Una ciencia con mirada masculina

El androcentrismo, la visi¨®n del mundo centrada en el punto de vista masculino, preside a¨²n el sistema cient¨ªfico-t¨¦cnico, sostuvo ayer Alicia Dur¨¢n, investigadora del CSIC en el Instituto de Cer¨¢mica y Vidrio y directora del ¨¢rea de Ciencia y Tecnolog¨ªa de la Fundaci¨®n 1? de Mayo de CCOO. Para argumentar su afirmaci¨®n record¨® el resultado del informe publicado en 2003 por encargo de la Comisi¨®n Europea, que concluye que las cient¨ªficas europeas ocupan muy pocos puestos de decisi¨®n, sus trabajos a menudo se eval¨²an peor, obtienen menos fondos y becas para investigar y est¨¢n peor remuneradas que sus colegas masculinos.

Esta situaci¨®n no tiene que ver con la formaci¨®n. El n¨²mero de mujeres que realizan estudios cient¨ªficos es mayor que el de los hombres, pero va descendiendo seg¨²n se sube en la categor¨ªa profesional. "Es lo que se llama ca?er¨ªa rota, donde las mujeres van desapareciendo de las carreras cient¨ªficas de forma desproporcionada y constante", subray¨® Dur¨¢n, quien particip¨® en San Sebasti¨¢n en un encuentro de cient¨ªficas y tecn¨®logas organizado en el marco del proyecto europeo Ematek, que precisamente persigue que mujeres y hombres puedan desarrollar su trabajo cient¨ªfico en igualdad de oportunidades.

La discriminaci¨®n femenina, recalc¨® Dur¨¢n, puede explicarse con datos tales como que los tribunales y comit¨¦s de selecci¨®n para puestos de responsabilidad est¨¢n formados predominantemente por hombres y que entre ellos funciona la complicidad.

Sin embargo, a?adi¨®, las causas son "m¨¢s complejas, intervienen valores arraigados muy profundamente en la sociedad y en las propias mujeres". Seg¨²n expuso, dado que la participaci¨®n en la comunidad cient¨ªfica pasa por "adaptarse a un medio masculino" tanto en lo que se refiere a la producci¨®n como al discurso, las mujeres tienden a desarrollar "una doble personalidad". Por un lado, "deben comportarse como hombres en el campo profesional para ser aceptadas" y, a la vez, "deben responder socioculturalmente de acuerdo a su identidad femenina", explic¨® Dur¨¢n, quien apunt¨® que estas mujeres no suelen reconocer la existencia de discriminaci¨®n.

La cient¨ªfica y sindicalista abog¨®, como ha planteado la revista Science, por construir "otra forma de abordar el trabajo cient¨ªfico, a partir de las mujeres mismas, que combine las opciones vitales y no obligue a elegir entre la vida profesional y personal".

Dur¨¢n tuvo como compa?era de debate a Margarita Salas, miembro de la Real Academia de Ciencias, integrante del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa (fue disc¨ªpula del Nobel de Medicina) y poseedora de numerosos galardones. Pese a su exitosa carrera, Salas reconoci¨® que, en general, la realidad se corresponde con el panorama presentado por Dur¨¢n.

En cualquier caso, ella sabe lo que es sentirse discriminada. Fue en los sesenta, cuando realizaba su tesis doctoral, al mismo tiempo que su entonces novio y despu¨¦s marido, el tambi¨¦n cient¨ªfico Eladio Vi?uela. "Ten¨ªamos el mismo director de tesis y, cuando nos reun¨ªamos los tres, hablaba con Eladio de mi trabajo como si yo no estuviera delante", relat¨®.