La designaci¨®n de Mas como jefe de la oposici¨®n enfrenta a Maragall con Esquerra

El reconocimiento formal del convergente Artur Mas como jefe de la oposici¨®n en Catalu?a ha sido recibido con malestar en Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) y en el Partido Popular (PP) y ha abierto una nueva grieta en el Gobierno tripartito al enfrentar a Esquerra Republicana con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. ERC llev¨® ayer su enfado a la sesi¨®n de control parlamentaria al jefe del Ejecutivo aut¨®nomo. El portavoz republicano, Josep Huguet, no tuvo reparos en reprochar en tono agrio el decreto aprobado el martes por el Gobierno catal¨¢n. Maragall le record¨® que Esquerra forma parte del Gobierno -cuenta con seis consejeros- y sentenci¨® que era necesario "dignificar el estatus" de la oposici¨®n.

La institucionalizaci¨®n del cargo de jefe de la oposici¨®n -una figura habitual en el mundo anglosaj¨®n y en sistemas mayoritarios, pero muy rara en los proporcionales- era una fijaci¨®n personal de Maragall. La hab¨ªa reivindicado sin ¨¦xito cuando ¨¦l estaba en la oposici¨®n y la puso sobre la mesa tras formarse el tripartito. A nadie m¨¢s que a su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo entusiasmaba la idea -ayer mismo, dos diputados socialistas expresaron reservas en la reuni¨®n del Grupo Parlamentario-, y Esquerra, que compite con Mas por la hegemon¨ªa nacionalista, la ve¨ªa con especial recelo.

No obstante, el Gobierno catal¨¢n aprob¨® el martes el decreto sin votos particulares. La norma ofrece a Mas el trato de "honorable", el sueldo equivalente al de un consejero y consultas preferentes en asuntos considerados de relevancia. CiU puso reparos a la iniciativa -exige que la figura se regule por ley, y Mas dijo ayer que renuncia al sueldo- y el PP no ocult¨® su malestar, pero el que m¨¢s se enfureci¨® fue Esquerra, pese a que sus consejeros no hab¨ªan ni siquiera intentado vetar el decreto en la reuni¨®n del Gobierno catal¨¢n al considerarlo un "asunto menor".

El portavoz de Esquerra, Josep Huguet, que hasta ahora hab¨ªa tratado con gran deferencia a Maragall en las sesiones de control, recuper¨® ayer el estilo de implacable opositor que exhibi¨® en la pasada legislatura y consider¨® que el decreto responde a "una voluntad de querer reducir de forma artificial la rica pluralidad de fuerzas pol¨ªticas de Catalu?a". No iba por libre: el dirigente independentista se reuni¨® antes de su intervenci¨®n con el l¨ªder de Esquerra, Josep Llu¨ªs Carod, y el conseller en cap, Josep Bargall¨®, quien no obstante intent¨® echar tierra sobre la pol¨¦mica a lo largo de todo el d¨ªa.

Acalorado debate

A media tarde, Esquerra estuvo a punto de convertir su indignaci¨®n simb¨®lica en una crisis de mayor envergadura y lleg¨® a debatir si apoyaba una moci¨®n de CiU que exig¨ªa medidas autonomistas al nuevo Gobierno central. Finalmente, tras un acalorado debate interno, Esquerra desisti¨® de ir tan lejos y acab¨® rechazando la moci¨®n.

En su intervenci¨®n, Maragall mostr¨® extra?eza por la irritaci¨®n de ERC: "Espero que su grupo no tenga envidia de la oposici¨®n; estar en la oposici¨®n no es nada envidiable", afirm¨®.