tropas en peligro". En una ocasi¨®n le censuraron el que hubiera escapado con sus nueve soldados de una emboscada en vez de confrontar al enemigo. "Me dijeron que les hab¨ªa enviado el mensaje equivocado, que nos deb¨ªamos haber quedado peleando".
Despu¨¦s de darle muchas vueltas a la conciencia y llegar a la conclusi¨®n de que "era una guerra injusta, mercenaria, por dinero, por petr¨®leo", decidi¨® pedir un permiso en octubre -llevaba siete meses en Oriente Pr¨®ximo, dos en un pa¨ªs del que tiene prohibido hablar y cinco en Irak-. Su jefe, el capit¨¢n Tad Warfel, se lo concedi¨® pensando que regresar¨ªa. D¨ªas despu¨¦s, Warfel recibi¨® un correo electr¨®nico desde Miami en el que su subordinado ped¨ªa que le relevaran de sus funciones, a lo que el capit¨¢n respondi¨® orden¨¢ndole que regresara. Pero Mej¨ªa opt¨® por quedarse, como han hecho decenas de otros soldados, pero ¨¦stos, a diferencia de ¨¦l, no han desafiado p¨²blicamente al Gobierno y sus castigos han sido ben¨¦volos. (Se desconoce el n¨²mero exacto de desertores silenciosos). Warfel sostiene que "no hay peor ofensa que abandonar a los compa?eros en medio de una guerra", y ha calificado la decisi¨®n de Mej¨ªa como un "acto cobarde" por el que se le deber¨ªa castigar no con c¨¢rcel, sino "mand¨¢ndole a Irak a cumplir los seis meses que le faltan". Warfel y 27 de sus 127 hombres fueron heridos, algunos han perdido extremidades, pero ninguno ha desertado, excepto Mej¨ªa.
Aunque procede de una familia de izquierdas, Mej¨ªa asegura que la batalla que est¨¢ librando no obedece a ninguna militancia pol¨ªtica. "Trat¨¦ de resolver mi problema [que le eximieran de luchar por haber finalizado su contrato militar] a trav¨¦s del procedimiento normal, pero me ignoraron, y aqu¨ª para ser o¨ªdo hay que meter bulla. Adem¨¢s, el mundo tiene derecho a saber lo que piensan los soldados". Mej¨ªa no puede votar en EE UU porque no ha adquirido la nacionalidad estadounidense -ni piensa hacerlo-, pero de tener ese derecho, votar¨ªa por el partido dem¨®crata, al que califica como "el menos mal¨¦volo".
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