La preocupaci¨®n de Esperanza Aguirre

En una columna publicada el domingo d¨ªa 11, se hacen eco de la reflexi¨®n de Esperanza Aguirre acerca de los resultados electorales de su partido, y cita textualmente que est¨¢ "enormemente preocupada" por c¨®mo se percibe al PP en Catalu?a, donde ha pasado de tener 12 esca?os a seis (y a ser extraparlamentario en Lleida y Girona). Para facilitar su an¨¢lisis, podr¨ªa recordar, asimismo, que Esquerra Republicana de Catalunya ha pasado de tener 1 esca?o a tener ocho... y, quiz¨¢, si estimamos que es posible que algo relacionado con la pol¨ªtica del PP haya podido tener que ver en los resultados conseguidos, hasta se le pueda ocurrir relacionar todos estos hechos con cierta campa?a desencadenada por el PP, posiblemente en clave espa?ola, y desde luego no compartida por el PP catal¨¢n, acerca de lo mal¨ªsimo que era el se?or Carod Rovira y, por extensi¨®n, el Gobierno tripartito catal¨¢n. En cuanto al comentario, descon-textualizado, acerca de que los miembros del PP en Catalu?a son tratados como los jud¨ªos en la alemania nazi... Bueno, parece que a los jud¨ªos les hicieron algo m¨¢s que reducirles a la mitad su presencia en el Gobierno. Tal como hemos se?alado, campa?a s¨ª que hubo, y no precisamente contra el PP.

Continuando con las precisiones, y por ayudar a la reflexi¨®n, hay que precisar que nadie impidi¨® a los se?ores Rato y Piqu¨¦ acudir a la manifestaci¨®n contra los atentados del d¨ªa 11; buena prueba de ello es que fueron. Lo que posiblemente la se?ora Aguirre no sabe, o no dice, es que aunque en la convocatoria se hab¨ªa respetado el lema acerca de la defensa de la Constituci¨®n, que nadie m¨¢s que el PP defend¨ªa, rehusaron ir conjuntamente con el resto de l¨ªderes pol¨ªticos, entre los que estaba, evidentemente, el se?or Carod Rovira, lo que, adem¨¢s de contribuir poco (como viene siendo habitual, por otra parte, en el PP) al clima de unanimidad en el rechazo al terrorismo, les ocasion¨® ciertas dificultades, obviamente magnificadas por determinados medios, al abandonar la manifestaci¨®n. Quede, pues, bien claro que ha habido pol¨ªtica de exclusi¨®n, ciertamente, pero que los que m¨¢s y mejor la han practicado son los que ahora lamentan los resultados conseguidos.