Saber riguroso e impulso vital
La nueva actuaci¨®n en Madrid de la Orquesta de Castilla y Le¨®n, dirigida por el colombiano Alejandro Posada, ha venido a la sombra de Don Quijote, uno de los grandes mitos espa?oles que -junto a Don Juan- han inspirado a m¨¢s compositores desde el Barroco a nuestros d¨ªas, desde Purcell y Telemann hasta Strauss, Falla, Ravel o Crist¨®bal Halffter.
La Comunidad de Madrid y la Sinf¨®nica de Castilla y Le¨®n seleccionaron dos obras espa?olas sobre el tema y acaso la m¨¢s destacada del repertorio sinf¨®nico internacional, viva y omnipresente desde su estreno en Colonia, 1898, esto es, las Variaciones fant¨¢sticas sobre un tema caballeresco, de Richard Strauss. Por su parte, Gerardo Gombau (Salamanca, 1906- Madrid, 1971) fue premiado en 1945 por su Don Quijote velando las armas, y Don Conrado del Campo hizo conocer su Evocaci¨®n y nostalgia de los molinos de viento, en 1952, poco antes de su muerte, el 17 de marzo de 1953.
Ciclos de la Comunidad de Madrid
Orquesta Sinf¨®nica de Castilla y Le¨®n. Director: A. Posada. Solistas: N. Gutman. Obras sobre Don Quijote. Auditorio Nacional. Madrid, 19 de abril.
A pesar de su aparente estilo narrativo, la obra de Strauss aborda la figura del personaje desde un esp¨ªritu idealista que resume con perfecci¨®n la voz del violonchelo solista en la dimensi¨®n amorosa y en el enfrentamiento con la muerte sin olvidar las palabras identificativas -"yo s¨¦ qui¨¦n soy"- que en el violonchelo de Natalia Gutman cobraron fuerza po¨¦tica e intensidad dram¨¢tica. La int¨¦rprete de Mosc¨² (1949) asumi¨® con profunda hermosura las razones, sinrazones, sue?os y afectos de D. Alonso Quijano exactamente asistida por el violista N¨¦stor Pou. Y la orquesta son¨® con riqueza para transmitir el poema en su m¨²sica sonora y en sus sugerencias pict¨®ricas y, tambi¨¦n, de acci¨®n.
Gombau, disc¨ªpulo de Conrado del Campo, fue prol¨ªfico en la pr¨¢ctica de los g¨¦neros e incluso en la diversidad de los estilos. Recibi¨® del maestro cuanto pod¨ªa ense?ar, que fue mucho sin necesidad de adoptar ninguna actitud de sumisi¨®n. As¨ª, su Don Quijote, escueto, ideal y objetivo, supone un mensaje de belleza natural -ya sabemos lo que cuesta la naturalidad aparente, como nos dej¨® dicho Falla-. Si la curva evolutiva de Gombau fue importante hasta convertirse en el hermano mayor de la vanguardia de los a?os cincuenta, este Don Quijote es algo valedero y digno de ingresar en el repertorio.
En fin, Don Conrado, en su "adi¨®s a la vida", evoca el paisaje con nostalgia y melancol¨ªa. Su amor castellano aproxima al maestro madrile?o al pensamiento de la Espa?a del 98, concepto reafirmado por una voluntad regeneracionista. Pero el Adi¨®s nos gana y entristece, pues este gu¨ªa de tantos y tantos m¨²sicos espa?oles vivi¨® y sufri¨® al modo quijotesco las adversidades y fortunas de su existencia con la mayor de las noblezas: la conquista de la serenidad.
Alejandro Posada demostr¨® su capacidad para desentra?ar todas y cada una de las obras desde un saber riguroso y un impulso vital de singular potencia. Muy largas ovaciones premiaron su labor.
Babelia
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