El pelot¨®n de los 'apestados'
Corredores espa?oles reflexionan sobre las consecuencias de las confesiones de Manzano
Doce d¨ªas han pasado desde que Jes¨²s Manzano comenzara a denunciar en el diario As las pr¨¢cticas dopantes a que se somet¨ªa y a¨²n no ha comenzado a funcionar ninguna de las comisiones de investigaci¨®n anunciadas; a¨²n ning¨²n fiscal, ning¨²n juez, ha cre¨ªdo conveniente intervenir; a¨²n no ha habido interrogatorios, registros policiales, detenciones o decomisos; a¨²n ninguna prueba ha florecido, tampoco ning¨²n nombre propio de ning¨²n presunto responsable; no se habla de mafias desarticuladas ni han salido a la luz las cuentas corrientes de quienes se han beneficiado con el tr¨¢fico.
Un director t¨¦cnico nacional de un deporte ol¨ªmpico ha prohibido a sus chicos mezclarse con el ambiente ciclista. "Para que no se contaminen", dice. A un familiar de Pablo Lastras, hermoso ganador de una etapa en el ¨²ltimo Tour, le preguntan en el pueblo por su primo, "el drogadicto". "Y ahora todo el mundo se cree que los ciclistas, cuando nos vemos con alg¨²n kilo de m¨¢s, en vez de sacrificarnos, que es lo que hacemos la mayor¨ªa; en vez de renunciar a las tartas y al chocolate, nos metemos una inyecci¨®n para tocarnos el tiroides y adelgazar sin problemas", dice Lastras; "o que cuando no queremos entrenarnos porque nos hemos pasado toda la noche de juerga, porque hay gente que se cree que los ciclistas pueden ir de juerga todas las noches, nos chutamos un anabolizante, o as¨ª".
Jos¨¦ Luis Arrieta, veterano trabajador del ciclismo, empez¨® a sentir n¨¢useas leyendo los cap¨ªtulos de Manzano. "Me quedaba horrorizado con lo que le¨ªa", dice Arrieta; "y al tercer d¨ªa ya no pude m¨¢s. Dej¨¦ de leerlo porque me estaba volviendo paranoico. Sal¨ªa a entrenarme y ten¨ªa la sensaci¨®n de que todo el mundo se quedaba se?al¨¢ndome con el dedo: 'Mira, un ciclista, c¨®mo se atreve'. Y paraba a tomar un caf¨¦ y... lo mismo, como si en el bar de toda la vida empezaran a mirarme mal. Yo siempre he disfrutado de la bici. He sido ciclista porque me gusta montar en bicicleta y ahora casi me da verg¨¹enza serlo. Se ha acabado el placer".
Pedro Horrillo, a quien le faltan pocas asignaturas para licenciarse en filosof¨ªa, se puso a escribir una historia. Cuando iba por la tercera l¨ªnea, rompi¨® el papel. "Me pareci¨® rid¨ªculo, de repente, tener que salir a defenderme, creerme obligado a predicar mi inocencia, verme forzado a decir que el ciclismo es trabajo y sacrificio", dice Horrillo; "entrenamiento, ilusi¨®n y sue?os".
Alejandro Valverde, la nueva figura espa?ola, ha estado varios d¨ªas sin salir de casa, sin atreverse a entrenarse. Roberto Heras, el ganador de la ¨²ltima Vuelta, tambi¨¦n, como la mayor¨ªa del pelot¨®n, ha sentido la n¨¢usea de la verg¨¹enza. Juan Antonio Flecha, que ha emigrado a Italia siguiendo el se?uelo del ciclismo con el que siempre ha so?ado, espera a que alguien se atreva a llamarle drogadicto para decirle que ¨¦l nunca se ha emborrachado en su vida, que le gusta disfrutar de la vida, que el ciclismo es una filosof¨ªa, una lucha contra los propios l¨ªmites, que no piensa dejar que nadie le amargue.
"No somos santos y por eso no puedo dar mi nombre, porque, si denuncio a alguno de ¨¦sos que van por el pelot¨®n exagerados, sac¨¢ndonos los ojos, voceando que no pasa nada, que nadie los va a pillar, van a llamarme hip¨®crita, van a salirme con el 'pues anda que t¨²' o decirme que si me creo superior", cuenta otro ciclista espa?ol, "y ¨¦sos son precisamente los que m¨¢s hablan ahora. Y es curioso, siempre so?ando con que alguien denunciara todo eso, a los que se r¨ªen de casi todos en las carreras, y ahora, en vez de aclararse las cosas, se enmara?an m¨¢s. Como si se hubieran cambiado los papeles".
Tambi¨¦n Jos¨¦ Rodr¨ªguez, presidente de la Asociaci¨®n de Ciclistas Profesionales (ACP), un sindicato acusado a veces de excesivamente tibio y prudente, se siente pesimista sobre el desarrollo del caso Manzano. "Creo que se ha perdido una gran oportunidad de hacer bien las cosas", dice; "en todos los pa¨ªses en los que ha habido esc¨¢ndalos por dopaje, las revelaciones abracadabrantes han llegado como filtraciones de diversas investigaciones judiciales y policiales; mientras que este caso ha sido primeramente medi¨¢tico y a lo mejor acaba degenerando por esos derroteros".
Mientras, otro ciclista espa?ol que no quiere dar su nombre cuenta que un d¨ªa, viendo c¨®mo iba gran parte del pelot¨®n, decidi¨® salpicarse un poco con el dopaje: "Me traicion¨¦, traicion¨¦ aquello en lo que siempre hab¨ªa cre¨ªdo. Gan¨¦ una carrera. Al cruzar la meta, sent¨ª la alegr¨ªa l¨®gica de todo ganador. Lo festej¨¦. Pero media hora despu¨¦s, mientras esperaba a pasar el control antidopaje, empec¨¦ a sentirme mal, empec¨¦ a pensar que hab¨ªa enga?ado a todo el mundo, que me hab¨ªa enga?ado a m¨ª mismo. Fue uno de los d¨ªas m¨¢s tristes de mi carrera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.