"Os ense?ar¨¦ c¨®mo muere un italiano", grit¨® el reh¨¦n antes de ser asesinado en Irak
Berlusconi env¨ªa un representante para negociar la suerte de los otros tres secuestrados
Fabrizio Quattrocchi intent¨® arrancarse el capuch¨®n que le cubr¨ªa la cabeza y grit¨® una ¨²ltima frase: "Ahora os ense?ar¨¦ c¨®mo muere un italiano". Recibi¨® un disparo en la nuca y se desplom¨®. Muri¨® "como un h¨¦roe", afirm¨® ayer el ministro de Exteriores, Franco Frattini. El asesinato de Quattrocchi, uno de los cuatro rehenes italianos secuestrados en Irak, conmocion¨® a la sociedad italiana y agudiz¨® la angustia por el destino de los otros tres. Silvio Berlusconi asegur¨® que se mantendr¨ªa firme: "Han destrozado una vida, pero no nuestros valores y nuestro empe?o por la paz".
Los dos grandes partidos de la oposici¨®n, La Margarita y Dem¨®cratas de Izquierda (DS), contrarios a la guerra y al env¨ªo de la misi¨®n militar italiana en Irak, hicieron causa com¨²n con el Gobierno. "No es momento de claudicaciones; el Parlamento debe permanecer unido en estas horas tr¨¢gicas", declar¨® Piero Fassino, secretario general de DS. El presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, reclam¨® "firmeza y coherencia" para "conseguir los objetivos en el ¨¢mbito de la ONU", aunque pidi¨® tambi¨¦n que fueran apuradas "todas las posibilidades de di¨¢logo" para liberar a Salvatore Stefio, Mauricio Agliana y Umberto Cupertino, los tres guardaespaldas que permanec¨ªan cautivos por el grupo Brigada Verde del Profeta.
La unidad institucional coexist¨ªa, sin embargo, con la evidencia de que el cuerpo expedicionario italiano, sacudido meses atr¨¢s por un atentado que caus¨® 19 muertos, no ejerc¨ªa la misi¨®n de paz que oficialmente le fue encomendada, sino que se encontraba inmersa en un conflicto de evoluci¨®n impredecible. "Quiz¨¢ no basta una misi¨®n de paz, esto es ahora una guerra declarada", admiti¨® Roberto Calderoli, de la Liga Norte.
La unidad formal tampoco encubr¨ªa, m¨¢s all¨¢ de las declaraciones solemnes, un malestar generalizado por el comportamiento del Gobierno en un momento crucial. La familia de Quattrocchi conoci¨® la noticia del asesinato por la televisi¨®n, como todo el mundo: el ministro Frattini confirm¨® el suceso mientras participaba en un programa de debate pol¨ªtico, Porta a porta, junto a algunos familiares de los otros secuestrados. No estaba presente, por fortuna, ning¨²n pariente del fallecido. "Prefer¨ª dar la cara y no encerrarme en mi despacho, la familia estaba avisada", se justific¨® Frattini. La familia asegur¨®, por el contrario, que recibi¨® la primera notificaci¨®n oficial a las 2.45 de la madrugada, horas despu¨¦s de que concluyera Porta a porta.
Franco Frattini, al menos, se hab¨ªa quedado en Roma. Berlusconi estaba en su villa de Cerde?a, y el vicepresidente del Gobierno, Gianfranco Fini, hac¨ªa turismo en Egipto. Berlusconi regres¨® a su despacho ayer a mediod¨ªa y convoc¨® una reuni¨®n con los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa e Interior, a la que acudi¨® tambi¨¦n Barbara Contini, gobernadora de la regi¨®n de Nassiriya.
El presidente del Gobierno envi¨® a Bagdad a su asesor diplom¨¢tico, Gianni Castellaneta, con la misi¨®n de coordinar todos los contactos establecidos con pol¨ªticos y dirigentes iraqu¨ªes para lograr la liberaci¨®n de los otros rehenes. El Sismi, servicio de espionaje italiano, intentaba desde el martes establecer alg¨²n contacto directo con las llamadas Brigadas Verdes del Profeta para negociar, pero no hab¨ªa tenido ¨¦xito.
"Muri¨® como un h¨¦roe"
El hecho de que Frattini afirmara que Quattrocchi muri¨® "como un h¨¦roe" no alivi¨® en absoluto el dolor de la familia, estremecida ante el hecho de que la cadena de televisi¨®n de Qatar Al Yazira no emitiera el v¨ªdeo del asesinato por considerarlo excesivamente brutal.
El guardaespaldas muerto, de 36 a?os, no ten¨ªa ninguna vocaci¨®n de h¨¦roe, seg¨²n sus amigos. Era un siciliano emigrado a G¨¦nova, un hijo de panadero que no pod¨ªa seguir en el negocio del pan porque sufr¨ªa alergia a la harina y malvivi¨® durante a?os en el desempleo hasta que, gracias a su afici¨®n a las artes marciales, logr¨® colocarse en una agencia de seguridad. Normalmente trabajaba como gorila en discotecas y nunca hab¨ªa desempe?ado una misi¨®n en el extranjero. "Fue a Irak para ganar dinero [ten¨ªa un salario de 10.000 euros al mes] y cumplir el sue?o de su vida, comprar una casa en la que vivir con su amada Alice", dijeron sus colegas en un comunicado.
Las otras familias de los secuestrados en Irak reclamaban al Gobierno que hiciera cualquier cosa para salvar a los rehenes todav¨ªa vivos. Angelo Stefio, padre de Salvatore, pas¨® la jornada enarbolando una bandera italiana frente a su casa, manifest¨¢ndose en solitario contra la guerra y por la retirada de las tropas.
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