Los ¨²ltimos vaqueros de la sierra
El desmesurado crecimiento urban¨ªstico, a punto de acabar con las tradicionales ganader¨ªas madrile?as
El envite del urbanismo est¨¢ acabando con la ganader¨ªa de Collado Villalba, la capital de la sierra madrile?a. En la actualidad s¨®lo aguantan cuatro ganaderos, dos se dedican a comercializar con leche y carne y los otros dos s¨®lo con carne. Son los ¨²ltimos vaqueros de la localidad. Sus animales pastan en 49 hect¨¢reas de la dehesa boyal de Propios. De esta forma, las vacas, sin propon¨¦rselo, ayudan a mantener un territorio adehesado que sin ellas habr¨ªa desaparecido hace tiempo. Pero cada vez son menos. Los ecologistas advierten que este sector es vital para la conservaci¨®n de los ecosistemas de las dehesas.
De momento, las vacas y terneros que quedan pacen tranquilamente en la dehesa boyal del pueblo, ajenos a los avatares de los tiempos. "Aqu¨ª casi todos nos dedic¨¢bamos a la ganader¨ªa y a la piedra", afirma Manuel Cuesta, ganadero con 83 a?os a sus espaldas. "Pero", contin¨²a, "ahora somos muy pocos y de leche s¨®lo dos. Muchos han decidido trabajar en otra cosa". Con los a?os, el peso del negocio de Cuesta ha pasado a sus dos hijos, Javier y Manuel, que decidieron seguir con la explotaci¨®n.
Los ecologistas creen que este sector es vital para la conservaci¨®n de los ecosistemas de las dehesas
Para Javier, de 45 a?os, la dureza del oficio y la falta de ayudas han contribuido a que desaparezca este trabajo. "Porque es muy sacrificado, aqu¨ª no existen las vacaciones ni las fiestas. Eso sin contar la inversi¨®n que hay que realizar. Y el trabajo es a¨²n mayor si te dedicas a la leche". Cuesta explica que los animales que se cr¨ªan para carne son m¨¢s f¨¢ciles de mantener, porque se sueltan en el campo. "Aunque tambi¨¦n es duro", puntualiza.
Las ganader¨ªas de Villalba se ubicaban en las casas del pueblo, hasta que en 1996 el Ayuntamiento comunic¨® a los due?os de las caba?as la prohibici¨®n de que los animales atravesaran por medio del casco urbano para ir a pastar. "Hab¨ªa que buscar otro lugar para guardar las vacas. Nosotros trasladamos los animales a un prado de un familiar, pero hubo personas que se vieron obligados a cerrar porque no ten¨ªan ning¨²n terreno para continuar con la explotaci¨®n", rememora Cuesta.
El ganadero comprende que la situaci¨®n en el pueblo en aquel momento era insostenible. Cada d¨ªa atravesaban Collado Villalba unas 300 vacas. "Iban haciendo sus necesidades por cualquier sitio o atropellando a ni?os. Y, claro, cuando una se?ora te llamaba la atenci¨®n, pues te ten¨ªas que callar porque ten¨ªa raz¨®n". Lo que no comparte es que la decisi¨®n del Ayuntamiento fuera de la noche a la ma?ana y sin ofrecer una alternativa a los afectados.
Desde la agrupaci¨®n ecologista Villalba Ecol¨®gica, Santiago Grande critica esta actuaci¨®n municipal. "Fue un punto y aparte para nuestra ganader¨ªa. Los que carec¨ªan de medios para trasladar a las vacas no tuvieron m¨¢s remedio que dejar el sector. El alcalde que gobernaba entonces habl¨® de construir un pol¨ªgono ganadero, pero fue una promesa que nunca cumpli¨®", sostiene Grande.
El grupo verde denuncia al mismo tiempo la falta de inter¨¦s de los sucesivos equipos de gobierno por la ganader¨ªa y la dehesa boyal del municipio. "No se cuida la dehesa, se le han quitando partes, y de todos los problemas que surgen echan la culpa a los vaqueros. Y es el Ayuntamiento el que tendr¨ªa que mantener en buen estado un terreno tan valioso para el medio ambiente como ¨¦se".
Tambi¨¦n ha existido alguna incursi¨®n de for¨¢neos en el sector. Javier Cuesta relata que hace un tiempo lleg¨® un inform¨¢tico a Villalba y abri¨® una explotaci¨®n ganadera. "Era trabajador, y lo intent¨®, pero a los dos a?os ech¨® el cierre. Esto hay que mamarlo desde peque?o, de otra forma es dif¨ªcil salir adelante".
En pueblos de los aleda?os, la ganader¨ªa tambi¨¦n ha disminuido, pero en menor medida. El alcalde de Collado Mediano, Juan Carlos Bustos, del CDS, sostiene que las caba?as se mantienen en su municipio. "Son negocios extensivos de carne. Nadie se dedica a la leche y son pocos los que viven exclusivamente de ello", explica. Desde el Ayuntamiento se intenta mejorar los pastos comunales y acogerse a las ayudas puestas en marcha por la Administraci¨®n regional.
Para Bustos, la diferencia que existe con la poblaci¨®n vecina radica en que Villalba se ha transformado en una ciudad de servicios, mientras que Collado Mediano "mantiene la tradici¨®n y hay ganaderos j¨®venes con ganas de seguir".
Carne y leche... o palos de golf
El crecimiento experimentado en Villalba ha llevado al pueblo hasta los 56.500 habitantes, poblaci¨®n que llega a triplicarse en vacaciones y fines de semana. El crecimiento medio interanual se cifra en 2.500 personas.
Moralzarzal es otro ejemplo de mantenimiento de la ganader¨ªa, incluso existe una asociaci¨®n de ganaderos. "Somos 18. Aqu¨ª no hay vacas lecheras, nos dedicamos a explotaciones extensivas de carne y de reses bravas", dice su presidente, Jos¨¦ Manuel L¨®pez. Sin embargo, en este pueblo la relaci¨®n del alcalde con los ganaderos es muy tirante. El enfrentamiento ha llegado a tal punto que el regidor incluso les ha prohibido utilizar los pastos de la dehesa, seg¨²n comenta L¨®pez. "Quiere construir all¨ª un campo de golf".
"Las dehesas son un valor a?adido en los pueblos de la sierra madrile?a", afirma ?lvaro Bl¨¢zquez, de Ecologistas en Acci¨®n. "Es un sistema generado por el hombre, sostenible y respetuoso con el medio, que permite el desarrollo de la vida animal y vegetal. Por este motivo hay que cuidarlas, y tambi¨¦n a las caba?as de ganado, que ayudan a su conservaci¨®n".
Los ecologistas apuntan a la producci¨®n ganadera extensiva como una de las bazas para la preservaci¨®n de las dehesas.
Otra de las propuestas de Bl¨¢zquez es la creaci¨®n de un centro de interpretaci¨®n de las dehesas del Guadarrama. En ¨¦l se informar¨ªa sobre los aprovechamientos tradicionales y cultura popular, y se llevar¨ªan a cabo estudios y jornadas sobre la conservaci¨®n de especies y aprovechamiento de los recursos naturales de las dehesas. Tambi¨¦n propone crear un espacio protegido que abarque las dehesas de fresnos y encinas de sierra.
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