El piso es suyo; la hipoteca, no
Un juez desahucia a una familia que compr¨® una casa debido a que el constructor la entreg¨® como aval a un banco
Todos los ahorros de la familia Romero P¨¦rez, de Valdemoro, han terminado en unas cajas de embalaje. La Polic¨ªa Local tiene orden hoy, a las 11.00, de desalojar de su vivienda a Alejandro Romero, de 59 a?os, a su mujer, Basilisa P¨¦rez, de 53, y a dos de sus hijos, Ra¨²l y Beatriz, de 25 y 20 a?os, respectivamente. El piso est¨¢ pagado, los Romero P¨¦rez no tienen ninguna hipoteca. El motivo del desalojo, seg¨²n denuncian, es que el constructor de la vivienda, L. M., hipotec¨® en 1995 el piso en una entidad bancaria cuando ¨¦ste ya no era de su propiedad.
L. M. no hizo frente a esta nueva hipoteca, as¨ª que el banco present¨® una demanda contra ¨¦l. La justicia ha dado la raz¨®n a la entidad bancaria. El resultado: la familia que ocupa la vivienda, que la ha pagado y que cre¨ªa ser propietaria del piso desde hace nueve a?os, se queda en la calle.
El problema est¨¢ en que los Romero P¨¦rez firmaron un contrato de compra-venta privado con el constructor. Tampoco rubricaron las escrituras. "No lo hicimos porque el piso a¨²n no estaba construido. ?bamos a firmar las escrituras con la entrega de llaves. Cuando entonces fuimos al registro de la propiedad, nos encontramos con que el constructor hab¨ªa usado nuestra vivienda como aval para un cr¨¦dito", explica Ra¨²l, uno de los hijos que vive en el piso. Mientras, la familia hab¨ªa entregado a Mart¨ªn su anterior vivienda y el dinero que quedaba hasta completar el pago de la nueva casa, unos 60.000 euros en total.
Demanda
Los afectados denunciaron hace ocho a?os a L. M. y a dos empleados del banco que concedi¨® el pr¨¦stamo. Pero la demanda civil del banco contra el constructor por no hacer frente al pr¨¦stamo ha ido m¨¢s r¨¢pido y hoy llega el desahucio del piso. Varias decenas de vecinos se concentraron ayer por la tarde en la plaza de la Pi?a de Valdemoro en apoyo de la familia.
Alejandro y su mujer, Basilisa, eran ayer puro nervio. Sus hijos y otros familiares pasaron el d¨ªa intentando animarles. En el sal¨®n, hab¨ªa cajas de cart¨®n cerradas con r¨®tulos como: "Ropa de pap¨¢ y mam¨¢" o "tupper y sartenes". Mauricio, el hermano de Alejandro, rompi¨® a llorar. "Mauri, vamos, no te lo guardes. T¨² llora", le animaba su mujer.
Alejandro trabaja como panadero y cobra una pensi¨®n porque de un anterior empleo qued¨® afectado por el amianto. Se levanta para ir al trabajo a las tres de la ma?ana. Ni ¨¦l ni su mujer ni sus dos hijos saben d¨®nde dormir¨¢n esta noche. "Una cosa es que podamos ir un d¨ªa a casa de familiares, pero son pisos peque?os y nosotros somos cuatro", se lamenta Basilisa. "Toda la vida ahorrando para que te echen, toda la vida trabajando", dice, mientras se prepara una tila.
El piso ya est¨¢ medio vac¨ªo. El microondas estaba ayer en un rinc¨®n del sal¨®n. La habitaci¨®n del matrimonio s¨®lo ten¨ªa la cama, encabezada por una pintura de Jesucristo. Los afectados comieron tortillas que encargaron a un bar porque ya hab¨ªan vaciado la cocina. Una amiga les va a prestar una caravana para poder dormir tras el desahucio. Alejandro duda de si va a poner resistencia hoy a la polic¨ªa: "Seg¨²n me pille". Antonio Serrano, portavoz del PSOE en Valdemoro, pidi¨® al Gobierno local (PP) que facilite a la familia otro piso.
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