"El papel impreso crea adicci¨®n"
Jes¨²s Mazas ha trabajado toda su vida entre toneladas de papel impreso, en la librer¨ªa San Antonio, en Barakaldo. Se considera una "rata de librer¨ªa, de la ¨¦poca en la que no hab¨ªa ordenadores", capaz de reconocer los libros de un vistazo.
Pregunta. ?La librer¨ªa tradicional se encuentra en v¨ªas de extinci¨®n?
Respuesta. Libreros que trabajamos libro nuevo y usado, y tambi¨¦n libro viejo, no quedamos muchos. En el libro viejo es donde quedan los libreros de perfil m¨¢s tradicional, la gente m¨¢s vocacional. En nuestro oficio, lo mismo que los maestros o los curas, lo importante es la vocaci¨®n. La sociedad no reconoce a la gente con vocaci¨®n y las profesiones que la requieren caen en desuso.
Antes eramos libreros, ahora quienes se dedican a esto son profesionales de la venta. Soy un librero que vive su profesi¨®n, que tiene afici¨®n, al que no le importan las horas que dedica a la librer¨ªa, porque disfruto.
P. ?Por qu¨¦ cierran las librer¨ªas?
R. Es un problema econ¨®mico: no podemos soportar la financiaci¨®n del circulante. El volumen de novedades es enorme y, aunque las editoriales admiten la devoluci¨®n de libros no vendidos en un plazo determinado, mientras tanto seguimos pagando. ?so descapitaliza la librer¨ªa, que no puede mantener un fondo editorial, como era tradicional. Aquella librer¨ªa cl¨¢sica con fondo ya no existe; las propias editoriales retiran los libros de circulaci¨®n en poco tiempo. En esta situaci¨®n, las grandes cadenas y las grandes superficies, con el p¨²blico comprador, que no lector, muy influenciado por los medios de comunicaci¨®n, marcan la pauta. Es una bola que sigue girando.
P. ?Se puede romper ese c¨ªrculo?
R. Es muy dificil. Las grandes superficies han retirado al p¨²blico del comercio tradicional y lo est¨¢n sacando de la ciudad. Los pol¨ªticos tendr¨¢n que hacer grandes esfuerzos para volver a traer el p¨²blico a la ciudad. El comercio en las calles hace la vida. La tendencia entre la gente con poder adquisitivo de 25 a 50 a?os es ir a las grandes superficies. La compra es una fiesta, va a los centros comerciales a pasar la tarde.
P. Su forma de trabajar ha evolucionado con la aparici¨®n de Internet.
R. Estamos en una fase todav¨ªa incipiente de venta por Internet [http://sanantonio.iberlibro.net]. S¨®lo llevamos dos a?os, pero supone ver luz al fondo del t¨²nel.
P. ?Tanto?
R. S¨ª. Me ha vuelto a ilusionar. M¨¢s que por las ventas, Internet sirve para descubrir otra vez clientes interesantes, y procedentes de todo el mundo. Es el mundo del libro de siempre: gente que es capaz de buscar un libro durante a?os, que tienen curiosidad por ejemplares de lo m¨¢s dispares. Gracias a Internet los aficionados al libro, y al papel impreso en general, conseguimos reunirnos. Los libros, los documentos, los carteles, los billetes, los sellos, el papel impreso en general, hasta una etiqueta de vino, genera adicci¨®n.
P. ?De qu¨¦ forma se hace un librero?
R. No se acaba nunca de aprender. Cada d¨ªa puedes descubrir algo nuevo: un autor, una edici¨®n, un cliente interesante que no conoc¨ªas.
P. ?De los clientes tambi¨¦n se aprende?
R. Mucho; de los clientes intresantes, claro. Aunque seas aficionado a la lectura, no puedes leer todo lo que pasa por tus manos. Te asesoran, son una buena fuente de informaci¨®n para facilit¨¢rsela a otros clientes. No se trata de decir, como en las grandes superficies, "este autor vende mucho", sino "esta obra te va a gustar", porque conoces el perfil del comprador habitual.
P. ?Qu¨¦ le parecen las ferias del libro?
R. Es un mal modelo, pero muy dificil de cambiar. Falla la base: no hay lectores. El aficionado va a la librer¨ªa y a las ferias vamos, a veces, s¨®lo a mover los libros. La feria de viejo tiene el atractivo de encontrar cosas agotadas o completar colecciones, a libros de saldo. Atrae a muchos cultivadores de la melancol¨ªa.
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