Educaci¨®n para todos: todas las posibilidades son acertadas
Durante la semana del 19 al 25 de abril, los j¨®venes de m¨¢s de 100 pa¨ªses se constituyeron en grupos de presi¨®n para incitar a sus respectivos gobiernos y parlamentos a que realicen m¨¢s esfuerzos con vistas a proporcionar educaci¨®n b¨¢sica a m¨¢s de 100 millones de ni?os sin escolarizar.
Ahora se cumplen exactamente cuatro a?os del compromiso contra¨ªdo por la comunidad internacional en el Foro Mundial sobre la Educaci¨®n (Dakar, 2000), para lograr que la Educaci¨®n para Todos (EPT) sea una realidad de aqu¨ª al a?o 2015.
En esos cuatro a?os se han realizado progresos considerables, aunque desiguales. En efecto, en el mundo hay 670 millones de ni?os que est¨¢n recibiendo la ense?anza primaria necesaria para proseguir sus estudios o encontrar un trabajo posteriormente.
Sin embargo, se necesita todav¨ªa hacer m¨¢s en favor de los ni?os marginados del sistema escolar -cuyo n¨²mero se calcula que asciende a 104 millones- para impedir que se malogre no s¨®lo su porvenir personal, sino tambi¨¦n el futuro de las sociedades en que viven.
Los ni?os que participaron en la campa?a "El Gran Grupo de Presi¨®n", organizada con motivo de la Semana Mundial de la Educaci¨®n para Todos 2004, trataron de poner de relieve el despilfarro de talentos y capacidades que supone ese gran n¨²mero de ni?os excluidos de la escuela. En Malaui, por ejemplo, los hu¨¦rfanos del sida y los ni?os de la calle pensaban presentar a los jefes tribales y miembros del Parlamento "mapas de los excluidos"(*). En Gran Breta?a, los ni?os pensaban reemplazar simb¨®licamente a los 659 miembros de la C¨¢mara de los Comunes y centenares de legisladores, visitar las escuelas.
Seg¨²n el ¨²ltimo Informe de Seguimiento de la Educaci¨®n para Todos en el Mundo, publicado por la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el n¨²mero m¨¢s importante de ni?os sin escolarizar se concentra en las regiones del ?frica Subsahariana y Asia Meridional y Occidental. Muchos de los ni?os excluidos del sistema escolar son ni?as (60%, aproximadamente) y viven en zonas rurales pobres. Otras categor¨ªas de excluidos son: los hu¨¦rfanos del sida, los ni?os que trabajan, los miembros de grupos minoritarios, los discapacitados y los ni?os que se ven envueltos en conflictos. Los j¨®venes que han rebasado la edad de ir a la escuela primaria y han perdido la oportunidad de escolarizarse tambi¨¦n necesitan que se les capacite para alcanzar un nivel de educaci¨®n apropiado.
La experiencia demuestra que la supresi¨®n del pago de derechos de matr¨ªcula puede provocar un espectacular progreso de la escolarizaci¨®n. Tambi¨¦n puede surtir el mismo efecto la distribuci¨®n de incentivos financieros a los padres necesitados, como se hace en Brasil, donde se entregan cada mes subvenciones a 10 millones de familias pobres. En algunos pa¨ªses, como N¨ªger, Guinea-Bissau y Bangladesh, la escolarizaci¨®n ha mejorado sensiblemente gracias a la adopci¨®n de una medida muy sencilla: ofrecer almuerzos en las escuelas.
Sin embargo, como esas medidas no son suficientes de por s¨ª, es necesario replantearse el concepto mismo de escolarizaci¨®n cuando se dan determinadas circunstancias. En efecto, los ni?os no pueden recibir educaci¨®n all¨ª donde se carece de maestros en n¨²mero suficiente, ya sea porque es demasiado costoso pagarlos o formarlos, o bien porque muchos de ellos est¨¢n siendo v¨ªctimas de la epidemia del sida, como ocurre en algunas partes de ?frica. Adem¨¢s, se plantean otros obst¨¢culos: los docentes formados no suelen estar dispuestos a ejercer en zonas rurales, y los sistemas formales de educaci¨®n excluyen a menudo de la escuela a amplios grupos de ni?os, por ejemplo los que trabajan o los que no hablan la lengua oficial del pa¨ªs.
Varios pa¨ªses han ensayado medios diferentes para resolver estos problemas, e invariablemente la soluci¨®n ha consistido en lograr la participaci¨®n de las comunidades. El estado de Rajasth¨¢n (India) ofrece un ejemplo de concepci¨®n innovadora y flexible de la educaci¨®n b¨¢sica. Con ayuda de la Agencia Sueca de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo, las autoridades regionales y nacionales indias han creado un amplio proyecto de formaci¨®n de "maestros descalzos" conocido con el nombre de Shiksha Karmi, que quiere decir "trabajadores de la educaci¨®n". Este proyecto, que se inici¨® en 1987, tropez¨® en un principio con cierta hostilidad, sobre todo por parte de los docentes profesionales, que no eran capaces de comprender c¨®mo este sistema pod¨ªa suministrar una educaci¨®n de calidad. Sin embargo, el proyecto fue dando tan buenos resultados que muchos padres prefieren ahora las escuelas comunitarias.
Todos los maestros del Proyecto Shiksha Karmi se reclutan entre j¨®venes pertenecientes a las comunidades y muchos de ellos son muchachas. Sus ra¨ªces comunitarias les sit¨²an en una excelente posici¨®n para saber qu¨¦ ni?os no est¨¢n escolarizados. Estos maestros tienen que asistir a un cursillo obligatorio de formaci¨®n intensiva de 37 d¨ªas de duraci¨®n, antes de dar su primera clase, y luego reciben cursos complementarios que les permiten equipararse con los docentes profesionales al cabo de ocho a?os.
Para velar por que la educaci¨®n se ajuste a normas acad¨¦micas de calidad se forman grupos de 15 maestros "shiksha karmi" que cuentan con el apoyo de tres docentes profesionales. Las escuelas se adaptan a las necesidades espec¨ªficas de los ni?os. Por ejemplo, ofrecen clases nocturnas a los ni?os que trabajan durante el d¨ªa y utilizan libros de texto impresos en grandes caracteres que se pueden leer cuando la luz es escasa. Asimismo, las mujeres de las comunidades custodian a las ni?as, acompa?¨¢ndolas a la escuela y prestan diversos servicios en las aulas.
Los gobiernos, organismos internacionales, donantes y organizaciones no gubernamentales deben tener presente dos cosas: que son acertadas todas las posibilidades por las que se opte en materia de aprendizaje, con tal de que no hagan peligrar la calidad de la educaci¨®n; y que los m¨¦todos poco convencionales son dignos de respeto y estima.
Impartir ahora una educaci¨®n a todos los j¨®venes -sin excepci¨®n alguna- permitir¨¢ garantizar el d¨ªa de ma?ana el desarrollo social y econ¨®mico, al reducir el n¨²mero de analfabetos adultos que, hoy en d¨ªa, se calcula que asciende a unos 860 millones de personas. Adem¨¢s, la educaci¨®n de las ni?as, en particular, tendr¨¢ repercusiones positivas palpables en la salud y el crecimiento demogr¨¢fico de los pa¨ªses.
(*) Mapas confeccionados por los alumnos de la(s) escuela(s) de una aldea, pueblo, barriada o comunidad con la ayuda de sus maestros, en los que se indican las casas donde viven ni?os sin escolarizar que est¨¢n en edad de cursar la ense?anza primaria, as¨ª como el n¨²mero total de esos ni?os y su sexo.
Koichiro Matsuura es director general de la UNESCO.
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