Lavadora
No s¨¦ si vender¨¢n aqu¨ª pronto el reproductor de DVD con censura autom¨¢tica que ahora empiezan a distribuir en los Estados Unidos de Am¨¦rica, pero estoy seguro de que ese aparato ayudar¨ªa mucho a los padres, los librar¨ªa del trabajo de estar atentos a las pel¨ªculas que ven sus hijos: el nuevo electrodom¨¦stico corta por su cuenta escenas inconvenientes. No habr¨¢ que pelear con los ni?os para apagarles la televisi¨®n, o acostarlos o echarlos del cuarto. El invento borra las escenas de sexo y violencia por menos de 5 d¨®lares al mes o 49 al a?o. Un censor privado y electr¨®nico por menos de 50 euros anuales ser¨ªa una estupenda ayuda para las familias andaluzas.
ClearPlay se llama el producto de la RCA que rentabiliza la moralidad ofendida. Suena a limpieza feliz. Un DVD visto con ClearPlay ser¨¢ un placer para los padres responsables porque disfrutar¨¢n del cine en casa sin preocuparse de contenidos inc¨®modos. Es, dice la publicidad, "como si tuvieran unos dedos rapid¨ªsimos para pulsar el bot¨®n adecuado" y eliminar imperceptiblemente lo sucio sin disminuir la diversi¨®n. La censura cinematogr¨¢fica no es nueva, y la preocupaci¨®n de los padres por el alma de sus ni?os es vieja, aunque se amolde a la evoluci¨®n de los tiempos: conozco a un televidente de tres a?os que tiene el televisor de su dormitorio conectado ¨²nicamente a canales de dibujos y programas educativos que ¨¦l selecciona, seg¨²n su criterio, con su mando a distancia infantil.
Cerca de las playas, en M¨¢laga, hace a?os, una ni?a fue mandada a la cama, con sus hermanas, para que no viera en la televisi¨®n Psicosis, de Alfred Hitchcock. Era una noche de verano y hac¨ªa calor, mucho calor. Las ventanas estaban abiertas y al dormitorio llegaba la m¨²sica, la pavorosa m¨²sica de Psicosis. Las ni?as se mor¨ªan de miedo sin ver nada. ?Tendr¨ªan que haberles puesto tapones en los o¨ªdos? Hay ruidos que merecen ser censurados. Diego Gal¨¢n contaba el viernes en estas p¨¢ginas que una de las cosas suprimidas por la censura en la pel¨ªcula El verdugo, de Berlanga, fue el ruido que hac¨ªan los hierros del garrote vil dentro de la maleta del verdugo. ?C¨®mo eran la violencia y el sexo de Psicosis? No hab¨ªa desnudos, y Hitchcock presum¨ªa de que en el asesinato en la ba?era ning¨²n cuchillo tocaba ning¨²n cuerpo de mujer. ?C¨®mo censurar¨¢ ClearPlay a Hitchcock?
El DVD con censura es un electrodom¨¦stico que quitar¨¢ tarea a los padres. Pero tambi¨¦n es un signo de la creciente soledad de los ni?os, que ni siquiera cuentan con sus padres para que les den la lata con lo que se puede o no se puede ver en el DVD. La vigilancia de las costumbres, la protecci¨®n de la moralidad ser¨¢ de pago, es decir, de confianza, un programa electr¨®nico dise?ado por especialistas. No tenemos tiempo para cultivar nuestros propios criterios morales y menos para discutirlos con unos hijos que cada d¨ªa parecen m¨¢s extra?os, m¨¢s desconocidos. Y, si los grandes estudios y directores cinematogr¨¢ficos se revelan y querellan contra el nuevo producto limpiador, no creo que sea por razones est¨¦ticas: me figuro que exigen su parte econ¨®mica en la manipulaci¨®n ¨¦tica de sus pel¨ªculas.
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