El Aurrera tira hacia adelante

Que el Club Deportivo Aurrera es todo un referente a la hora de entender el f¨²tbol vasco es algo que, a estas alturas, parece evidente. Que, desde hac¨ªa un tiempo, y por cuestiones monetarias, hab¨ªa un serio riesgo de que la entidad desapareciera, tambi¨¦n. Al menos, ¨¦sa era la situaci¨®n hasta hace unos d¨ªas.

La ¨²ltima noticia de este culebr¨®n deportivo lleg¨® el 2 de abril, cuando el Ayuntamiento de Vitoria decidi¨® hacer entrega al club de 1,1 millones de euros, si bien el alcalde de la ciudad, Alfonso Alonso, expresaba serias dudas acerca de la gesti¨®n econ¨®mica del club. Unos d¨ªas antes, la directiva rojilla hab¨ªa hecho p¨²blico un informe que reflejaba que el club necesitar¨ªa unos 12.000 euros para acabar la temporada. Que en las arcas del Aurrera hubiera s¨®lo 3.000 euros era s¨ªntoma evidente de la mala situaci¨®n que atravesaba.

El segundo club de f¨²tbol alav¨¦s baj¨® a Tercera Divisi¨®n a causa de sus deudas

Fernando Urcelay, presidente del club, es un hombre tranquilo que parece no reflejar la mala racha que est¨¢ viviendo la entidad. Como se suele decir, la procesi¨®n va por dentro. Urcelay se muestra esperanzado por la inyecci¨®n monetaria que, si todo sigue seg¨²n lo previsto, no tardar¨¢n en cobrar. Habla con resignaci¨®n de la deuda, cerca de 1,4 millones de euros, y no puede evitar cierto orgullo al mencionar la buena disposici¨®n de, por ejemplo, la Asociaci¨®n de Padres de jugadores que, con medidas como la asignaci¨®n de una cuota anual de 300 euros, pretende ayudar a la entidad. Esta medida, como bastantes otras, entre ellas, una rifa en el Torneo de San Prudencio de camisetas de los principales equipos con la firma de toda la plantilla, muestra la actitud del club, pero se antoja escasa en comparaci¨®n con su millonaria deuda.

A primera vista, se hace extra?o que un club de las caracter¨ªsticas del Aurrera se encuentre en esta tesitura. Y es que se trata de un equipo que lleva fomentando la cantera desde su fundaci¨®n, en 1935, y del que han salido jugadores como Aitor Ocio (Sevilla), Pablo G¨®mez (Alav¨¦s) o C¨¦sar (Athletic); un club con una gran estructura formada por 20 equipos y con unas instalaciones, las de Olaranbe, que pocos se podr¨ªan permitir.

Urcelay no puede menos que mostrar asombro cuando ve c¨®mo las subvenciones de las instituciones se pasean por otras manos y pasan de largo por las de su club. ?l no cree, como muchos se han apresurado a afirmar, que se deba a que el Aurrera est¨¦ convenido con el Athletic. "El Athletic no se lleva dinero de ?lava. Al contrario, lo da", recalca.

Para entender la situaci¨®n de la entidad es preciso remontarse al a?o 2000. Fue entonces cuando el club acometi¨® una obra destinada a ampliar las instalaciones de Olaranbe con un nuevo bloque de vestuarios y oficinas, un polideportivo y un campo de c¨¦sped artificial. En octubre de 2002 se evidenci¨® que la deuda asumida no era tan asequible como en un principio se pensaba La obra qued¨® paralizada. La deuda inicial de la entidad oscilaba entre los 350.000 y los 400.000 euros, avalada por ocho directivos. De octubre a abril de 2003, dicha deuda ascendi¨® a 930.000 euros que, sumados a otras partidas situaron la cifra en 1,4 millones.

El anterior presidente del Aurrera, Emilio Ubis, decidi¨® abandonar el club cuando se hizo evidente que la situaci¨®n resultaba poco menos que insostenible. Fue entonces cuando el vicepresidente, Fernando Urcelay, hered¨® un sill¨®n presidencial inmerso en las deudas y unos acreedores que decidieron embargar las cuentas.

El Ayuntamiento de Vitoria parec¨ªa, en principio, dispuesto a solucionar el problema. Sin embargo, la soluci¨®n se fue posponiendo hasta que, en enero de 2003 el consistorio dej¨® claro que el club no recibir¨ªa apoyo a menos que se contara con la colaboraci¨®n de la Diputaci¨®n.

En ese momento, el Aurrera estaba pendiente de recibir 92 millones de pesetas del Ayuntamiento, que se negaba a aportarlos aduciendo el embargo. Seg¨²n el consistorio, esa ayuda ten¨ªa un destino fijado: no se pod¨ªan entregar unas cantidades que ir¨ªan a parar directamente a los acreedores.

La situaci¨®n sigui¨® complic¨¢ndose hasta el punto de que, al no poder pagar a los jugadores del primer equipo, los directivos estimaron preferible perder la categor¨ªa y descender a Tercera Divisi¨®n.

Parece que, a partir de ahora, la situaci¨®n mejorar¨¢ para la entidad. De momento, el Aurrera ha firmado un acuerdo con tres de sus acreedores (Caja Vital, Caja Laboral y Polygras) y se encuentra en negociaciones con el cuarto (Eraiker) que, en caso de llegar a buen puerto, permitir¨ªa que se levanten los actuales embargos.