Del amor como drogadicci¨®n

Pero como pasa casi siempre en este tipo de historias, hay tambi¨¦n algunos golpes ocultos. Retrato en primera persona del p¨ªcaro a quien Brody da cuerpo, el filme se detiene en algunas de las extra?as filias del personaje (tiene una suerte de doble vida, como coleccionista de primeras ediciones de libros y como eventual novelista secreto), que permiten que el respetable se pregunte por esa misteriosa "otra vida", que entienda que est¨¢ ante un personaje complejo y nada estereotipado. Y desde ah¨ª, lo que interesar¨¢ a Sehr ser¨¢n mucho m¨¢s los peajes que todo amor desatinado y excesivo debe pagar que la mec¨¢nica de los timos. Y m¨¢s a¨²n, la narraci¨®n de una implacable venganza de la que ambos amantes ser¨¢n, a la vez, partes y v¨ªctimas.

Amar al l¨ªmite se muestra finalmente como la descarnada radiograf¨ªa de una p¨¦sima educaci¨®n sentimental, la del personaje que interpreta Brody, en la que se dan la mano el orfanato y la m¨ªstica machista del no compromiso amoroso, m¨¢s que un retrato de los dos amantes. Con una fotograf¨ªa sucia, unos ambientes de malsana eficacia y unos actores excelentemente dirigidos, Sehr termina mostrando los terribles mecanismos de los celos, la traici¨®n y la p¨¦rdida.