Joan I. Pla, El Conseguidor
Me dice un peque?o empresario: "Desde el triunfo de Rodr¨ªguez Zapatero, Joan Ignasi Pla me parece m¨¢s alto, m¨¢s guapo y hasta m¨¢s rubio que antes". Lo mismo le debe suceder, seguramente, a su perenne rival pol¨ªtico, Cipri¨¤ Ciscar, que ha despachado con ¨¦l: "Se trata de que Cipri¨¤ tenga un papel preponderante en las Cortes de Madrid durante esta legislatura".
El secretario general del PSPV-PSOE est¨¢, obviamente, crecido. De momento, ha conseguido que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, lo reciba hoy por primera vez desde su triunfo electoral ?hace diez meses! Que en tan largo plazo de tiempo no se hayan visto cara a cara el presidente del Ejecutivo y el l¨ªder de la oposici¨®n constitu¨ªa toda una anomal¨ªa pol¨ªtica que, al parecer, el resultado de las elecciones del 14-M se ha encargado de corregir.
La Comunidad Valenciana, junto a Murcia y Baleares, se ha mantenido, no obstante, como un s¨®lido reducto del Partido Popular, al margen del vuelco electoral en los pasados comicios generales. Pero la pol¨ªtica de la Generalitat ya no puede ser la misma a partir de esa fecha: entre otras razones, no menores, porque los tres grandes pilares de su programa -Plan Hidrol¨®gico Nacional, tren de alta velocidad y creaci¨®n de empleo- dependen, qui¨¦rase o no, de la acci¨®n del Estado; y el Gobierno del Estado ya es del PSOE.
Esto ampl¨ªa el margen de actuaci¨®n de Pla hasta l¨ªmites insospechados. Incluso le hace acariciar la idea de sentarse en el Palau de la Generalitat en 2007 tras ganar las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, quimera hasta hace poco inalcanzable. Por ahora, sin embargo, el otro ¨²nico vencedor en el 14-M, adem¨¢s de Rodr¨ªguez Zapatero, ha sido Pasqual Maragall. El hombre, pr¨¢cticamente un cad¨¢ver pol¨ªtico en la noche electoral del 16 de noviembre, cien d¨ªas despu¨¦s ha visto robustecido su Gobierno tripartito, aumentado el caudal de votos del PSC, impuesta su tesis de federalismo asim¨¦trico y colocado al secretario general de su partido, Jos¨¦ Montilla, al frente de un superministerio en Madrid. Dada la apetencia de expansionismo pancatalanista que se atribuye a Maragall, ?cu¨¢l ser¨¢ el papel de Pla en este nuevo escenario?
De jugar bien sus bazas -lo que est¨¢ por ver-, el secretario del PSPV puede convertirse en un intermediario de lujo entre la Comunidad Valenciana y los vencedores de las pasadas elecciones. Con Madrid, para evidenciar que s¨ª tiene alternativas al PHN que no nos dejen sin agua; que la llegada del AVE se va a cumplir en tiempo y forma, sin m¨¢s dilaciones; que existe una pol¨ªtica de I+D realista que beneficiar¨¢ a nuestras peque?as empresas, y que ninguna cicater¨ªa empeque?ecer¨¢ las posibilidades que brinda a Valencia la celebraci¨®n de la Copa del Am¨¦rica en 2007.
No existen precedentes que demuestren inequ¨ªvocamente que todo ello es posible. Los escasos diez meses a caballo de 1995 y 1996 en que el Gobierno auton¨®mico de Zaplana coincidi¨® con un Ejecutivo socialista en Madrid no valen como referencia, ya que el Gabinete de Felipe Gonz¨¢lez se hallaba en su declive final, mientras que Rodr¨ªguez Zapatero inicia un nuevo ciclo. Por otra parte, tampoco es v¨¢lido el ejemplo de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona en 1992 para la Copa Am¨¦rica. Entonces, el ayuntamiento barcelon¨¦s y el Gobierno central, los dos socialistas, hicieron una pinza al Consell Executiu de Jordi Pujol, hip¨®tesis irreproducible con un Gobierno municipal del PP como el de Rita Barber¨¢.
Esa b¨²squeda de componendas, esa demostraci¨®n de que juega en beneficio de la Comunidad Valenciana m¨¢s all¨¢ de leg¨ªtimos partidismos, es lo que le conferir¨ªa a Joan Ignasi Pla una credibilidad que a¨²n tiene que lograr. Lo dicho resulta todav¨ªa m¨¢s v¨¢lido en las relaciones con Catalu?a. Ah¨ª, la posible capacidad de cintura de Pla, su necesaria mano izquierda, podr¨ªa suavizar modos y maneras arrogantes de Maragall, frenar veleidades expansionistas, demostrar que infraestructuras como el corredor del Mediterr¨¢neo son leg¨ªtimos logros econ¨®micos y no imposiciones pol¨ªticas de nuestros vecinos del norte.
?se es el horizonte de trabajo de Joan I. Pla, El Conseguidor. Si se pone a la tarea con inteligencia pol¨ªtica y sin seguidismo de terceros, ser¨¢ cre¨ªble su pr¨¦dica de que apoya al Consell de Camps "porque es el presidente de todos los valencianos". Si, en cambio, s¨®lo lo hace para fomentar su pugna con el nuevo portavoz parlamentario del PP en Madrid, Eduardo Zaplana, demostrar¨ªa una visi¨®n alicorta de su papel pol¨ªtico y evidenciar¨ªa que no representa una alternativa de Gobierno auton¨®mico ni para 2007 ni para m¨¢s all¨¢. En su mano est¨¢.
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