Votar¨¢ la C¨¢mara

Ha hecho bien el PSOE en rectificar, aunque de manera algo sinuosa, su intenci¨®n de no someter a votaci¨®n parlamentaria el regreso inmediato de las tropas espa?olas desplazadas a Irak. Se trataba de un compromiso repetido en varias ocasiones por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Al d¨ªa siguiente de las recientes elecciones generales, el l¨ªder socialista declar¨® que se propon¨ªa buscar "un amplio aval" del Parlamento al regreso de las tropas. "Quiero que sea una decisi¨®n no s¨®lo de un Gobierno", subray¨®. De acuerdo con ese criterio, Manuel Mar¨ªn, presidente del Congreso, declaraba el 10 de abril: "La decisi¨®n sobre el regreso de las tropas la tomar¨¢ el Congreso con una propuesta del Gobierno". El jueves pasado, durante el debate de investidura y en el turno de r¨¦plica al portavoz de Izquierda Unida, Zapatero se comprometi¨® a comparecer en el Pleno de la C¨¢mara "para explicar las decisiones que el Gobierno tome y buscar el respaldo" de los diputados y de la mayor¨ªa de los grupos parlamentarios.

La intenci¨®n expresada el lunes de celebrar una sesi¨®n informativa, sin votaci¨®n, casaba mal con este compromiso. Ello no significa que el Gobierno -que "dirige la pol¨ªtica interior y exterior, la Administraci¨®n civil y militar, y la defensa del Estado"- carezca de competencias para ordenar el regreso de las tropas. Tampoco cabe establecer un paralelismo entre la negativa de Aznar a someter al Parlamento la decisi¨®n de enviar soldados a un conflicto b¨¦lico exterior y la de Zapatero de hacer regresar a esos soldados. No es una cuesti¨®n de legalidad. De lo que se trata es de acreditar con los hechos el compromiso de convertir al Parlamento en el eje de la vida pol¨ªtica y de ser fiel a la palabra dada: no s¨®lo la de hacer regresar a las tropas, sino tambi¨¦n la de llevar la cuesti¨®n al Congreso y recibir su respaldo.

La rectificaci¨®n consiste en mantener el formato de comparecencia informativa del Gobierno a petici¨®n propia -sin votaci¨®n-, pero abriendo la posibilidad de votar tras esa comparecencia una proposici¨®n no de ley que avale la decisi¨®n del Gobierno. Ello requerir¨¢ el acuerdo de todos los grupos, tambi¨¦n del PP, para modificar de aqu¨ª al martes pr¨®ximo el orden del d¨ªa acordado; una salida, por tanto, ligeramente tortuosa que tal vez busca desviar contra el Grupo Popular la responsabilidad de que no haya votaci¨®n si no se alcanza un acuerdo en la junta de portavoces. Una astucia susceptible de cr¨ªtica, pero en absoluto comparable a la oportunista y abiertamente desleal iniciativa del ex presidente Aznar, de telefonear a George W. Bush para expresarle su desacuerdo con la decisi¨®n de su sucesor de retirar las tropas de Irak. ?Es ¨¦sta la lealtad que tantas veces reclam¨® a sus opositores?