El Atl¨¦tico pasa un mal trago
Torres lanza a los suyos y un gol anulado injustamente deja al Valladolid sin el empate
Andaba perdido el Atl¨¦tico, corre que te corre, huyendo de no se sabe qui¨¦n, del bal¨®n, quiz¨¢, que para algunos es lo m¨¢s parecido al enemigo, cuando Torres se hizo presente como acostumbra: a lo grande. Se larg¨® Nano por su carril, lleg¨® hasta la l¨ªnea de fondo, levant¨® la cabeza, que ya es noticia, y la puso en el primer palo. All¨ª lleg¨® el m¨¢s listo de la clase, Torres, que golpe¨® el bal¨®n de forma sutil, con la parte exterior de su pie derecho, acarici¨¢ndolo, mand¨¢ndolo al palo contrario, desarmado Caminero y enga?ado Bizarri. Una maravilla fue aquello, la primera de un partido que arranc¨® agotador, venga a correr todo hijo de vecino. Pero apareci¨® El Ni?o y el resto qued¨® en manos de Ibagaza, que es lo mejor que le puede pasar a este Atl¨¦tico.
ATL?TICO 2 - VALLADOLID 1
Atl¨¦tico: Aragoneses; Gaspar, Garc¨ªa Calvo, Lequi, Sergi (Simeone, m. 66); Aguilera (Novo, m. 22), De los Santos, Ibagaza, Nano (Gabi, m. 86); Paunovic y Torres.
Valladolid: Bizzarri; Torres G¨®mez, Pe?a, Caminero (Cardetti, m. 88), Jonathan, Marcos; ?scar, Rafa (Richetti, m. 52), Figueredo (Chema, m. 52); Sales y Losada.
Goles: 1-0. M. 24. Nano se escapa por la izquierda, apura hasta la l¨ªnea de fondo, centra y Torres remata con el exterior de su pie derecho en el primer palo. 2-0. M. 45. Ibagaza lanza una falta al ¨¢rea, Lequi choca con un defensa, el bal¨®n queda suelto y Paunovic fusila desde el punto de penalti. 2-1. M. 65. Sales saca un c¨®rner y Richetti cabecea al borde del ¨¢rea peque?a.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Amonest¨® a Torres G¨®mez, Sergi, Lequi, Caminero, Aragoneses.
Unos 40.000 espectadores en el Calder¨®n.
Se present¨® el Valladolid en el Calder¨®n con su habitual defensa de cinco, que se desmoron¨® en cuanto Ibagaza, desde un costado, mand¨® el bal¨®n detr¨¢s de aquel ej¨¦rcito que V¨¢zquez coloc¨® ante su portero. Aguilera, que pasaba por all¨ª, se trastabill¨® y la cosa no pas¨® a mayores. Pero aquella acci¨®n mostr¨® todas las carencias del Valladolid. Porque ya puede uno poner cinco u once defensas, que si juegan en l¨ªnea, sin dar un paso atr¨¢s, ni adelante, como si en ello les fuera la vida, encontrar el hueco a su espalda est¨¢ al alcance de cualquiera que merezca el nombre de futbolista. De Ibagaza, pongamos por caso.
Torres abri¨® el marcador y el Atl¨¦tico se vino arriba. Sin hacer demasiado ruido, a su modo, con mucho sudor, mucho trote y poca precisi¨®n. Como en defensa viv¨ªa con suma placidez, pudo envalentonarse. Lleg¨® el segundo gol en una falta que Ibagaza puso en el coraz¨®n del ¨¢rea, donde se mont¨® un l¨ªo may¨²sculo antes de que Paunovic resolviera.
Vive un momento dulce el jugador serbio, que ha sabido asociarse con Torres. El Atl¨¦tico pudo acabar con el partido al inicio de la segunda mitad, cuando tuvo al Valladolid contra las cuerdas. No lo hizo y se apunt¨® al sufrimiento. V¨¢zquez tom¨® una decisi¨®n que cambi¨® el rumbo del choque: adelantar a Caminero. Con ¨¦ste al mando, el Valladolid se dej¨® de correr¨ªas y eligi¨® jugar al f¨²tbol. Todo cambi¨®. En un c¨®rner naci¨® el gol de Richetti. Lleg¨® el argentino solo al primer palo y cabece¨® sin demasiada fe. Y hubiera quedado bonita la foto de Aragoneses brincando a por el bal¨®n si no llega a ser porque tanta espectacularidad s¨®lo sirvi¨® para ayudar a que la pelota entrara. El partido hab¨ªa dado un vuelco. Marc¨® el segundo el Valladolid, pero el ¨¢rbitro lo anul¨®. Uno de sus auxiliares demostr¨® poseer una tremenda imaginaci¨®n al considerar que ?scar, que cabece¨® a la red, estaba en fuera de juego. Mentira.
Parec¨ªa que aquella decisi¨®n injusta deprimir¨ªa al Valladolid. Pero los de V¨¢zquez estaban lanzados. Losada mand¨® al poste un cabezazo y el Atl¨¦tico se puso a temblar. Las lesiones le golpearon con inusitada sa?a. Aguilera cay¨® en la primera parte, en la segunda lo hizo Sergi y Garc¨ªa Calvo acab¨® cojo para deleite de Sales, que se puso las botas.
El panorama se ensombrec¨ªa por momentos para el Atl¨¦tico. Ibagaza hab¨ªa dimitido y Torres se desesperaba intentando cazar alguno de los balones que le llov¨ªan del cielo. La en¨¦sima escapada de Sales por la derecha finaliz¨® con un centro atr¨¢s que Losada, solo, no supo rematar. Se fue arriba con descaro el Valladolid y aquello agigant¨® a Torres. El chaval asumi¨® la responsabilidad en su equipo, tarea en la que le saca unos cuantos cuerpos a Ibagaza, y estuvo a punto de coronarse en un contragolpe en el que agarr¨® la pelota en su campo, se peg¨® una carrera de a¨²pa y acab¨® lanzando fuera.
Lo que parec¨ªa un partido f¨¢cil se hab¨ªa convertido en un suplicio para un Atl¨¦tico que tuvo la virtud de no echarse atr¨¢s en los ¨²ltimos minutos. Aguant¨® as¨ª los arreones del Valladolid y logr¨® una victoria sufrid¨ªsima, impagable, hist¨¦rica casi, s¨®lo ensombrecida por aquella fantasiosa decisi¨®n del juez de l¨ªnea que dej¨® al Valladolid sin el empate que se hab¨ªa ganado.
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