El fantasma de la asimetr¨ªa
El riesgo de construir un Estado auton¨®mico asim¨¦trico desapareci¨® el 28-F de 1980. Una vez que los ciudadanos andaluces decidimos en refer¨¦ndum que Andaluc¨ªa se constituir¨ªa en comunidad aut¨®noma por la v¨ªa del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, la suerte de la estructura del Estado estaba echada. Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Galicia pod¨ªan ser la excepci¨®n a la norma estatal. Andaluc¨ªa no puede ser excepci¨®n. Andaluc¨ªa es la norma estatal. Por eso, tras el resultado del 28-F se procedi¨® a releer la Constituci¨®n espa?ola en clave homogenizadora y todas las comunidades aut¨®nomas se constituyeron como unidades territoriales que tienen la misma naturaleza, la misma organizaci¨®n institucional, el mismo nivel competencial y el mismo sistema de financiaci¨®n (con la excepci¨®n de el Pa¨ªs Vasco y Navarra en este ¨²ltimo extremo).
"Hasta 1989 los populares estuvieron en contra de la simetr¨ªa que se hab¨ªa impuesto en la estructura del Estado"
La posibilidad de que el Estado auton¨®mico fuera un Estado asim¨¦trico estaba incluida en la propia Constituci¨®n. En realidad, se puede decir incluso que la opci¨®n por la asimetr¨ªa era la predominante en la Constituci¨®n, ya que en el iter constituyente se pas¨® de una opci¨®n por la simetr¨ªa en el primer proyecto de Constituci¨®n, el que se public¨® en el Bolet¨ªn Oficial de las Cortes el 5 de enero de 1978, a una opci¨®n por la asimetr¨ªa en el texto que fue definitivamente aprobado, aunque dicha opci¨®n no se impusiera de manera inequ¨ªvoca. En el primer proyecto de Constituci¨®n hab¨ªa una ¨²nica v¨ªa de acceso a la autonom¨ªa, una ¨²nica forma de elaboraci¨®n de los estatutos de autonom¨ªa, una misma organizaci¨®n institucional para todas las comunidades aut¨®nomas, un mismo sistema de distribuci¨®n de competencias y un mismo sistema de financiaci¨®n. Fue la derecha espa?ola, UCD y PP, la que se opuso a ese modelo sim¨¦trico de estructura del Estado y la que acab¨® contemplando, aunque no imponiendo, un modelo asim¨¦trico, en el que el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa podr¨ªa ser diferente en el caso de Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Galicia que en el resto del Estado. Ah¨ª est¨¢n los votos particulares de los distintos grupos parlamentarios al primer proyecto de Constituci¨®n como prueba. Ni el PSOE-PSC, ni el PCE-PSUC, ni los nacionalistas pusieron objeciones a la estructura sim¨¦trica del Estado. Fueron los partidos de la derecha y del centro-derecha los que pusieron reparos. Y como ten¨ªan mayor¨ªa, los impusieron.
Por eso, la primera interpretaci¨®n de la Constituci¨®n que intent¨® imponerse fue una interpretaci¨®n asim¨¦trica, en la que Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Galicia tendr¨ªan una autonom¨ªa distinta de la de las dem¨¢s regiones. Esa interpretaci¨®n es la que no pudo imponerse como consecuencia del 28-F. A partir de ese momento se ha impuesto una interpretaci¨®n sim¨¦trica, que no ha hecho m¨¢s que progresar. Si en un primer momento, con los Pactos Auton¨®micos de 1981, la simetr¨ªa se extendi¨® a la naturaleza de la autonom¨ªa, a la organizaci¨®n institucional y a la financiaci¨®n, en un segundo momento, mediante los Pactos Auton¨®micos de 1992, la simetr¨ªa se extendi¨® tambi¨¦n a la distribuci¨®n de competencias entre el Estado y las comunidades aut¨®nomas. En el d¨ªa de hoy el Estado est¨¢ territorializado por completo en comunidades aut¨®nomas que tienen la misma naturaleza, la misma estructura organizativa, el mismo nivel competencial y el mismo sistema de financiaci¨®n.
El margen que queda para la asimetr¨ªa en la estructura del Estado es pr¨¢cticamente nulo. Todos los momentos de ejercicio del derecho a la autonom¨ªa por las nacionalidades y regiones est¨¢n regulados en este momento por las Constituci¨®n y los estatutos de autonom¨ªa en unos t¨¦rminos que dejan muy poco espacio para la asimetr¨ªa. Ese era un riesgo en 1978. Ya no lo es hoy.
La asimetr¨ªa es, pues, un fantasma en este momento. Es cierto que alguna comunidad aut¨®noma, mediante la reforma de su estatuto de autonom¨ªa, puede acabar diferenci¨¢ndose algo de las dem¨¢s. Pero puede hacerlo muy poco desde un punto de vista cuantitativo y absolutamente nada desde un punto de vista cualitativo. La asimetr¨ªa de 1978 pod¨ªa extenderse a la propia naturaleza del derecho a la autonom¨ªa constitucionalmente reconocido y a todos los momentos esenciales de ejercicio del mismo. En el d¨ªa de hoy, eso resulta imposible. El status de todas las comunidades aut¨®nomas en cuanto unidades de descentralizaci¨®n pol¨ªtica del Estado es el mismo y no puede dejar de serlo, a menos que se reforme la constituci¨®n en un sentido que as¨ª lo impusiera. Mediante la reforma de alg¨²n estatuto de autonom¨ªa exclusivamente no es posible hacerlo.
Justamente por eso, no acabo de entender por qu¨¦ el PP ha sacado a pasear en el debate de investidura el espantajo de la asimetr¨ªa, present¨¢ndose como el garante de ¨¦sta frente al Gobierno socialista que estaba a punto de constituirse. Ese es un riesgo inexistente. Y si fue posible en alg¨²n momento fue porque as¨ª lo quiso la derecha y el centro-derecha espa?ol. No es a la izquierda constituyente a la que pueda hac¨¦rsele responsable de lo que hubiera podido acabar siendo una estructura del Estado asim¨¦trica. Y fue a la izquierda andaluza, que fue capaz de movilizar al conjunto de la sociedad contra el Gobierno de UCD apoyado por AP, a la que hay que atribuir el triunfo de la simetr¨ªa. Hasta 1989 los populares estuvieron en contra de la simetr¨ªa que se hab¨ªa impuesto en la estructura del Estado. Esta es una de las razones por las que en Andaluc¨ªa AP primero y el PP despu¨¦s han tenido y tienen tantas dificultades para dirigirse al cuerpo electoral. Su legitimaci¨®n para hablar en este terreno es nula. Los ciudadanos tienen memoria. Saben de d¨®nde venimos y d¨®nde estamos y qui¨¦n ha estado a favor y en contra del Estado auton¨®mico sim¨¦trico.
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