La exposici¨®n p¨®stuma de la colecci¨®n de ?rculo se cierra en Mallorca
El pintor Eduardo ?rculo (Santurtzi, Vizcaya, 1938-Madrid, 2003) muri¨® repentinamente en la Residencia de Estudiantes de Madrid, hace un a?o y dos semanas, a los 64 a?os de edad, poco despu¨¦s de regresar de Pek¨ªn de la presentaci¨®n de la gran exposici¨®n internacional que inaugur¨® la reina Sof¨ªa. Aquella colecci¨®n p¨®stuma, integrada por 50 ¨²rculos, ha efectuado un largo periplo por centros asi¨¢ticos (Malasia, Shanghai, Corea, Tailandia y Vietnam) y ha llegado al punto final del itinerario, el Casal Solleric de Palma. Do?a Sof¨ªa acudi¨® tambi¨¦n a la apertura del final de trayecto de la muestra, para evocar al artista desaparecido.
El autor, abanderado del pop-art en Espa?a, seleccion¨® para el montaje algunas de las mejores obras de su colecci¨®n privada, desde las m¨¢s recientes escenas de la etapa neocubista, de 2002, de supuestos rascacielos de copas y botellas, las muchas figuras y objetos descompuestos y m¨¢s evidentes y primitivas im¨¢genes, como el pez fosilizado de 1962. Pero en esta representaci¨®n para museo son escasas las presencias de los iconos que identificaron popularmente a ?rculo: simb¨®licos sombreros, maletas, zapatos o el pintor de espaldas. Tampoco abundan las estampas carnales, er¨®ticas y hedonistas.
El trasero de una vaca con vagina y ubres en exhibici¨®n, de 1976; un desnudo de una mujer inclinada entre dos butacones; En esa magia estaba, de 1997, y La cama, de 1983, posiblemente resaltan las im¨¢genes m¨¢s tradicionales de las ¨¦pocas de confirmaci¨®n de ?rculo. En la exposici¨®n abundan los retratos casi hiperrealistas de tomates y manzanas solitarias o los bodegones emparentados, de frutas y hortalizas.
"?rculo, creador de un universo puesto bajo el signo de Eros", dictamina Juan Manuel Bonet, que repasa el arte espa?ol del siglo XX en el reeditado cat¨¢logo oficial de la exposici¨®n -en el que no se cita la desaparici¨®n del pintor-, Felipe Gar¨ªn resalta "la visi¨®n que evoca inquietantes soledades, sugerentes afanes de percepci¨®n y, quiz¨¢, no poco desconcierto ante una realidad exaltada en cada prenda tratada como un bodeg¨®n actual".
?rculo distribuye calaveras, efect¨²a ejercicios con sus manos o se respalda en un sill¨®n. Construye juegos de copas, abanicos, de nuevo los pianos de cola, boteller¨ªas, alguna pipa, etiquetas y recortes de peri¨®dicos que configuran los paisajes interiores y los escenarios inmediatos, a veces l¨²gubres, acaso insinuados con geometr¨ªa cerrada. "La obra est¨¢ atravesada por la potencia de la iron¨ªa", se?ala el cr¨ªtico Fernando Castro Fl¨®rez, comisario de la exposici¨®n, auspiciada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior (Seacex), dentro del programa Arte espa?ol para el exterior.
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