La 'invasi¨®n' espa?ola de Portugal
La proximidad de las Selvagens a las Canarias es fuente de un conflicto entre ambos pa¨ªses acerca de la extensi¨®n de los derechos mar¨ªtimos relacionados con la Zona Econ¨®mica Exclusiva (ZEE). Pero, adem¨¢s, una p¨¢gina web de la Comisi¨®n Europea incluy¨® por error estas islas como parte de las Canarias. La respuesta diplom¨¢tica no se hizo esperar.
"Vamos de compras a El Corte Ingl¨¦s, vestimos en Zara, reservamos las vacaciones en Viajes Halc¨®n... Hasta nuestros ahorros est¨¢n en bancos espa?oles"
"?C¨®mo es que aceptamos que holandeses, ingleses o alemanes compren nuestras tierras y empresas, y no queremos dejar que los espa?oles hagan lo mismo?"
"Espa?a es vital para Portugal. Vital. Y Portugal para Espa?a es simplemente un mercado de 11 millones de personas. El problema de Espa?a no es Portugal"
Este tipo de noticias alusivas a cualquier tipo de amenaza espa?ola son muy frecuentes en la prensa portuguesa. No hay semana, no hay mes, en el que Espa?a no aparezca involucrada en un conflicto que afecte a los intereses de Portugal. Si la empresa espa?ola Indra, por ejemplo, gana un contrato p¨²blico en Portugal para instalar los radares que controlar¨¢n las ¨¢reas cercanas a las islas Azores y Madeira, sectores de la prensa se alarman: ?C¨®mo vamos a vigilar a los pesqueros espa?oles con radares espa?oles?. Si se publica que otra empresa espa?ola dotar¨¢ de tecnolog¨ªa inform¨¢tica al Servicio de Extranjer¨ªa y Fronteras, regresan los titulares escandalizados: ?C¨®mo es posible que nuestras bases de datos est¨¦n en manos de los espa?oles?
Es la excusa espa?ola. Son numerosos los autores e intelectuales portugueses que reconocen que la identidad nacional se ha construido a lo largo de los siglos como un acto defensivo ante el ¨²nico vecino, a quien se le ha descrito como un enemigo agazapado e imperialista deseoso de unificar bajo su dominio toda la Pen¨ªnsula. Esa ha sido la imagen de Espa?a como amenaza.
La democratizaci¨®n de los dos pa¨ªses, su situaci¨®n como aliados en la OTAN y su integraci¨®n en la Uni¨®n Europea han contribuido a neutralizar una buena parte de esta desconfianza, pero no la han eliminado. La antigua amenaza militar se ha transformado en econ¨®mica. Los portugueses temen ahora a los empresarios espa?oles. "Ciertos sectores econ¨®micos est¨¢n sorprendidos por el crecimiento que ha tenido Espa?a en los ¨²ltimos 20 a?os. A ello se une el pesimismo por la crisis econ¨®mica. As¨ª que Espa?a se convierte en el chivo expiatorio", dice el embajador espa?ol, Carlos Carderera. "No admiten de buen grado a empresarios muy emprendedores que resulta que no son rubios ni tienen los ojos azules. Ahora bien, a nivel de ambos Gobiernos tengo que decir que las relaciones son excelentes".
Pero la desconfianza es un fen¨®meno reiterativo. Y sigue presente en la actualidad portuguesa. "Los espa?oles se lo comen todo". As¨ª titul¨® recientemente un semanario portugu¨¦s en portada como consecuencia de la entrada de capital espa?ol en la principal empresa constructora nacional. "Vamos de compras a El Corte Ingl¨¦s, vestimos en Zara, reservamos nuestras vacaciones con Viajes Halc¨®n, compramos gafas en Multi¨®pticas... Hasta nuestros ahorros est¨¢n en bancos espa?oles", dec¨ªa el sumario.
Los abanderados del sentimiento antiespa?ol son ahora empresarios, m¨¢s que pol¨ªticos e intelectuales, que temen la absorci¨®n de sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa por empresas espa?olas.
Relaciones peligrosas
El Manifiesto moviliz¨®, fundamentalmente, a los empresarios. Y la respuesta no fue un¨¢nime, ni mucho menos. Un sector se inclin¨® por defender que el crecimiento econ¨®mico portugu¨¦s depende de un mayor acercamiento al mercado espa?ol. Y en el centro del debate aparece la figura del primer ministro, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso. "El mercado ib¨¦rico es inevitable", afirm¨® Barroso en febrero de 2003 ante un incr¨¦dulo grupo de empresarios preocupados con la entrada de capital espa?ol en algunos sectores de la econom¨ªa, en especial la banca, que los grupos financieros espa?oles controlan en un 15%.
La insistencia en presentar a Espa?a como una amenaza econ¨®mica se contradice con algunas cifras. Espa?a es el principal suministrador (29%) de las importaciones portuguesas, por delante de Alemania (15%) y Francia (10%). Y es el principal cliente de las exportaciones portuguesas (21%), por delante de Alemania (21%). Estos datos se explican f¨¢cilmente por la proximidad geogr¨¢fica. "?Sin embargo, cu¨¢l es la verdad de las cifras?", se pregunta ?lvaro Santos Pereira en el Di¨¢rio Econ¨®mico. "Seg¨²n datos del Banco de Portugal, los espa?oles no est¨¢n siquiera entre los cinco principales inversores. Los mayores fueron los franceses, con 4.305 millones de euros, y, en sexto lugar, los espa?oles, con 1.969. ?C¨®mo es que aceptamos que holandeses, ingleses o alemanes compren nuestras tierras y empresas y no queremos dejar que los espa?oles hagan lo mismo? Todo lo dem¨¢s son miedos irracionales sin fundamento de quien se acostumbr¨® a vivir en una isla de espaldas a Espa?a y Europa como lo estuvimos nosotros durante tantos siglos".
Los espa?oles y Portugal es un libro que examina las relaciones entre ambos pa¨ªses, un libro que casualmente ha tenido una buena difusi¨®n en Portugal, pero muy poca publicidad entre los medios de comunicaci¨®n. No parece ser un libro bien visto. Su autor, Jos¨¦ Freire Antunes, hace un recorrido hist¨®rico moderno por este escenario. El libro puntualiza c¨®mo, a pesar de la proximidad ideol¨®gica entre Salazar y Franco, ambos pa¨ªses vivieron el uno de espaldas al otro; c¨®mo Portugal fue refugio de la Casa Real espa?ola y de activistas de la izquierda clandestina, adem¨¢s de miembros de grupos terroristas como el FRAP y ETA. Y c¨®mo Espa?a termin¨® siendo refugio de dirigentes portugueses tras la revoluci¨®n de los claveles. Freire Antunes, sin embargo, no encuentra motivos para seguir alimentando el sentimiento antiespa?ol: "El antiespa?olismo es un discurso tercermundista conectado con viejos mitos de la cultura portuguesa. Para una mayor¨ªa de intelectuales la ilusi¨®n antiespa?ola es una forma de reafirmar la identidad nacional". "Lo que pasa", contin¨²a Freire Antunes, "es que el portugu¨¦s medio ha sido llevado a creer que el espa?ol medio vive obsesionado con invadir Portugal, y eso revela un gran desconocimiento. No es la invasi¨®n espa?ola el problema. El problema est¨¢ en Portugal: contamos con una mano de obra menos competitiva, con un empresariado y con un sistema legal menos flexible. Tenemos 700.000 funcionarios. Esto nos puede llevar a posicionar a Portugal en la ultraperiferia europea. Es la hora de terminar con estas percepciones sin base real. Espa?a es el gran desaf¨ªo de Portugal", termina Freire Antunes.
Adriano Moreira fue ministro con Salazar y ahora es un estimable catedr¨¢tico de Relaciones Internacionales, muy bien considerado como analista. De su relaci¨®n con Espa?a hay un aspecto que no puede pasar inadvertido: su amistad con Manuel Fraga, ex ministro de Franco, presidente de la Xunta de Galicia y padrino de su hija Isabel. "Se juntan dos problemas hist¨®ricos. La desconfianza portuguesa hacia Espa?a y el desprecio tradicional de Espa?a hacia Portugal. Esos sentimientos est¨¢n ahora mismo superados por la existencia de Europa, de un mercado ¨²nico, que va a obligar a que ambos sentimientos desaparezcan. Hay una Europa cosmopolita y un mercado global que originan una realidad nueva y transfronteriza. Los vascos, por ejemplo, quieren ser independientes. Pol¨ªticamente podr¨¢n serlo, pero econ¨®micamente ya no es posible. Estamos viviendo una ¨¦poca de transici¨®n de modelos econ¨®micos. Tras 50 a?os de mercado protegido nos tenemos que acostumbrar a un mercado libre".
La preocupaci¨®n por esta desconfianza llev¨® a Ern?ni Lopes, presidente de Portugal Telecom, a crear en octubre de 2000 la Fundaci¨®n Luso-Espa?ola, una instituci¨®n privada a la que pertenecen empresarios portugueses y espa?oles con el objetivo de ir creando canales de colaboraci¨®n. Lopes quiere ver el problema de otra manera: "Espa?a es vital para Portugal. Vital. Y Portugal para Espa?a es simplemente un mercado de 11 millones de personas. El problema de Espa?a no es Portugal, es Francia y Alemania, que son mercados m¨¢s grandes. As¨ª que el t¨¦rmino invasi¨®n econ¨®mica est¨¢ mal empleado. La compra de empresas es un acto normal en un mercado ¨²nico en la que el comprador entrega dinero al vendedor. Y con ese dinero se pueden hacer otras empresas. As¨ª que no es un drama". Lopes se inclina por crear un clima de confianza: "Los empresarios espa?oles sienten aqu¨ª una fricci¨®n cultural absurda, que no sienten los norteamericanos o los franceses".
Alianzas contra Espa?a
Pero mientras empresarios como Lopes se inclinan por la colaboraci¨®n, otros como Henrique Neto, presidente de Iberomoldes, una empresa l¨ªder mundial en su sector y ex diputado socialista, postulan por un sistema de alianzas econ¨®micas con terceros pa¨ªses para defenderse de Espa?a. "Espa?a es cinco veces mayor que Portugal y tiene un PIB ocho veces superior. Por eso, las empresas portuguesas, en casi todas las ¨¢reas estrat¨¦gicas, son mucho menores", explica.
"Durante ocho siglos, Portugal mantuvo una estrategia que nuestros gobernantes actuales quieren destruir. Hacer alianzas fuera de la Pen¨ªnsula es la ¨²nica forma que los empresarios portugueses tienen de afirmarse y de tener poder dentro del espacio ib¨¦rico. Esas alianzas llevar¨¢n a las empresas extranjeras a implantarse en Portugal y a conquistar el mercado espa?ol desde aqu¨ª. Las asociaciones con empresas espa?olas no traen beneficios, porque seguir¨¢n instaladas en su territorio y se limitar¨¢n a vender para Portugal", concluye. "Si seguimos este camino, el resultado ser¨¢ el empobrecimiento de Portugal, que se transformar¨¢ en el Alentejo
[la regi¨®n m¨¢s pobre del pa¨ªs] de la Pen¨ªnsula y de Europa", sigue Neto.
Para fundamentar sus declaraciones, se?ala el mapa de l¨ªneas de trenes de alta velocidad que unir¨¢n Oporto y Lisboa a Madrid en menos de tres horas, aprobado en la ¨²ltima cumbre bilateral de noviembre de 2003 y causa de una tremenda pol¨¦mica todav¨ªa visible en Portugal: "En cuanto al tren de alta velocidad, basta mirar el trazado impuesto por Espa?a, en el mapa de la Pen¨ªnsula y de Europa, para entender la estrategia espa?ola: crear una red radial napole¨®nica, que haga de Madrid el centro de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, conectando esta capital a las ciudades de Barcelona, Sevilla, Bilbao, Lisboa y Oporto. Digamos la verdad, con esta estrategia Espa?a no hace m¨¢s que su obligaci¨®n, pero colectivamente los espa?oles nunca ser¨¢n nuestros amigos, porque su amistad tiene como precio nuestro adormecimiento colectivo y la p¨¦rdida de nuestra autonom¨ªa como pueblo y como naci¨®n. Personal e intelectualmente admiro a los espa?oles y a su determinaci¨®n, pero, como empresario y como portugu¨¦s, considero a los espa?oles como nuestros adversarios y competidores y, en este plano, no hay lugar para amistades".
La cuesti¨®n espa?ola
Durante un mes, Expresso ha publicado una p¨¢gina titulada precisamente La cuesti¨®n espa?ola en la que han aparecido encendidas opiniones al respecto. Naturalmente, la mayor¨ªa de esas opiniones estaban en contra y alud¨ªan de una forma incendiaria contra Espa?a. Algunas de ellas saltaban tambi¨¦n a otros peri¨®dicos, como fue el caso de un lector que, en el diario Publico, dec¨ªa a modo de conclusi¨®n: "Hay que hacer lo mismo que hacen los espa?oles. Si ellos compran s¨®lo lo que es espa?ol, compremos nosotros s¨®lo aquello que es portugu¨¦s. El d¨ªa en el que tengamos la dignidad y el buen sentido para no comprar ni un simple f¨®sforo espa?ol, el Gobierno de Madrid entender¨¢ de qu¨¦ nos quejamos". Esta carta motiv¨® una encendida respuesta de Carlos Moreira, presidente de Sonae Industria, una empresa con presencia en Espa?a. "No seamos ilusos: sin alteraciones profundas en la gesti¨®n y cualificaci¨®n de nuestros recursos humanos, la generalidad de las empresas portuguesas no ser¨¢n capaces de ofrecer la calidad e innovaci¨®n que les permita conquistar el mercado espa?ol". Carlos Moreira lleg¨® a calificar de "tonter¨ªa" la iniciativa del semanario Expresso. "No es con este tipo de debates como vamos a aprender a competir en Espa?a".
Pero el director del semanario defiende ardientemente el debate abierto. "Todos los niveles de la sociedad portuguesa tienen conciencia de que el problema existe; de ah¨ª la idea de hacer una propuesta provocativa", explica Saraiva. "Hab¨ªa dos motivos. Uno, enfrentar a la sociedad con sus problemas. Y dos, saber hasta qu¨¦ punto una cuesti¨®n como ¨¦sta encontraba alg¨²n eco". Saraiva destaca dos tipos de reacciones: "La de quienes nos tachan de antipatriotas y la de quienes piensan que los espa?oles nos pueden gobernar mejor".
El semanario Expresso ha cerrado moment¨¢neamente el debate con la publicaci¨®n de un informe sobre lo que ser¨ªa una especie de Federaci¨®n de Estados Ib¨¦ricos, en el que Portugal ser¨ªa una autonom¨ªa m¨¢s dentro de la Pen¨ªnsula. Es decir, un Estado federal de 18 comunidades. Es la Iberia. En ese escenario, Portugal es quien tiene m¨¢s poblaci¨®n y mayor PIB, pero no el que tiene m¨¢s PIB por habitante.
Pero la iniciativa de Expresso no oculta un hecho. Portugal aparece en una situaci¨®n de igualdad con otras regiones espa?olas siempre y cuando... no exista Espa?a.
300 empresas portuguesas en Espa?a
"ESPA?A ES UNA OPORTUNIDAD, no una amenaza. Es un mercado suplementario de 50 millones de consumidores", afirma Ant¨®nio Mexia, presidente de la petrolera Galp. Pese a esta afirmaci¨®n, s¨®lo 300 empresas portuguesas operan en Espa?a cuando hay unas 3.000 espa?olas instaladas en el peque?o mercado portugu¨¦s de 11 millones de consumidores. ?A qu¨¦ se debe tal desequilibrio? Desde luego, hay un problema de dimensi¨®n, pero tambi¨¦n de pragmatismo "a la hora de abordar un mercado mucho m¨¢s competitivo y distinto del portugu¨¦s. Hay que centrarse en estrategias regionales y eso no pasa en Portugal", afirma Mexia. Galp, con 233 gasolineras en Espa?a, es uno de los casos de mayor ¨¦xito empresarial luso en el mercado espa?ol. El presidente de la empresa cree que son "los miedos, la falta de ambici¨®n y el desconocimiento de la realidad espa?ola lo que impide a los empresarios lusos aventurarse en Espa?a".
Pero Galp es tan s¨®lo una de las empresas que han triunfado en el mercado espa?ol, rompiendo viejos clich¨¦s. CIN, que compr¨® los Barnices Valentine y tiene una f¨¢brica en Canarias, es l¨ªder ib¨¦rico de ventas en su sector. El Grupo Lu¨ªs Sim?es es l¨ªder en el transporte de mercanc¨ªas entre ambos pa¨ªses. EDP posee el 40% de Hidrocant¨¢brico y controla Naturcorp. Lactogal es tambi¨¦n l¨ªder ib¨¦rico de productos l¨¢cteos. Cimpor posee la Corporaci¨®n Noroeste, el tercer mayor grupo de cementos de Espa?a. ONI, asociada a Comunitel, es el segundo operador espa?ol de telecomunicaciones fijas...
Los directivos de estas empresas destacan que hay algunos obst¨¢culos a la entrada de capital portugu¨¦s en sectores estrat¨¦gicos de la econom¨ªa. Pero pasa lo mismo con empresas francesas o alemanas. "Es una forma de defender intereses nacionales. Y es leg¨ªtimo, porque la concurrencia es leal", asegura Lu¨ªs Sim?es, presidente del grupo con el mismo nombre. "Pero, en general, un poco de paciencia y no desistir al primer contratiempo son sin¨®nimos de ¨¦xito en Espa?a", dice el empresario.
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