El Bar?a se queda seco

La UEFA se evapor¨® hace dos semanas y el s¨¢bado qued¨® ya muy maltrecho el sue?o de meterse en la pelea por la Liga. El Bar?a se despidi¨® de Europa sin goles y no logr¨® agujerear la porter¨ªa de Reina. Toda la ilusi¨®n se desvaneci¨®. El s¨®lido Villarreal de Paquito ya frustr¨® en su d¨ªa al Bar?a de Van Gaal, al de Rexach y ayer al de Rijkaard. Los azulgrana han dejado de ser ante la porter¨ªa el Rey Midas y se quedaron, por segundo d¨ªa consecutivo, a cero. El empate dej¨® tambi¨¦n cierta frustraci¨®n simb¨®lica porque los azulgrana estaban s¨®lo a un paso de lograr la d¨¦cima victoria e igualar la racha del m¨ªtico equipo de Kubala, el de las cinco copas. Desesperado, impaciente y sin recursos, el Bar?a se qued¨® estancado y sin la suerte de otros d¨ªas.

Muy pronto se vio. El Bar?a calc¨® en la primera parte los problemas que ya sufri¨® para encontrar el gol ante la Real, a la que derrot¨® en el ¨²ltimo minuto y de falta, y ante el Celtic. El Villarreal cerr¨® bien los espacios y estrangul¨® los recursos ofensivos del Bar?a, que se estrell¨® al intentar entrar por el centro. Luis Garc¨ªa sali¨® como una bala por la banda derecha pero nadie lleg¨® a sus centros. Y Saviola y Ronaldinho, los dos motores del equipo, acusaron el baj¨®n f¨ªsico por sus viajes a Suram¨¦rica. Los centrales del Villarreal siempre abortaron el ¨²ltimo pase del Bar?a, que dio s¨ªntomas de sufrir de nuevo un distanciamiento con el gol. Hasta la suerte le fue esquiva: Saviola jug¨® a las apuestas y, a un metro, muy cerca de la l¨ªnea de gol, envi¨® el bal¨®n al palo. El brasile?o debi¨® intuir que se repet¨ªa la pel¨ªcula ante la Real y provoc¨® una falta al borde del ¨¢rea. La envi¨® fuera. Reina, que volv¨ªa a la que fue su casa, trabaj¨® poco pero bien. Meti¨® la mano a un tiro dur¨ªsimo de Xavi.

Pese a que Gabri y Cocu no le dejaron vivir, Riquelme estuvo m¨¢s activo moviendo el bal¨®n frente a la medular. Pero tampoco tuvo su noche. Fue Jose Mari quien m¨¢s apret¨® las tuercas por la banda de Van Bronckhorst. Y Roger el que mejor retrat¨® el peligro: con un chut despejado por Vald¨¦s y otro que repeli¨® el palo. Pero, salvo esas dos acciones, el Bar?a no sufri¨® excesivos problemas en la zaga, una de las l¨ªneas m¨¢s s¨®lidas del equipo pese a que a diario es zarandeada por las lesiones. No jugaba anoche Puyol, lesionado, y, M¨¢rquez, su sustituto, con una elongaci¨®n muscular, no resisti¨® ni veinte minutos en el campo. Gabri, que relev¨® al mexicano, se rompi¨® tambi¨¦n a poco para el final y tuvo que abandonar el campo con una lesi¨®n que ten¨ªa muy mala pinta.

No cambi¨® nada tras el descanso. El Bar?a continu¨® sin fluidez, impreciso, como si se hubiera dejado por el camino toda la eficacia demoledora que demostr¨® durante la gran parte de su soberbia racha. El s¨¢bado no perdi¨® el empe?o pero s¨®lo logr¨® forzar faltas al borde del ¨¢rea. Ronaldinho lanz¨® hasta cuatro sin ¨¦xito. Fue un canto casi a la impotencia porque lo intent¨®, pero el Villarreal no pas¨® demasiados apuros en defensa. Coloccini cort¨® por alto todo lo que le lleg¨®. No s¨®lo eso: el equipo de Paquito dio una vuelta de tuerca y tuvo muy cerca el gol. Riquelme hizo una asistencia preciosa a Anderson, que apenas se hab¨ªa dejado ver hasta entonces. Pero el brasile?o es letal cuando aparece. V¨ªctor Vald¨¦s, de nuevo impecable, evit¨® el gol.

Rijkaard recurri¨® a Kluivert, el hombre que abri¨® con un gol en Sevilla, el pasado mes de enero, la racha del Bar?a y que se ha perdido estos dos meses por lesi¨®n. El t¨¦cnico dio muestras de conocer ya la psicolog¨ªa del estadio y retir¨® a Luis Garc¨ªa. Quitar a Saviola por el holand¨¦s, recibido entre pitos y aplausos, hubiera provocado un estallido de ira en la grada. El Camp Nou estaba ya, en cualquier caso, encendido con el ¨¢rbitro por anteriores cuitas. El colegiado anul¨®, sin embargo, bien un gol de Van Bronckhorst, tras una jugada de cabezoner¨ªa de Saviola, que reclam¨® adem¨¢s manos de Coloccini. El tramo final fue una ag¨®nica pelea por lo que parec¨ªa imposible. El milagro vivido ante la Real no se repiti¨® y la angustia la encarn¨® el pibito que acab¨® con calambres. Luis Enrique tampoco pudo aportar gran cosa y, al final, el Villarreal acab¨® apretando, con un par de saques de esquina que no hicieron m¨¢s que retratar toda la impotencia del Bar?a.