El para¨ªso est¨¢ ah¨ª al lado
De repente, en una ma?ana de tiempo nuboso, surgi¨® un milagro con posibilidad de alargamiento durante dos d¨ªas m¨¢s, que los milagros duran lo que duran, es decir, poco. La Colombina y el grupo de canto gregoriano Schola Antiqua comenzaron ayer la gran ceremonia en tres d¨ªas del Oficio de Semana Santa, de Tom¨¢s Luis de Victoria, en la recoleta iglesia de San Miguel de Cuenca. Un acontecimiento. Adem¨¢s, las realizaciones de esta obra maestra no se prodigan con frecuencia, vaya usted a saber por qu¨¦. El Oficio supone la columna vertebral de la actual edici¨®n del Festival de Cuenca. Que un festival apueste, por encima de todo, por esto es un signo admirable.
El tiempo se serena, en realidad se para, y la hermosura de una m¨²sica sublime lleva directamente al para¨ªso. Por la m¨²sica, en primer lugar, y por la inconmesurable calidad de los int¨¦rpretes. Un canto llano pr¨¢cticamente perfecto gracias a Juan Carlos Asensio y su grupo, con la combinaci¨®n de una atinada La Colombina. Hoy y ma?ana contin¨²a el Oficio victoriano. De verdad, no se lo pierdan.
La noche anterior se estren¨® Advenit, de David del Puerto, una obra s¨®lida, equilibrada, magn¨ªficamente construida y con un sorprendente final po¨¦tico lleno de sutileza. Despu¨¦s, una propuesta musical combinaba el Cuarteto para el fin de los tiempos (1940), de Messiaen, con las L¨¢grimas (1604), de Dowland. M¨²sicas maravillosas donde las haya que, en su conjunci¨®n, demostraron que no siempre uno m¨¢s uno es igual a dos, sino a veces se queda en cero coma cinco. Fundamentalmente, porque la m¨²sica de Dowland, tan hechizante y reposada, rebajaba la tensi¨®n de la de Messiaen, y la cosa se alargaba quiz¨¢ excesivamente. Los int¨¦rpretes fueron extraordinarios, desde Michael Thomas al viol¨ªn o Michael Stirling al violonchelo hasta Joan Enric Lluna al clarinete o Jan Gruithuyzen al piano, sin olvidar al Consort de violas de gamba dirigida por Carles Magraner. La defensa por la b¨²squeda de nuevos caminos no impide, en esta ocasi¨®n, el reconocimiento de que aquello no acab¨® de funcionar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.