Billar en el ecuador
La pista de los viajes de este fil¨®sofo catal¨¢n est¨¢ en sus libros. El ¨²ltimo, El puente de fuego. Cuaderno de traves¨ªa 1996-2002.Seguro que podr¨ªa trazar el mapa de Zaire, donde estuvo en los ochenta.
Yo estaba fascinado por ?frica y viaj¨¦ por all¨ª por mi cuenta, en trenes y autobuses. Recuerdo un d¨ªa que hac¨ªa un sol de muerte y fui a una parada. Se acerc¨® un tipo y le pregunt¨¦ por el autob¨²s. "It's coming (ya viene)", me dijo. Siete horas despu¨¦s apareci¨® a lo lejos y el hombre me sonri¨® con complicidad, como diciendo: "Se lo dije". Nunca olvidar¨¦ esa mirada triunfante.
Esta an¨¦cdota del tiempo nos lleva a otra sobre el espacio.
Fue en Ecuador. Hab¨ªa una quinta del siglo XIX muy deteriorada justo por donde pasa el ecuador, y yo quise saber de qui¨¦n era. Me contaron que la mand¨® edificar un vasco obseso del billar. Al parecer, primero hizo construir la sala de billar y a partir de ah¨ª el resto de la casa.
S¨¢queme de la curiosidad. ?Por qu¨¦ lo hizo?
Quer¨ªa que la l¨ªnea del ecuador pasara exactamente por el centro de la mesa, de manera que no hubiera ninguna desviaci¨®n gravitatoria. ?No le parece el colmo de la sofisticaci¨®n?
M¨¦xico, otro de sus destinos.
Yo soy coleccionista de r¨®tulos y el m¨¢s surrealista lo vi all¨ª en una carretera. Era un cartel que dec¨ªa: "Club privado para socios y no socios exclusivamente".
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