Soluci¨®n de emergencia
En un art¨ªculo prospectivo de los que se suelen publicar al comenzar el a?o, escrib¨ª en El Peri¨®dico de Catalu?a que la coincidencia de las elecciones generales y auton¨®micas andaluzas implicaba un enorme riesgo para los dos grandes partidos de gobierno de Espa?a. Si la respuesta del cuerpo electoral era la misma que la de las convocatorias de 1996 y 2000 y cada uno de los partidos ganaba una y perd¨ªa la otra, no era previsible que se produjera ning¨²n cataclismo en ninguno de los dos partidos. Pero si el cuerpo electoral daba la victoria en ambas a uno de ellos, los efectos del terremoto sobre el otro pod¨ªan ser tremendos. Ya entonces, independientemente de que se pudieran producir o no acontecimientos dram¨¢ticos, como los iniciados con el 11-M, se pod¨ªa predecir que lleg¨¢bamos a la doble consulta electoral de marzo en un momento particularmente delicado para los dos grandes partidos espa?oles. Ambos estrenaban liderazgo a escala estatal y ambos repet¨ªan liderazgo a escala auton¨®mica. La doble derrota pod¨ªa hacer entrar en crisis la direcci¨®n general del partido de manera no f¨¢cilmente reversible en el corto plazo, ya que se tendr¨ªa que recomponer no s¨®lo la direcci¨®n nacional sino tambi¨¦n la de la comunidad aut¨®noma m¨¢s importante del pa¨ªs, la que sin ninguna duda marca el ritmo del avance en la construcci¨®n del Estado auton¨®mico en toda Espa?a.
El Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa ha permitido al PSOE resistir la hegemon¨ªa del PP estos ¨²ltimos ocho a?os
Lo que estaba en juego, a?ad¨ªa, era todav¨ªa m¨¢s importante porque en el mes de junio ambos partidos tendr¨ªan que hacer frente a una nueva consulta de car¨¢cter general, las elecciones parlamentarias europeas. En el pasado los resultados de estas elecciones no han tenido una lectura en clave interna, excepto en una ocasi¨®n: en 1994, que curiosamente coincidieron con las elecciones auton¨®micas andaluzas. Las elecciones de ese a?o se disputaron en buena medida como una rev¨¢lida de las generales de 1993, en las que el PSOE resisti¨® con dificultad y contra pron¨®stico el asalto del PP. En esas elecciones europeas y andaluzas el PP obtuvo su m¨¢s resonante victoria hasta la fecha en el conjunto del Estado y se qued¨® colocado como partido de gobierno para la pr¨®xima consulta auton¨®mica andaluza. El PSOE, por el contrario, sali¨® extraordinariamente malparado. Las elecciones municipales de 1995, en las que el PP ganar¨ªa en las ocho capitales andaluzas, apuntar¨ªan todav¨ªa m¨¢s en esa direcci¨®n, que se confirmar¨ªa en 1996 con el acceso del PP al Gobierno de la naci¨®n. La coincidencia en este caso de las auton¨®micas andaluzas con las generales y el triunfo en estas contra pron¨®stico del PSOE salv¨® a los socialistas de una crisis de consecuencias dram¨¢ticas. Sin Andaluc¨ªa hubiera sido completamente imposible que el PSOE hubiera podido ser Gobierno de Espa?a en 2004. El Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa es lo que le ha permitido al PSOE resistir la hegemon¨ªa del PP estos ¨²ltimos ocho a?os y competir en estas ¨²ltimas elecciones generales con posibilidad de ganarlas. Andaluc¨ªa es la ¨²nica comunidad aut¨®noma de Espa?a cuyos resultados electorales tienen esa dimensi¨®n nacional. Las elecciones andaluzas pol¨ªticamente son elecciones cuasigenerales. Por eso su coincidencia con las generales tiene efectos tan extraordinarios. Quien gana en Andaluc¨ªa puede resistir la derrota en el Estado, pero quien pierde tambi¨¦n en Andaluc¨ªa queda fuera de juego en pr¨¢cticamente toda Espa?a. Tiene que reinventarse pol¨ªtica y org¨¢nicamente para poder volver a competir con posibilidades de ¨¦xito.
El PP siempre ha sido consciente de ello. No por casualidad el congreso fundacional del PP, el congreso en el que AP se transmut¨® en el PP y en el que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se convirti¨® en presidente del partido, se celebr¨® en Sevilla. El PP siempre consider¨® clave la reconquista de Andaluc¨ªa para conseguir derrotar al PSOE en Espa?a. Siempre ha sabido que mientras no derrotara al PSOE en Andaluc¨ªa, su condici¨®n de partido de Gobierno de Espa?a estar¨ªa en peligro. Y de ah¨ª la dureza del enfrentamiento entre el Gobierno del PP y el de la Junta de Andaluc¨ªa en estas dos legislaturas. El Gobierno de Aznar ha sido capaz de llegar a acuerdos sobre los m¨¢s variados asuntos con los Gobiernos de Extremadura y de Castilla-La Mancha, a pesar de que estuvieran ocupados por dirigentes socialistas. Con Andaluc¨ªa no se ha producido ninguno y no porque el presidente Chaves sea menos dialogante que los presidentes Bono o Rodr¨ªguez Ibarra, que todo el mundo sabe que no lo es, sino porque Andaluc¨ªa es Andaluc¨ªa. Por eso en Andaluc¨ªa la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha interpretado que era el Gobierno de la naci¨®n el que se confrontaba con el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa y no a la inversa y, tambi¨¦n por eso, los electores le han acabado pasando factura al PP el pasado 14-M y lo han situado en posici¨®n tan dif¨ªcil.
La rev¨¢lida de las elecciones europeas tiene una importancia extraordinaria para el PP. Tiene que detener la hemorragia con la finalidad de poder empezar a recomponerse para competir de nuevo con garant¨ªa de ¨¦xito. Es lo que explica el retorno de Javier Arenas a la direcci¨®n del partido. Si no hubiera elecciones el 13 de junio, Arenas no habr¨ªa vuelto. Se habr¨ªa convocado un congreso extraordinario en Espa?a y otro en Andaluc¨ªa y se habr¨ªa empezado a buscar una soluci¨®n definitiva para la direcci¨®n nacional y andaluza. Con elecciones a las puertas, eso resultaba imposible. De ah¨ª que se haya optado por el mal menor. Ante la imposibilidad de mantener por m¨¢s tiempo a Te¨®fila Mart¨ªnez como presidenta del PP, se ha optado por el retorno de Arenas, que como posible candidato a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa est¨¢ amortizado, pero que, al menos, se piensa que puede reagrupar las fuerzas y mantenerlas en posici¨®n de combate hasta que pasen las europeas. Es una soluci¨®n de emergencia y nada m¨¢s. Esperemos que tenga ¨¦xito. Es mucho lo que est¨¢ en juego para todos y no s¨®lo para el PP.
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