Un talante ancho y valiente
El Rey destaca "la grandeza de miras" y "el sentido abierto" del poeta chileno
En Chile prendi¨® la lengua de Cervantes con sonora poes¨ªa desde sus mismos nombres: Valpara¨ªso, La Serena, Chilo¨¦, Chill¨¢n, Lebu y los de sus caudillos araucanos cuyas haza?as celebr¨® Alonso de Ercilla.
La historia de Chile corre a la par de su literatura. Su alumbramiento lo atestigua La Araucana, primer cap¨ªtulo de un ciclo ¨¦pico que tiene como asunto las guerras de Chile.
Andr¨¦s Bello, en su periplo chileno, representa la pujanza de la Ilustraci¨®n americana, y su proyecto de una nueva literatura, planteado precisamente en su Alocuci¨®n a la poes¨ªa. Y, en el siglo XX, Chile aporta tres grandes voces a la poes¨ªa universal: Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Pablo Neruda.
En esta tradici¨®n l¨ªrica se sit¨²a el magisterio de Gonzalo Rojas, y su valioso triple testimonio. El de su apuesta por la modernidad, mediante su temprana vinculaci¨®n al surrealismo. El de su compromiso con la realidad de dolor y sacrificio de los mineros del norte chileno, a los que ense?¨® a leer en los textos de Her¨¢clito y donde naci¨® su primer libro, La miseria del hombre. Y, finalmente, el de la palabra esencial, que es la clave de un di¨¢logo imprescindible.
Gonzalo Rojas encarna el prototipo del poeta buscador. Alguien que est¨¢ siempre indagando el sentido de las cosas, que quiere descifrar el significado del mundo. Y para desvelar estos secretos, y trasmitirnos sus rostros inesperados, nuestro autor usa la llave de la creaci¨®n po¨¦tica y su crecimiento incesante, que se va perfilando y depurando en cada una de sus obras. Rojas no es un poeta apresurado. A veces pasaron muchos a?os entre uno y otro de sus libros. Su poes¨ªa no admite prisas. Requiere un paso tranquilo y sereno. Cada una de sus voces tiene su camino, y el silencio termina alumbrando a la palabra.
Gonzalo Rojas se toma la vida con parsimonia, y eso le permite atender a "la imaginaci¨®n de las piedras", aspirar los olores del mundo, y percibir las diversas voces ligadas a las cosas. Rojas devora el mundo con su mirada insaciable, y luego nos lo describe con el entusiasmo del viajero.
Para ¨¦l la poes¨ªa es un juego extra?o en el que se combinan las letras y los sonidos, la carne y el esp¨ªritu, lo metaf¨ªsico y lo inmediato, en un damero de rostros y lugares, para llegar al fondo de las cosas, a la poes¨ªa sentida como vivencia de la autenticidad, como conducta y tarea. [...]
El poeta de Lebu ha sabido entender como pocos el sentido abierto y comunitario de nuestras letras. As¨ª, habla de "nuestro Juan de Yepes", o de Quevedo "tan entra?ablemente nuestro", y se siente tan cercano al Arcipreste de Hita o Santa Teresa como a Neruda, Rub¨¦n Dar¨ªo, Octavio Paz o C¨¦sar Vallejo.
Ojal¨¢ todos los que formamos nuestra gran comunidad hispanohablante sepamos ver nuestro mundo con la grandeza de miras de Gonzalo Rojas. Cervantes y ¨¦l coinciden en su talante ancho, valiente y esencialmente alegre, que nos sirve de ejemplo para afrontar las situaciones m¨¢s dolorosas.
Extracto del discurso del Rey.
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